~Un giro inesperado~

Los campos de lavanda... Un lugar donde abunda su refrescante y dulce aroma; el cielo tornado de un color Rosa y anaranjado. Es el lugar perfecto para escapar de tu realidad , ¿no?

• Es un lugar hermoso- exclamó la chica azabache, disfrutando cada momento recostada en esas lavandas. La brisa del viento era perfecta para ese momento... Por fin estaba sola, o eso pensó..
• Antes de que un estruendo la despertara de golpe, regresandola a su realidad.
• - ¿Qué fue eso? - se preguntó a su misma. Seguía algo dormida, pero tenía que alistarse para el colegio . Al ver por la ventana que había sucedido, resultó solo haber sido un gato que tiro algunas bicicletas. Desconsertada, la azabache, terminado de arreglarse, dale de su departamento y emprende su camino hacia la escuela. Mientras caminaba, se percató de algo; sentía una extraña sensación a la mitad de si camino. -Esa sensación otra vez... - murmuró. La azabache, de alguna manera extraña, en sus sueños solía aparecer en lugares aleatorios, bastantes bonitps, se podría decir, como si todo fuera planeado y especialmente hecho para ella. Pero lo más intrigante y molesto para azabache era que no importaba donde estuviera, siempre sentía que no era la a única en esos lugares. Solo una vez logró ver a una chica con un delicado vestido blanco y su pelo con un tono acaramelado, dándole la espalda en ese lugar tan especial para ella: el campo de lavandas.
• -No puedo seguirme distrayendo, debo llegar a tiempo-murmuro para si misma. Aunque tampoco es que le importara tanto la escuela ; se la pasaba sola la mayoría de tiempo o leyendo libros, pero solo estudiaba para tener la aprobación de sus padres divorciados,. Sin embargo, ninguno le tomaba tanta importancia lo que hacía ella, ya que estaban ocupados con "asuntos pendiente," . Un día más, una semana más, un mes más, se repetía constantemente, pues estar sola, tanto física como mentalmente, la estresaba mucho.
• Las clases eran aburridas como siempre, solo haciendo actividades de los temas, escuchar los gritos y ver el desorden de sus molestos compañeros era agotador, pero no podía hacer nada más que esperar el timbre para irse de nuevo a si departamento. Solo quería volver a sentir esa paz en sus sueños.
• Al llegar a su departamento, la chica azabache alista todo para el día siguiente y finalmente puede irse a descansar en su cama.
• Un calor acogedor se expandía por toda esa playa, tornando el cielo de un color anaranjado relajante a la vista, mientras el sol se ocultaba y podía sentir como el mar mojaba sus pies. Ese lugar le resultaba familiar, era un ambiente hermoso y nostálgico. Recordo con esa actitud ese recuerdo de hace 4 años, cuando todo era feliz y armónico: sus padres están juntos disfrutando la playa, mientras cada uno sostenían sus manos a cada lado. Un hermoso momento familiar, olvidandose de todo lo malo; ese fue un momento que marco su vida antes de que todo se fuera al carajo.
• -Alpha... Alpha... ¡Alpha! - unas voces comenzaron a gritar su nombre, ese nombre que tenía desterrado desde hacía mucho tiempo, dejandola paralizada al volver a escucharlo,. Sin entender lo que estaba pasando, comenzó a mirar a sus alrededores en busca de respuestas a esos gritos. De un momento a otro, los gritos se volvieron cada vez más fuertes hasta que sintió un escalofrío recorriendole por todo la espalda. Al ver hacia atrás, la vio: esa chica que la había Estado atormentado y arruinando su paz en sus sueños estaba a unos metros atrás de ella, era hermosa pero tenía una expresión de confuncion y espanto. La azabache no entendia nada y, son darse cuenta, su vida iba a dar un giro inesperado...