Liam
Las semanas previas fueron un torbellino de estrategia, entrenamiento y tensiones.
La manada se había fortalecido, unida por un propósito común, pero la sombra del Consejo rebelde era cada vez más cercana.
Revisamos cada detalle del plan con Isla y Evelyn.
—Entraremos al territorio enemigo con sigilo —expliqué—. No podemos permitirnos una guerra abierta.
Markus nos guiaba por senderos ocultos, evitando las patrullas.
El día antes de la luna llena, reuní a la manada.
—Mañana no es solo un combate —dije con voz firme—. Es una prueba de quiénes somos realmente. No solo lobos... sino protectores, líderes y, sobre todo, familia.
Isla tomó mi mano, su mirada transmitía una confianza que me calmaba.
—Juntos —susurró—. Hasta el final.
Y mientras la luna comenzaba a asomarse en el horizonte, sentí que estábamos listos.
Porque esta batalla decidiría si nuestra manada sobrevivía... o desaparecía para siempre.