Capítulo 5:Demasiadas coincidencias

Isla

Liam Blackthorne.

Desde que encontré su nombre, todo en mí se convirtió en una antena enfocada en él. Su empresa familiar aparecía en medios constantemente: tecnología, propiedades, inversiones... Era casi tan intocable como misterioso.

Y sin embargo, en ningún lado encontraba algo personal. Ninguna red social, ninguna entrevista donde hablara de sí mismo. Como si alguien se hubiera encargado de borrar cualquier cosa íntima.

Hasta que lo vi.

Fue en la biblioteca de la ciudad, un lugar al que apenas iba nadie. Fui buscando libros antiguos, convencida por una voz interna que no podía ignorar. Algo me llevó allí. Y lo encontré entre estanterías polvorientas, leyendo en silencio.

Se notaba incómodo cuando me acerqué.

—¿Liam Blackthorne? —pregunté sin pensar, y él levantó la mirada, sorprendido pero no asustado. Como si me hubiera estado esperando.

—Sí —respondió, su voz grave, cálida. Me erizó la piel—. Isla, ¿cierto?

Me paralicé.

—¿Cómo sabes mi nombre?

Él desvió la mirada, como si la respuesta fuera peligrosa.

—Nos presentaron en la gala, ¿no lo recuerdas?

Mentía. Estaba segura de que jamás había oído su voz. Pero decidí no insistir.

—¿Sueles venir aquí?

—No. Hoy fue… instinto —contestó. Sonrió apenas, y sus ojos se clavaron en los míos de nuevo. Ese momento, igual que en la gala, volvió a sentirse irreal. Como si el mundo nos rodeara sin tocarnos.

Hablamos un poco más. Sobre libros, sobre el colegio. Fingí normalidad, pero algo me decía que él no era solo un chico rico. Había algo salvaje en sus movimientos. Algo oscuro y contenido.

Esa noche volví a soñar con el bosque.

Y esta vez, lo escuché.

Una voz en la niebla, profunda y dulce, decía mi nombre.

“Isla…”