Lazo Familiar || Diabolik Lovers

✿; 005 — Te Quisimos Mucho, Subaru

Tipo de Escrito: One Shot.

Personajes: Reiji Sakamaki, Laito Sakamaki, Ayato Sakamaki, Kanato Sakamaki y Subaru Sakamaki.

Advertencias: Ninguna en específico.

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❝Descansa en paz, hermanito. Te quisimos mucho❞

—Laito Sakamaki.

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Te Quisimos Mucho, Subaru

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El menor de los trillizos corrió por los pasillos del lugar, con algo de pánico tocó toda puerta que se encontraba, con la esperanza de obtener la respuesta de alguien.

—¡S-Shu! ¡Shu! ¡¿E-Estás ahí?! —llamó el infante tras reconocer y haber tocado la puerta del mayor de todos ellos— Quizá está dormido...

Negó con la cabeza.

—¡N-No hay tiempo! —Y procedió a seguir tocando desesperadamente las demás puertas, como clamar por ayuda, alzando como podía la voz.

Pero con rapidez dejó de gritar cuando sintió su garganta arder.

—U-Ugh... Due... Le...

Abrazó con fuerza a su querido amigo, Teddy, su fiel compañero oso, en un intento de resistir el ardor. ¿A dónde se habían ido todos?

¡Necesitaba de la ayuda de alguien con urgencia!

No para él, sino para...

¿Kanato? ¿Por qué estabas gritando?

El rostro del pequeño niño de cabellos morados se iluminó, tanto que hasta un par de lágrimas se asomaron por sus orbes, cosa que extrañó al chico que lo había encontrado.

—Rei... Ji... —apenas pudo entonar.

El azabache, quien parecía doblarle la edad a Kanato, se acercó y lo examinó.

¿Duele mucho? Sabes que no puedes forzar mucho la voz —Reiji se agachó un poco para quedar un poco más a la par del menor de los trillizos.

—Estoy... Bien... —Kanato volvió a negar con la cabeza, había otras cosas más importantes— Subaru...

Reiji ladeó suavemente la cabeza, no queriendo que Kanato siga hablando; sus cuerdas vocales estaban en un estado bastante delicado.

—No hables —ordenó el mayor, prefiriendo que Kanato le llevase con el nombrado.

—¡S-Subaru... E-En problemas!

Y sin ya más que decir, puesto que la garganta ya no le daba, el pequeño Kanato se echó a correr, guiando a su hermano mayor al sitio del problema.

El corazón de Reiji latía un poco rápido al escuchar que Subaru estaba en apuros.

¿Se encontraba herido? ¿Se ha salido del perímetro de esa gran casona y se ha perdido?

El de cabellos morados lo guió hacia el jardín de rosas, justo donde estaba la cerca flechada, sus colmillos castañearon ligeramente cuando a su nariz llegó el olor de la sangre.

—¡A-Aquí! —a duras penas se expresó el infante.

En su mente, ya el segundo hijo del Rey de los Vampiros se hizo una escena dramática, mas al llegar a la escena, tuvo que esperar un momento a que su cerebro procesara la información.

—Se hizo todo lo que se pudo, Subaru —sollozó con cierto toque de drama el tercer hijo de la familia, con casi un arbusto de rosas arrancadas en sus manos—. Nosotros de verdad... Te quisimos mucho.

—¡Deja de hablar como un tonto! —refunfuñó el pequeño albino y último hijo del Rey— ¡No me voy a morir por algo como esto!

Y al lado de Laito, el cuarto hijo, Ayato, quien excavaba un hueco a un metro de Subaru.

—Silencio, hermanito, tu sufrimiento pronto va a pasar e irás a una mejor vida. No lo hagas más difícil de lo que ya es —habló el de cabellos rojizos, suspirando y secándose con el dorso de su mano el sudor.

—¡No me vengas con eso, Ayato! ¡Ya deja de cavar! —gritó Subaru— ¡¡No piensen ustedes dos en enterrarme!!

—S-Sniff... Hmm... E-Eres tan joven —lloró Laito—. P-Pero es momento de que vayas a la luz.

—¡No voy a ir a ninguna luz! ¡A-Ay, ay! ¡Eso arde! —se quejó el sexto hermano, quien sostenía su rodilla.

A través de una rajadura del pantalón de Subaru, Reiji pudo ver la herida. Suspiró, ¿Qué estaban haciendo ese par de idiotas ahora?

¿Enterrar al niño sólo por que se hizo una herida?

—Merecías vivir cientos de años más —Ayato sonó resignado—. Supongo que así es la vida.

—Ustedes, alto.

Los tres menores se voltearon, encontrándose con Kanato quien abrazaba con fuerza a Teddy; y a su hermano mayor, Reiji, con los brazos cruzados, juzgándolos con su tan característico rostro serio.

—¡R-Reiji! ¡Waaah! ¡S-Sniff! ¡S-Subaru se nos va a morir!

Si Laito estaba llorando de verdad, estaba siendo muy dramático y ridículo; y si estaba fingiendo, la verdad es que Reiji se lo está creyendo.

¿Qué sucedió? —preguntó el mayor de los cinco.

—Encontramos a Subaru en ese estado lamentable —Ayato enterró la pala en la tierra y salió del hueco que estaba haciendo—. Es demasiado tarde para él.

—¡No seas un exagerado! ¡Sólo intenté saltar la cerca y me corté! —explicó Subaru lo sucedido.

¿Y por qué saltarías la reja? —Reiji fue hacia el albino para poder examinarlo— Hm... Su recuperación es lenta, pero vas a estar bien.

No era un corte tan profundo, pero sí tenía un par de centímetros y sangraba.

—Quería dar un paseo, eso es todo... —el menor miró hacia otro lado.

—La puerta del jardín está más al frente, Subaru —le recordó el azabache.

—¡Estaba cerrada!

—Podías llamarme para que te la fuera a abrir.

—Hm... —Subaru no discutió más, ¿Cómo podría hacerlo sin ya defensas?

Reiji se levantó.

—Espérenme un momento, ustedes dos, no hagan nada estúpido —Miró a Laito y a Ayato—. Subaru, tú no te muevas.

—¡T-Tampoco es que pueda hacerlo!

Reiji entonces se dirigió hacia Kanato, atrayéndolo más hacia donde estaba el albino, acarició con cuidado su cabeza y dijo:



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En el texto hay: fanfic, diabolik lovers, misceláneo

Editado: 16.06.2025

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