Entre espejismos del ayer caminé,
ilusionado por un amor soñado,
pero en la distancia se desvaneció,
como el reflejo en un espejo quebrado.
Las promesas que parecían eternas,
se desvanecieron en el horizonte,
y en el desierto de ilusiones perdidas,
mi corazón quedó sediento y sin horizonte.
Los besos que imaginé en mis labios,
se desvanecieron como el viento fugaz,
y en cada paso que di tras de aquellos trazos,
me perdí en un laberinto sin señal.
Entre espejismos del ayer y el presente,
mi alma busca un oasis de esperanza,
donde el amor florezca, incandescente,
y se desvanezcan las sombras que avanzan.
En la arena del tiempo escribo versos,
que cuentan la historia de un amor perdido,
y en cada línea, sanar los corazones inmersos,
en la tristeza de lo que no fue compartido.
Espejismos del ayer, imágenes borrosas,
que se desdibujan en la mente cansada,
y aunque el adiós duela como espinas rojas,
la esperanza florece en mi alma agitada.
Que los espejismos no nublen el camino,
sino que guíen a nuevas experiencias,
y en el horizonte, un amor divino,
espera, entre risas y nuevas vivencias.
En el espejismo del futuro incierto,
me aferro a la esperanza y al destino,
pues aunque el ayer sea un recuerdo incierto,
el amor renacerá en cada camino.