Latidos En Silencio

Lágrimas en Silencio

En la quietud de la noche, lágrimas en silencio,

como un río que fluye en el corazón herido,

cada suspiro es un gemido sin consuelo,

que se ahoga en el abismo del amor perdido.

 

Cada amanecer, una sombra que persiste,

como el eco de un adiós que nunca se desvanece,

y en el susurro del viento, el dolor insiste,

como un latido apagado que en el pecho crece.

 

Las caricias que un día fueron fuego y pasión,

hoy son espinas que hieren en la piel,

y en el sendero, se desvanecen sin razón,

como las promesas rotas que ya no son fiel.

 

En la oscuridad de la ausencia, el vacío se expande,

como un abismo que devora la esperanza,

y en cada lágrima que el alma derrama,

se refleja el tormento de una despedida sin bonanza.

 

Las palabras que antes eran dulces melodías,

hoy son dagas afiladas que desgarran el alma,

y en el eco del desamor, se enmascara la agonía,

como una tormenta furiosa que desarma.

 

En la soledad del desencuentro, el corazón sangra,

como una herida abierta que no cicatriza,

y aunque el dolor sea un huésped que no se calma,

en cada lágrima brota una fortaleza que se eterniza.

 

Que en el silencio de la tristeza encuentre consuelo,

y en cada suspiro, un alivio a tanto pesar,

pues aunque el desamor duela como un desvelo,

la esperanza siempre estará dispuesta a sanar.

 

Así, en el sendero del desamor y la aflicción,

mi alma busca sanar sus heridas profundas,

y en cada latido, una lección de redención,

donde el amor renacerá de nuevas formas.




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