Latidos En Silencio

Susurros del Olvido

En los susurros del olvido se esconden,

los fragmentos de un amor que naufragó,

como hojas secas que el viento esparce,

nuestro amor se desvaneció y se marchó.

 

Cada suspiro, un eco del pasado,

una nostalgia que abraza el corazón,

y en el silencio, los recuerdos agridulces,

danzan como sombras en la inmensidad.

 

Los momentos que juntos compartimos,

hoy se vuelven borrosos y distantes,

y en cada mirada que se desvía,

se esconde el eco de dos almas errantes.

 

En los susurros del olvido, una melodía,

una canción que evoca lo que fue,

y aunque el adiós duela en la lejanía,

la esperanza se aferra y prevalecerá.

 

Que en cada susurro del olvido no me pierda,

sino que encuentre el camino de renacer,

y en el corazón, una nueva senda,

donde el amor florezca con poder.

 

En los susurros del olvido, la lección aprendida,

la certeza de que el amor no muere,

y aunque las lágrimas caigan como lluvia encendida,

la vida sigue su curso y florece como primavera.

 

Así, entre susurros y la bruma del recuerdo,

mi alma busca sanar y encontrar consuelo,

y en cada latido, una promesa se renueva,

donde el amor será eterno y verdadero.

 

Título: "Ecos del Desencuentro"

 

En los ecos del desencuentro me encuentro,

un laberinto de silencios y desvelos,

donde las palabras quedaron suspendidas,

y en el corazón se albergan los anhelos.

 

Cada eco, un recordatorio doloroso,

de aquellos momentos que se escaparon,

y en el susurro del tiempo desdichoso,

nuestro amor quedó en el pasado y no regresó.

 

En el eco del desencuentro, una distancia,

un abismo que nos separa y no se llena,

y en cada paso, una nueva fragilidad,

que entrelaza el adiós en la espera incierta.

 

Las miradas que antes se entrelazaban,

hoy se esquivan como estrellas fugaces,

y en cada latido, los corazones sangran,

porque el destino nos llevó a diferentes lugares.

 

En los ecos del desencuentro, una melodía,

tristeza y nostalgia que inundan el alma,

y aunque el camino sea sombrío y sombrío el día,

la esperanza sigue latiendo con calma.

 

Que en cada eco del desencuentro encuentre,

una luz que alumbre mi sendero,

y aunque la partida me entristezca y duela,

el amor siempre será mi refugio sincero.

 

Así, entre ecos y desencuentros, el corazón se alza,

buscando encontrar su razón y destino,

y en cada latido, una nueva esperanza abraza,

donde el amor se teje con hilos divinos.




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