Sirius tenía verdaderos problemas la mañana de Halloween. Cuando llegó a la oficina, se encontró con que Harry acababa salir dejándole un mensaje para que lo siguiera. Sin embargo, en cuanto Sirius llegó al sitio, se encontró con que no podía acceder. No les tomó más que unos pocos segundos darse cuenta que Harry había caído en una trampa, y ahora su desesperación consistía en poder entrar para ayudarlo.
Después de intentar todo cuanto se les ocurrió, Sirius cursó un urgente mensaje a Bill y otro a Joseph, pocos minutos después se presentaron ambos acompañados de un destacamento de Aurores.
Mientras ellos se organizaban con rapidez, Bill seguía examinando el lugar hasta que finalmente se volvió hacia ellos que ya estaban formados.
Los Aurores convocaron pequeños escudos ante sus rostros y levantaron sus varitas.
De inmediato de todas las varitas partieron rayos de distintos colores, pero igualmente destructivos. Un par de segundos después, aparecieron ante ellos unas rejas destrozadas, pero al mismo tiempo vieron los amenazantes rayos de las maldiciones.
El grupo de Joseph cumplió con su misión de proteger a sus compañeros mientras estos atacaban con violencia. Inmediatamente Joseph pidió refuerzos, porque fue obvio que no serían suficientes para enfrentar aquel ataque.
Sin embargo, Bill y Sirius que iban al frente del grupo de ataque, estaban causado estragos entre los sujetos. La primera parte del camino quedó libre y se reagruparon. Por fortuna no habían sufrido bajas, algunos estaban heridos, pero no seriamente.
Joseph y Bill tuvieron que detener a Sirius que ya caminaba hacia las puertas. Afortunadamente, en ese momento estaban llegando los refuerzos. Grace, Ron y Dánae, llegaron a la cabeza de sus grupos y Remus se presentó segundos después. Les explicaron de forma sucinta la situación y organizaron rápidamente el ataque. Aunque nadie lo dijo, todos estaban pensando lo mismo, ya había pasado cierto tiempo y temían lo que hubiesen podido hacerles.
Ron y Dánae se fueron a la parte trasera con sus hombres, mientras Joseph cubría un lateral y Grace el otro. Bill, Remus y Sirius, avanzaron por el frente y en cuanto giraron la orden, todos atacaron.
Cayeron puertas, ventanas y trozos de pared, pero tal y como había dicho Sirius, la resistencia fue mucho menor debido a la superioridad numérica de los Aurores. En cuanto despejaron las áreas visibles, Sirius ordenó iniciar la búsqueda. El grupo de Dánae se encargó de reunir a los que habían quedado vivos para trasladarlos a Azkaban, mientras que los de Grace, se encargaron de los heridos y su traslado a San Mungo con la respectiva custodia. Después de un rato de infructuosa búsqueda, Sirius y Remus se estaban desesperando cuando les llegó el mensaje de Bill.
Tanto el uno como el otro sintieron que su mundo se tambaleaba, pero sacaron fuerzas y desaparecieron dejando a los demás para que se encargaran de revisar y marcar el lugar como inaccesible. Apenas aparecieron en el Hospital, Joseph los estaba esperando y los condujo hacia dónde los habían llevado.
Joseph sujetó a Remus mientras Sirius miraba con los ojos desorbitados a Bill. En su cabeza no cabía que unos sujetos tan bien entrenados se hubiesen dejado matar, y mucho menos que ni Harry ni Hermione pudiesen ser atacados de forma de dejarlos en tan malas condiciones, pero inmediatamente recordó el recibimiento del que acababan de ser objeto, y sin duda los primeros no habían tenido ninguna oportunidad.
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Editado: 09.02.2023