Latidos En Silencio

Cautiva del Silencio

Cautiva del silencio, mi alma se encuentra,

en el rincón oscuro de la soledad,

como un lamento que en la noche se adentra,

buscando tu voz, tu risa, tu claridad.

 

En cada latido, un eco del pasado,

que resuena en el vacío de mi pecho,

y en el silencio, el amor desgarrado,

se esconde entre susurros que no han sido hechos.

 

En el regazo de la ausencia me sumerjo,

recordando los abrazos que se fueron,

y en cada palabra que quedó en el invierno,

se ahoga mi voz, en susurros que no recuerdo.

 

Cautiva del silencio, mi corazón yace,

esperando el eco de tu voz perdida,

y en cada suspiro, una lágrima deshace,

la tristeza de una despedida.

 

En la penumbra de mis noches solitarias,

tu imagen se dibuja con claridad,

y en el eco de tus risas legendarias,

encuentro consuelo, aunque sea en la inmensidad.

 

Cautiva del silencio, busco tu presencia,

en cada estrella que brilla en el firmamento,

y en el susurro del viento, la esencia,

de aquel amor que aún siento.

 

En cada amanecer, una esperanza renace,

y en el ocaso, la nostalgia me abraza,

pues aunque el silencio la voz no desplace,

el amor persiste, como llama que no se aplaza.

 

Cautiva del silencio, mi alma anhela,

el reencuentro de dos almas gemelas,

y mientras el tiempo su camino revela,

la esperanza en el amor es la chispa que destella.

 

Que el silencio no sea un muro infranqueable,

sino un puente hacia el reencuentro anhelado,

y en cada latido, un amor inquebrantable,

que florece de nuevo, como en un sueño dorado.

 

Así, cautiva del silencio y la nostalgia,

mi alma busca tu voz en cada estrella,

y aunque la distancia parezca una saga,

el amor eterno florecerá en nuestra huella.




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