Isla
Desde la noche en que vi a Liam transformarse, algo en mi interior cambió. No solo dejé de tenerle miedo… sino que, extrañamente, me sentí completa.
Como si una pieza perdida finalmente hubiera encajado.
Pero eso no fue lo único.
Comencé a soñar cosas que no eran mías. Bosques cubiertos de luna, antiguas reuniones bajo árboles milenarios, lenguas que nunca aprendí pero que entendía. Y en cada sueño, una mujer de ojos dorados y voz suave me susurraba:
“Recuerda quién eres, hija de la sangre antigua.”
Quise preguntarle a Liam, pero desde el ataque había estado distante. Me protegía… pero también parecía temerme.
Decidí buscar respuestas por mi cuenta.
Fui al bosque donde ocurrió el ataque. En el centro, encontré un árbol retorcido, con un símbolo tallado en el tronco: una luna partida al medio.
Cuando toqué la corteza, el suelo tembló.
Y por un segundo, escuché un aullido… dentro de mí.