Lazos de Sangre

5. ¿Quién eres, Itzan?

Antes que cualquier cosa primero debía ir a casa y tomar una mochila. Empacar un par de mudas de ropa, mis objetos personales de aseo y prepararme para ir a casa de Nelly. Al llegar a mi hogar lo primero que sentí fue el peso del recuerdo nuevamente. Quizás no era tan mala idea esa de alejarme de este entorno por un tiempo. Crucé el umbral de mi casa y lo primero en lo que se enfocaron mis ojos fue en la mancha de sangre seca que se encontraba en el suelo de madera. El oscuro. Suspiré, avancé un poco hasta finalmente entrar por completo y cerrar la puerta detrás de mí. Subí los peldaños de las escaleras saltándome de dos en dos para llegar mucho más rápido.

Tomé la mochila que solía colgar de un perchero que se ubicaba en el pasillo fuera de mi dormitorio.

– Ya pensaba que no llegarías. –

Solté la mochila y me afirmé al marco de la puerta para controlar el susto de muerte que me había dado. Mi habitación se encontraba sumida en una oscuridad casi total por las cortinas cubriendo los grandes ventanales de cristal.

–Itzan. ¿Cómo entraste? –

Él se incorporó de la cama, pronunciando una media sonrisa a medida que se acercaba a mí.

–No fue complicado. Te esperaba. Pensé que irías donde tu amiga mucho más antes, pero al ver que nada había cambiado aquí, pensé que no volviste, así que te esperé. –

Luche para no pensar en nada, para no pensar en las palabras que me había dicho Milo, en que no debía confiar en nadie y en que no habían héroes de la nada. Luché contra todo porque si mal no recordaba, Itzan no eran alguien normal. Ni siquiera sabía qué criatura era.

–Oh. Lo siento. Me entretuve un poco en… El parque. Tuve una muy entretenida charla con un pequeño y sus cuentos de fantasía. –

–Joh. Ya veo. ¿Aún quieres hacer lo de tu mamá? –

Detuve toda acción que me encontraba haciendo en ese momento. Apreté el bolso que había recogido y tensé el mentón.

–Claro que sí. Debo regresarla a donde pertenece. ¿Aún vas a ayudarme? –

–Desde luego. No puedo dejarte sola. ¿Recuerdas? –Me miró con fijeza. Sus profundos ojos mieles perforando las barreras que me esforzaba por construir. De forma casi distraída, él acomodó uno de mis mechones cobrizos y junto a esa acción, fue acariciando mi mejilla. – Tu cabello es algo fuera de este mundo, Lennei. –

Pasó por mi lado y se dirigió hacia las escaleras. Lo supe porque posteriormente escuché el repiqueo de sus botines descender peldaño a peldaño.

Mi mano se dirigió hacia mi pecho, lo contuve un momento y me sorprendí a mí misma al sentir el pulso acelerado. Pero este chico. ¡Argh!

Me concentré en organizar lo que llevaría. Tres mudas de ropa por las dudas, un pijama, ropa interior. Cepillo de dientes, crema para peinar. Cuando me encontraba lista para descender el tintineo de mi teléfono móvil me hizo desviar mi atención hacia él. Deslicé mi pulgar por la pantalla para desbloquearlo y pulsar la notificación del correo electrónico.

Su solicitud ha sido aprobada exitosamente.

Nos complace darle la bienvenida. Sr/Srta. El presente instituto le permitirá homologar asignaturas aprobadas en su anterior institución superior. Para más información por favor acercarse a secretaría para conocer más detalles al respecto.

Se adjuntará por medio de un documento PDF las normas establecidas por el consejo de educación. Además de la malla curricular para su próximo ciclo universitario.

Para más información sírvase de responder este mensaje que, con gusto nuestro departamento de información resolverá sus dudas a la brevedad posible.

Att. Prit J.

Secretariado de Jostein P. Universidad privada.

–No me jodas. Que cabrón. Ni siquiera esperó a que le diera una respuesta. – Arrojé el dispositivo móvil al interior de la mochila y, ofuscada, cerré la misma para largarme de una buena vez.

Revolví mis cabellos enmarañándolos completamente mientras que solo descendía por las escaleras, divisando a Itzan apoyado contra la puerta, justo frente a mí. Mirándome con esa fijeza suya a la que empezaba a acostumbrarme.

–¿Te quedarás donde tu amiga a partir de ahora? – Se impulsó de la puerta y se acercó a mi.

–No. Solo serán unos días. O quizás solo sea hoy. Debemos empezar a buscar a mamá. ¿Qué tienes en mente? –

–En realidad he estado investigando un poco sobre quiénes pudieron haber hecho esto. Los oscuros definitivamente, ellos sabían que estabas aquí. –

–Bien. ¿Entonces tenemos que ir y solo… Darles un par de patadas? –Itzan rio ante mi comentario.

–¿Estás loca? Vine a protegerte de ellos y tú quieres ir a servirte en bandeja de oro. – Ojos mieles me picó con el dedo índice la frente. – Iré solo. Tú debes mantenerte a salvo. Te acompañaré a donde tú amiga. ¿De acuerdo? – Asentí. Sí. ¿Por qué no? Podría encontrarme con algún otro niño que asegurara ser un Lobo y me quiera para un ritual.



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En el texto hay: adolescentes, vampiros, sobrenatural

Editado: 11.09.2023

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