Cap. 54 ¿Y ahora qué?
Las mujeres comenzaron a empujar a los chicos fuera del salón mientras Sirius, Bill y Harry sacaban casi a rastras a Remus y eran seguidos por Hermione, Ginny y Ron. Entraron al estudio y Ron cerró la puerta con un encantamiento, con lo que se ganó una mirada asesina de Remus.
- Lo siento, pero creo que es más seguro -- dijo el pelirrojo
- Si supones que eso va a detenerme…
- Eso quizá no, pero nosotros sí -- lo interrumpió Harry
- No pueden…
- Remus, solo intentamos evitar que cometas una locura -- dijo Bill
- ¿Locura? ¿Cómo pueden hablar de mi locura? ¿Acaso no vieron lo que hizo el otro loco? Es…
- ¡Lunático!
Sirius se paró frente a él y lo zarandeó para que se callara y se calmara, porque era sorprendente como sus palabras habían ido adquiriendo velocidad y volumen, exactamente igual que sucedía con Lyra cuando estaba furiosa.
- ¡Cállate y escucha! -- le gritó -- No es como si no supiéramos nada de esto, acepto que en el caso de Anthar y Lily nos hubiésemos sorprendido, porque nadie se lo esperaba, pero ciertamente al menos nosotros sabíamos lo que estaba sucediendo con el Niño.
- ¡Eso no le da derecho a tratarla como lo hizo! No es una…
- Vamos Remus, en mi opinión Jason no le hizo nada, salvo lo que hace normalmente que es gritar mucho, y la verdad es que Lyra le hizo mucho más daño al pobre infeliz -- dijo Ron ahogando la risa y Ginny le dio un codazo
- ¡No seas estúpido, Ronald Weasley! -- exclamó con furia
- ¡Remus! -- exclamó Hermione mucho más furiosa que él
- ¿Es que nadie se da cuenta? -- siguió ignorando imprudentemente la peligrosa mirada de su mujer -- Ese… ese… ¡imbécil! Va a hacerle la vida miserable a mi hija.
Remus era una maravilla de persona, el ser más tierno que alguien se pudiese imaginar, pero cuando enfurecía, las cosas podían cambiar y mucho. El asunto es que Hermione no era precisamente una dulce criatura cuando perdía la paciencia. Y si bien era cierto que no había pareja más tranquila que aquella, no era menos cierto que Remus estaba cometiendo… un par de errores. Uno de ellos, había sido el gritar e insultar a Ron, lo que equivalía para la dulce Hermione la misma clase de pecado que amenazar a Harry. Otro era haber gritado a la propia Hermione, algo que de entrada era peligroso para la salud de cualquier mortal. Y el quizá más importante de todos, le parecía que su marido estaba siendo muy necio al no darse cuenta que entre su hija y Jason había algo que posiblemente el resto del mundo no podría entender jamás. De manera que avanzó hacia él, aunque tanto Harry como Ron intentaron impedírselo, y por un momento les vino a la memoria el recuerdo del día que Hermione había atacado a Malfoy en un estado de furia similar.
- Escúchame bien, Remus Lupin, tú estabas allí al igual que todos nosotros, tú lo escuchaste, ese hombre se está mu-rien-do de amor por nuestra hija, y nuestra hija fue bastante clara en mi opinión. De modo que como ambos amamos a nuestra hija, vas a comportarte como corresponde ¡O te juro que yo misma te hago pedazos! -- concluyó varios decibeles por encima de lo normal
Todos la miraban con los ojos muy abiertos incluido el mismo Remus, pero aquello pareció tener el efecto esperado, porque su expresión cambió de inmediato.
- Linda, yo…
- Sé que la amas, así como también sé que lo amas a él. Sé lo mucho que sufriste y te culpaste con la idea de haberle robado la felicidad, y aunque eso no era cierto porque yo nunca lo amé a él, como estoy segura que él no me amaba a mí, o al menos no como pensaba, si te interpones ahora sí le estarás robando la posibilidad de ser feliz a él y a Lyra -- le dijo con más suavidad
Remus se dejó caer en un sillón y escondió el rostro entre las manos. Repasó mentalmente lo sucedido y se odió por lo que había estado a punto de hacer. Hermione se arrodilló frente a él, le quitó las manos del rostro y lo abrazó.
- No te preocupes, mi amor, estoy segura que todo va a salir bien -- le dijo -- No puedo garantizar que vaya a ser una relación tranquila, porque conocemos el carácter de ambos, pero tienen lo más importante, se aman.
- Lo siento, linda, no quise gritarte
- Lo sé -- le dijo ella dándole un suave beso en los labios
Después de un momento se puso de pie y miró a Ron.
- Lo lamento, Ron
- Olvídalo -- le dijo el pelirrojo sonriéndole, y luego Remus miró a los demás
- Gracias por evitar que hiciera una estupidez
- Sirius y tú son como mis padres, Remus, de modo que difícilmente te habría dejado hacer algo que solo te iba a causar dolor y de lo que ibas a arrepentirte mucho -- le dijo Harry
- Yo mejor que nadie sé que Jason tiene un carácter difícil, pero al igual que los demás, pienso que de veras quiere a Lyra y sería incapaz de hacerle ningún daño -- le aseguró Bill
- Fuera de que ninguno de nosotros lo permitiría -- agregó Ginny
- Vamos amigo -- dijo Sirius palmeándole la espalda -- te estás preocupando mucho por la lobita, y en realidad quien es digno de conmiseración es el Niño, porque la lobita es perfectamente capaz, según lo que pudimos ver, no solo de hacerle la vida miserable a él, sino de hacerlo pedazos sin ningún esfuerzo ni remordimiento.
- ¡Sirius! -- exclamó Hermione