Lazos de Amor

Cap. 38 San Valentín (II)

 

En cuanto llegaron al pueblo los chicos se dispersaron. La mayoría fue primero a Sortilegios Weasley donde encontraron a George que estaba allí siempre que se enteraba que los chicos salían. Allí fueron obsequiados con los productos y las bromas de su tío.

Louis salió del local con sus acompañantes y entró a Honey Dukes, pero luego de comprar algunos dulces, se fijó en un individuo que estaba cerca de la puerta y parecía tomar notas en una libreta. Con el mayor disimulo fue acercándose, y después de unos minutos de atenta y cautelosa observación sonrió. Se movió por detrás de una estantería de modo de llegarle por la espalda.

  • No te queda el cabello negro  --  dijo en tono burlón y el sujeto se volvió escupiendo lo que fuera que estuviese bebiendo, mientras Louis fingía estar mirando unos paquetes de dulce.
  • ¿Disculpa? ¿Nos cono…?  --  pero se detuvo al ver la sonrisa irónica de Louis
  • Veamos, primero solo conozco a un sujeto que coma esas cosas asquerosas    --  dijo señalando los cucuruchos de cucaracha que tenía el hombre en las manos  --  Segundo, solo a otro, aparte de mí  mismo, que a pesar de ser diestro sujete el vaso con la mano izquierda al igual que su varita, y tercero, las botas de piel de dragón tampoco son algo tan habitual. Por fortuna suprimiste el pendiente, algo por lo que la abuela se sentiría feliz  --  finalizó

Bill maldijo interiormente en todos los tonos, aquel condenado muchachito ciertamente era un entrometido de la peor clase.

  • Bien, ya probaste tu punto, ahora espero que guardes silencio  --  Louis volvió a sonreír satisfecho  y comenzó a alejarse – Y por cierto, esto no es asqueroso, solo es chocolate amargo, necio
  • Como tu humor de hoy  --  contestó Louis sin volverse, pero soltando la carcajada

El chico se acercó de nuevo a sus compañeras y enlazando a dos de ellas por la cintura, salieron del local seguidos por las demás. Bill lo vio salir y se dijo que debía ser más cauteloso, porque si su hijo lo había descubierto, desde luego Albus lo haría también, porque aquellos dos eran los seres más entrometidos del planeta. Sin embargo, unos segundos después estaba sonriendo, porque en cierta forma le enorgullecía que su hijo tuviese una capacidad deductiva tan aguda, aunque no se lo diría ni bajo tortura, al menos no de momento, porque si había algo de lo que Bill estaba seguro, era de que Louis François Weasley no necesitaba que le subieran su ya muy desmedido ego.

Y ciertamente no se equivocaba en cuanto a las capacidades de su hijo, porque Louis salió de allí pensando que, si su padre estaba en Hogsmeade, había por lo menos dos o tres más de ellos, ya que antes de volver les habían dicho que estarían allí siempre que saliesen, solo habían omitido el pequeño detalle de que estarían disfrazados. De modo que aquello era un reto para él y se propuso averiguar quiénes y dónde estaban los demás. Y lo que Bill no sabía, era que para su hijo eso era un juego de niños que entre otras cosas no requería de mayor atención por su parte, ya que tenía la poco común capacidad de almacenar enormes cantidades de información visual, aunque no estuviese prestando atención. De modo que mientras bromeaba y reía con sus chicas, miraba a todos los transeúntes. Le llevó solo unos minutos identificar a Joseph, y con Sirius y Grace fue aún más sencillo, porque cuando entró en Las Tres Escobas, aquellos dos eran la pareja más atractiva del lugar.

En lo que sí se equivocó Bill, fue en que Albus se estuviese dedicando a lo mismo, ya que el menor de los Potter estaba muy ocupado en aquel paseo, concentrado en Brenda.

Los chicos habían quedado en reunirse en Las Tres Escobas para almorzar, pero, aunque ya estaban casi todos, estaban en distintas mesas y a Sirius le preocupó aquello.

  • No seas necio, Black  --  susurró Grace  --  Están perfectamente, solo que cada uno está con sus amigos y eso no tiene nada de extraordinario.
  • Pero no me gustan tres cosas  --  dijo él con la frente arrugada  --  Primero, que Rowena no ha llegado aún. Segundo, que Dominique se comporta como una abeja reina y esos imbéciles se la están comiendo con los ojos y ninguno de los chicos hace nada. Y tercero, que nadie está prestando atención a la lobita tampoco.
  • ¡Sirius Black!  --  dijo Grace con exasperación  --  Tu hija debe estar con el desvergonzado de James haciéndole la vida miserable a alguien  --  sí, a mí, pensó Sirius al recordar la conversación con las criaturas el día del cumpleaños de Wini  --  Segundo, poco conoces a tus sobrinos, porque si bien es cierto que ninguno ha intervenido, no es menos cierto que Louis no ha dejado de vigilarlos ni Albus tampoco. Y tercero, todos conocemos bien a los amigos de Lyra. Así que deja de comportarte como un estúpido.

Pero cualquier cosa que Sirius hubiese pensado decir quedó olvidada, porque en ese momento venían entrando James y Rowena seguidos de un numeroso grupo, y como ninguno de aquellos dos podía llegar sin anunciar ruidosamente su presencia, el escándalo llegó con ellos. Caminaron derechos hacia Rosmerta y James abrazó a la mujer con el mayor descaro.

  • Te juro preciosa, que si esta encantadora criatura  --  dijo señalando a Rowena  --  no me hubiese vuelto inmune al encanto del resto del género, no habría modo de que escaparas de mí
  • Calla necio  --  dijo Rosmerta riendo  --  No te pareces a tu padre más que en lo físico, porque ese chico era un verdadero encanto y muy discreto, como tu hermano.
  • Vamos Rosmerta  --  protestó James en tono ofendido  --  no es posible que los consideres a ellos más encantadores   --  y luego se acercó a ella como si fuese a comérsela  --  Mírame bien y atrévete a decirme que no soy mucho más atractivo y ciertamente más simpático
  • Tú lo que eres es un soberano y descarado sinvergüenza que más pareces hijo de Sirius Black que del bueno de tu padre, sin ofender, linda  --  agregó mirando a Rowena que se partía de risa
  • Descuida Rosmerta, estoy consciente que el récord de papá supera al de Jamie  --  dijo la chica




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