Lazos de Amor

Cap. 92 Días de angustia

 

Los siguientes dos días fueron de angustia, porque si bien Joseph una vez que recuperó el conocimiento comenzó a recuperarse a una velocidad pasmosa, Louis no solo seguía en el mismo estado, sino que iba deteriorándose y para desesperación de todos, parecía estar arrastrando a Dominique con él.

Fleur se encontraba en un estado cercano al agotamiento, no había dormido ni comido prácticamente nada, y aunque Bill no estaba mucho mejor, su condición física era superior a la de su esposa y no por estar muriendo de angustia había dejado de trabajar como un desquiciado.

Victorie por su parte constituía otra preocupación, porque la pobre niña no había dejado de llorar durante los últimos días prácticamente en ningún momento. Había dormido unas pocas horas y con un sueño inquieto que no duraba mucho.

Aunque todos los primos y amigos estaban muy abatidos, en el caso de los Potter parecían más afectados que los demás, por un lado, de alguna forma sentían que lo sucedido a Louis en parte había ocurrido por su decidido empeño en proteger a Harry, y por otro lado, Louis había sido un visitante tan frecuente en casa de los Potter, que casi era como si viviese allí, de modo que para ellos estaba siendo muy duro.

James como de costumbre, estaba de un humor criminal y con la excepción de Ginny y Rowena, casi nadie se dirigía a él por temor a salir despedido sin consideraciones de ninguna especie, ya que todos sabían que cuando James estaba así, no se detenía ante nada y era mejor dejarlo en paz.

Albus había intentado en vano comunicarse con su primo, pero por alguna razón eso parecía imposible, lo que hacía temer al chico que en realidad Louis estaba alejándose cada vez más. Por fortuna para Albus, Brenda estaba allí y había resultado un gran apoyo, de lo contrario el pobre sentía que habría enloquecido al verse impotente para ayudar a su primo.

Lily, aunque menos emotiva que Victorie o Rowena, también estaba desecha. Para ella Louis era como un hermano por la misma razón que veía a Lyra y a Rowena de esa forma. Ellos tres prácticamente no salían de su casa y la pelirroja había crecido viéndolos a diario, y en el caso de Louis, siempre se había comportado del mismo modo que Albus defendiéndola de las locuras de James.

Anthar no había pasado los primeros años de su vida con ellos, pero sin duda los amaba a todos por igual, de manera que, sumado a su propio dolor, estaba el que sentía al ver a su chiquita llorando lágrimas tan amargas, y se juró que, aunque fuese lo último que hiciese en su vida, algún día alguien iba a pagar muy caro todo aquello. Sin embargo, se cuidó muy bien de exteriorizar sus propios sentimientos y se dedicó a consolar a Lily y a escuchar con paciencia extensos relatos de la infancia de los chicos. Lily le contó tantas y tan diferentes cosas acerca de su primo, que en ocasiones se preguntó si hablaban del mismo alocado Louis que él conocía, porque, por ejemplo, no se lo imaginaba siendo juicioso, y según Lily, ciertamente lo había sido al negarse a subirla a su escoba porque no se sentía lo bastante capaz de evitarle un accidente. Tampoco podía imaginárselo negándose a ayudar a James a gastarle una de sus pesadas bromas a la niña cuando Anthar sabía de primera mano que Louis era el colaborador más entusiasta en cuanto a incordiar al prójimo se refería. Lo que sí le extraño menos, fue cuando Lily le contó acerca del entusiasmo que Louis había mostrado para aprender a tocar la flauta, ya que siendo un inseparable de Albus y ante la circunstancia de que éste tocase el piano y Lily la guitarra, el chico se había dedicado con ahínco al instrumento. Así como tampoco le extrañó que Lily mostrase la misma incomprensión de toda la familia en cuanto a la unión que existía entre Albus y Louis, porque si bien no había dos seres más diametralmente opuestos, siendo que cuando Anthar llegó a sus vidas ya los chicos eran inseparables, a él le extrañaba menos y nunca se preguntó el porqué de esto.

Pero el caso más preocupante después de los padres y la hermana de Louis, sin duda era el de Tyler. El chico no se había concedido un solo minuto de descanso desde que todo aquello había comenzado, y afortunadamente gracias a que había permanecido tan atento, había detenido varias crisis que se habían presentado a lo largo de esos dos últimos días. Pero si bien no había duda de que Louis lo preocupaba mucho, su mayor preocupación era Dominique. Había vivido los dos últimos días con un terror ciego, y cada vez que Louis entraba en crisis, él se sentía morir pensando en las consecuencias para Dominique.

Abigail y Silver ya habían notado con anterioridad las indiscutibles habilidades que exhibía Tyler para aquella profesión, pero ahora estaban francamente preocupados por el chico, y cuando fueron a decírselo a Jason, éste no solo estuvo de acuerdo, sino que ya estaba pensando en cómo hacerlo descansar.

  • Aunque sabemos que no es un Black de sangre  --  dijo Silver  --  creo que tendrás algunas dificultades para eso, porque se comporta del mismo terco y necio modo que lo hacen ustedes
  • No te pedí tu opinión, señor Stone  --  dijo Jason fulminándolo con la mirada  --  y si sigues diciendo estupideces…
  • Silver tiene razón, y si piensas atacarlo por decir algo evidente, arruinaré tu reputación de caballero ahora mismo, porque tendrás que atacarme a mí también  --  lo interrumpió Aby

Jason elevó una ceja casi con diversión no por lo que había dicho Aby, sino por la cara de imbécil que tenía Silver que en aquel momento miraba a su compañera con los ojos y la boca muy abiertos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.