Lazos De Hielo Y Fuego

Capitulo 19

Camil

La luz del sol que entraba por las cortinas fue lo que me despertó. Me estiré perezosamente en la cama, sintiendo el calor de las sábanas aún sobre mi cuerpo. Al abrir los ojos, lo primero que hice fue alcanzar mi celular, que estaba en la mesita de noche.

Había varios mensajes de Alexei, y no pude evitar sonreír al ver su nombre en la pantalla. Abrí el primero, que decía:

"Buenos días, mi fénix. Estoy en Londres, pero no dejo de pensar en ti. Espero que tengas un día increíble. Te amo."

El siguiente mensaje era más corto:

"Avísame cuando tengas tiempo para hablar. Quiero saber cómo estás."

Sentí una calidez en el pecho mientras leía sus palabras. Alexei siempre sabía cómo hacerme sentir especial, incluso a miles de kilómetros de distancia. Le respondí rápidamente:

"Buenos días, mi amor. Todo está bien aquí. Te extraño. Que tengas un gran día y hablamos luego. Te amo."

Dejé el celular a un lado y me levanté para darme un baño. El agua tibia me ayudó a despejarme mientras pensaba en los diseños que debía presentar más tarde en la junta directiva. Era un día importante, pero también sabía que Alexei estaría en mi mente constantemente.

Una vez lista, bajé las escaleras, donde el aroma del café recién hecho y el pan tostado llenaba el aire. En la mesa, estaban mis padres y mi hermano Rodrigo, que hablaban animadamente sobre algo.

—Buenos días —saludé mientras me acercaba.

—¡Buenos días, Camil! —respondió mamá con una sonrisa—. Siéntate, el desayuno está casi listo.

Rodrigo me lanzó una mirada divertida mientras sorbía su café.

—Por fin te despiertas. Pensé que tendríamos que empezar sin ti.

—No exageres, Rodrigo —dije con una risa suave mientras tomaba asiento.

Papá dejó el periódico a un lado y me miró con interés.

—¿Cómo estás, hija? ¿Lista para tu presentación hoy?

Asentí mientras me servía una taza de café.

—Sí, he trabajado mucho en estos diseños. Espero que a la junta les gusten.

—Seguro les encantarán. Siempre haces un trabajo impecable —respondió mamá, colocando un plato de huevos revueltos en la mesa.

Mientras desayunábamos, me sentí agradecida por este momento en familia. A pesar de todo lo que estaba sucediendo, sabía que podía contar con ellos, y eso me daba la fuerza para enfrentar cualquier desafío, incluso estando lejos de Alexei.

Terminé de desayunar rápidamente, agradeciendo a mamá por la comida y despidiéndome de papá y Rodrigo antes de salir de casa. Tenía tantas cosas en mente, pero me centré en la presentación que debía hacer en la junta directiva. Era un día importante, y no podía permitir que nada me distrajera.

Al llegar a la empresa, tomé el ascensor directo al área de diseño. Decidí ir a mi oficina allí en lugar de la de Alexei. Su ausencia se sentiría demasiado en ese espacio, y prefería estar rodeada de los proyectos y bocetos que tanto me apasionaban.

Cuando abrí la puerta de mi oficina, mi secretaria, Julia, estaba esperando junto a mi escritorio. Parecía algo nerviosa, lo cual me hizo fruncir el ceño ligeramente.

—Buenos días, Julia. ¿Pasa algo? —pregunté mientras dejaba mi bolso sobre la silla.

—Buenos días, señorita Camil —respondió, mirando hacia la puerta—. Hay un hombre que quiere verla. No tiene una cita, pero insiste en que es importante.

Me crucé de brazos, un poco desconfiada.

—¿Dijo quién es?

—No, pero parece muy serio. ¿Desea que lo haga pasar?

Dudé por un momento, pero finalmente asentí.

—Está bien. Que pase.

Julia salió de la oficina, y unos segundos después, un hombre alto y de aspecto imponente entró. Tenía los mismos ojos claros que había visto en Irina y una expresión que oscilaba entre la calma y algo más inquietante. Cerró la puerta detrás de él antes de dirigirse a mí.

—¿Quién es usted? —pregunté, sin ocultar mi desconfianza.

El hombre esbozó una ligera sonrisa, como si encontrara divertida mi reacción.

—Soy Pavel, el primo de Irina —dijo con voz grave, metiendo las manos en los bolsillos de su abrigo—. He venido porque hay algo sobre ella que necesita saber.

Mi corazón se aceleró ante sus palabras. ¿Qué podía tener él que decirme sobre Irina? ¿Y por qué buscarme a mí en lugar de Alexei?

—¿Qué es lo que quiere decirme? —pregunté, intentando mantener la calma.

Pavel me miró fijamente, su expresión cambiando a algo más serio.

—Es sobre el bebé que dice estar esperando de Alexei. Hay algo que no cuadra, y creo que merece saber la verdad antes de que las cosas se compliquen más.

Su tono firme y su presencia me hicieron entender que no estaba allí para perder el tiempo. Algo importante estaba por revelarse, y aunque una parte de mí temía lo que iba a escuchar, sabía que debía enfrentar esta situación.

Me quedé mirando a Pavel, tratando de leer algo más en su expresión. Sus palabras me habían dejado intrigada, pero no estaba preparada para lo que dijo después.




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