El viaje en el expreso aquel año estuvo sembrado de incidentes, algunos extraños y otros no tanto. El primero de ellos y dentro del grupo de los no extraños, fue el ocasionado por Fred y compañía, quienes les habían dado a unos inocentes niños de primero, y que no sabían quienes era aquellos individuos, unos caramelos, y un rato después mientras Tyler y Magenta estaban en el compartimiento con Anthar y Eidel, entraron a la carrera Lily y para disgusto de Anthar su inseparable Jeremy.
Tyler se puso de pie de inmediato seguido de los demás, y cuando salieron al pasillo vieron a dos niños y una niña, volando por los aires. Tyler y los demás extrajeron sus varitas, pero la voz de Demian los detuvo.
Guardaron sus varitas de nuevo e intentaron alcanzar a los chicos valiéndose de sus estaturas, pero cada vez que acercaban las manos a uno, este ascendía más. Anthar soltó una maldición y volvió a extraer su varita.
En cuanto el hechizo se expandió alrededor de los chicos, estos dejaron de moverse y un segundo después estaban cayendo. Eidel sujetó a uno, Tyler a la niña y Demian al otro.
Magenta los guio hacia su compartimiento mientras Demian miraba a los Black con el resentimiento de costumbre.
No esperó respuesta, les dio la espalda y se marchó. El asunto de que Demian hubiese sido nombrado prefecto, era algo que aún no habían logrado encajar. Aquel individuo seguía siendo la misma lacra de siempre en opinión de los chicos, pero por algún motivo los profesores habían decidido darle aquella responsabilidad, y eso había significado para ellos un dolor de cabeza, especialmente para los más alborotadores. Eso, sin contar con las veces que le tocaban las rondas juntos a Tyler y a él, que eran las peores horas para Tyler, porque si bien Turel se había visto obligado a abstenerse de hacerles nada, no había forma de que sujetara su lengua y hacía todo cuanto podía por hacer sentir mal a Tyler. La buena noticia era que Tyler tenía una paciencia infinita y nunca había caído en sus provocaciones.
Sin embargo, en esta ocasión tenían por fuerza que estar de acuerdo con el miserable, porque Fred, Hugo y Roxanne sabían bien que no debían meterse con los niños de primero so pena de sufrir el castigo de su propia familia, de manera que estaban en serios problemas aquellos tres.
Aun con mala cara y peor humor, Anthar se encaminó con los otros de vuelta sus lugares. Otro de los incidentes, fue protagonizado por Louis. El chico caminaba por el pasillo en compañía de tres chicas y se tropezaron con un grupo de Slytherin. Si bien era cierto que Turel, Kovacevic, Goyle y el resto de sus conocidos seguidores, tenían prohibido meterse con ninguno de ellos, técnicamente los demás Slytherin no estaban sometidos a la misma norma, por lo que algunos de ellos aún tenían el valor si no de molestarlos hasta el punto de hacerlos sacar sus varitas, sí el suficiente para fastidiar con odiosos comentarios.
Las chicas dijeron que no había necesidad, porque no había sucedido nada e intentaron seguir su camino, pero aquel necio lo que quería era fastidiar.
Louis era un encanto, pero los que lo conocían bien sabían que era mal asunto meterse con él, no solo era tan peligroso como cualquiera de ellos, sino que sus oponentes solían dejarse engañar por su aspecto de niño mimado y por la excesiva atención que ponía en su cuidado personal. De manera que, en la generalidad de los casos, terminaban comprobando de forma muy dolorosa su error. Y aquella oportunidad no fue la excepción, porque antes de que el sujeto pudiese moverse, ya Louis lo había estampado contra una de las puertas haciendo añicos los vidrios asustando a sus ocupantes, y le tenía la varita en el cuello a aquel infeliz.
Todo había sucedido con la rapidez que era otro de los sellos personales de aquel individuo, de modo que los otros se habían quedado de piedra.
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Editado: 09.02.2023