En la sombra del olvido me encuentro,
donde los recuerdos se desvanecen,
como hojas que el viento ha dispersado,
y en el corazón, un vacío crece.
Las palabras que un día pronunciamos,
hoy se pierden en el eco del silencio,
y en el abismo de lo que no hablamos,
se desdibujan los lazos que fuimos tejiendo.
En la sombra del olvido se ocultan,
los gestos de amor que compartimos,
y en la distancia, los sueños sepultan,
como estrellas que en el cielo se extinguieron.
El tiempo es un río que nos arrastra,
llevándose consigo lo que fuimos,
y en la corriente, la esperanza se embalsa,
buscando en el horizonte un nuevo destino.
La sombra del olvido es un abismo,
donde el alma busca la claridad,
y aunque el dolor se torne un sismo,
la vida sigue su curso en la inmensidad.
En la sombra del olvido reside,
la posibilidad de renacer de nuevo,
y aunque el pasado se haya ido,
el futuro es un lienzo por completo.
Que la sombra del olvido no sea oscuridad,
sino un lienzo donde pintar nuevas vivencias,
y que en el corazón se encienda la claridad,
para dar luz a nuevas esperanzas inmensas.
En la sombra del olvido se descubre,
que el amor siempre vive en la esencia,
y aunque el recuerdo duela y nos perturbe,
la vida nos ofrece una nueva experiencia.
Así, entre sombras y luces que se entrelazan,
el corazón encuentra su equilibrio,
y en la sombra del olvido, esperanza abraza,
buscando en cada latido un nuevo inicio.