Lyra y Rowena habían ido tras Jason, pero él se detuvo ante la puerta de la habitación de James y las miró antes de entrar.
Jason no tuvo inconveniente con eso, pero insistió en que las chicas se quedaran fuera y finalmente ellas accedieron. Harry se paró a un lado de la cama mientras Jason colocaba una mano sobre la frente de James, y a los pocos segundos éste comenzó a mover los ojos hasta que los abrió por completo. Inicialmente fue evidente su desconcierto, pero los recuerdos retornaron con rapidez e intentó incorporarse en la cama. Sin embargo, como llevaba muchas horas sin sentido, y aunque no tenía ningún daño físico, experimento un ligero mareo.
Como Jason sabía de antemano que no había ni la más mínima oportunidad de que James escuchase por las buenas, le suprimió la voz y el movimiento, de modo que lo único que tenía vida eran los ojos del chico que comenzaron a cambiar violentamente de color, y los objetos comenzaron a vibrar peligrosamente. Jason cerró los ojos murmuró unas palabras que Harry no comprendió y las cosas se aquietaron, pero él se tambaleó y tuvo que sujetarse a la pared.
Podía decir lo que quisiese, pero era evidente para Harry que no era así, de modo que se volvió hacia su hijo.
James pareció debatir unos segundos consigo mismo, pero finalmente aceptó y Jason caminó hacia la puerta haciendo pasar a las chicas. Rowena caminó hacia la cama y abrazó a James, mientras que Lyra luego de echarle un rápido vistazo a su primo, concentró su atención en Jason que se veía pálido y su andar era vacilante.
Pero Harry imaginaba que, si estaba así, era porque seguía empleando su energía en mantener a James a raya, de modo que se volvió hacia su hijo que hablaba en ese momento con Rowena.
En ese momento Rowena giró la cabeza y vio a Jason recostado de la pared y a Lyra a su lado con cara de angustia. James también lo vio y depuso su actitud.
Jason lo miró unos segundos, caminó hacia él y se sentó a su lado antes de suprimir todos los encantamientos.
Una vez que suspendió todo, Jason comenzó a recuperar el color, su respiración se normalizó y comenzó su relato. James cumplió con su palabra y escuchó con atención, pero a diferencia de los demás, no se mostró tan sorprendido, aunque sí muy apenado por lo que le había hecho a Jason y aterrorizado de lo que pudo haberle hecho a los demás, especialmente a Rowena.
James lo miró con extrañeza, pero luego llegó a la conclusión de que no era una novedad para él que aquel sujeto estaba loco, porque había estado a punto de matarlo y él decía que no había pasado a mayores, pero intentó prestar atención a lo que decía.
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Editado: 09.02.2023