Huella de Amor

En el rincón más profundo del corazón,

donde laten los sueños y esperanzas,

se encuentra una huella de amor eterno,

que perdura, incólume, en las almas.

Es el eco de risas compartidas,

como notas de un dulce melodía,

que aún resuenan en las madrugadas,

llenando de luz la melancolía.

Cada mirada, un destello de fuego,

que encendía nuestra pasión desbordante,

y en el susurro del viento me entrego,

a los recuerdos de aquel amor vibrante.

En cada beso, un sello inolvidable,

que grabó en el alma una promesa,

y en el abrazo, un lazo inquebrantable,

que resiste las pruebas más adversas.

La huella de amor, como sendero dorado,

que traza caminos en el alma mía,

y aunque los años hayan pasado,

su intensidad sigue creciendo, día tras día.

Es un suspiro que se escapa en el viento,

y en la mirada que siempre busca la otra,

una conexión que va más allá del tiempo,

tejiendo en la distancia nuestra propia historia.

En cada palabra susurrada al oído,

se refugia la calidez de nuestros sueños,

y en cada latido, un amor compartido,

que desafía la distancia y los empeños.

Aunque la vida nos lleve por caminos distintos,

y el tiempo dibuje nuevas panorámicas,

la huella de amor será siempre el instinto,

que nos llevará a encontrarnos, como almas erráticas.

En la memoria, la huella se mantiene,

como un faro que ilumina el camino,

y aunque los días pasen y se desvanezcan,

el amor eterno persistirá, como destino.

Así, la huella de amor que en mí dejaste,

seguirá latiendo, imborrable y ardiente,

pues aunque el tiempo y la distancia abarquen vastes,

en el corazón, serás eternamente.