Capítulo 7:Todo empieza a encajar

Isla

Desde aquel encuentro en la biblioteca, Liam no desapareció. Todo lo contrario.

Comenzó a aparecer en mi vida con más frecuencia, como si nos persiguiera la casualidad… o algo mucho más poderoso.

Me acompañó al auto durante una tormenta. Me esperó a la salida del conservatorio donde practico piano. Incluso almorzó una vez en el mismo restaurante que yo, aunque él jamás parecía haber planeado nada. Era como si ya supiera dónde estaría.

Y cada vez que me miraba, algo dentro de mí se sacudía.

No era solo atracción. Era como si lo hubiera estado esperando toda mi vida.

Pero no todo eran mariposas. Desde ese día extraño, comencé a notar cosas… raras. Sombras en el bosque que bordea el colegio. Ojos que brillaban donde no debería haber nadie. Y más de una vez, sentí que alguien —o algo— me observaba desde los árboles.

Fui a la biblioteca otra vez y pedí libros antiguos. No de historia. De mitología.

Y allí estaba. Una página amarillenta, con una ilustración a tinta: un lobo negro con ojos dorados.

“Los Hijos de la Luna”, decía el título. “Criaturas antiguas, mitad humanos, mitad bestias. Viven entre nosotros desde tiempos remotos, protegidos por el secreto.”

Sentí un escalofrío.

Cerré el libro. Mi pulso temblaba.

¿Y si no era un mito?