Lazos de Sangre

Capítulo 7


Jace.

Llegué justo a tiempo para ver como el cuerpo de la muchacha era arrojado con furia hacia un lado. Como si no fuera nada más que escoria.

Irá pura hirvio en mi sangre.

Ese bastardo iba a pagar cada golpe sobre su cuerpo.

Corrí hasta él blandiendo mi espada en dirección a  su cuello.

Me miro con sorpresa por un momento hasta que ambos comenzamos a luchar.

Sentí los pasos de Cole corriendo hacía mi, pero no le di importancia. 
Vi mi oportunidad al ver que se distrajo; mi espada se hundió en su carne y el grito que emitió me erizo la piel. Pude ver su brazo dirigiéndose a mi y lo detuve está vez disparando con mi arma.

Su cuerpo cayó hacia atrás en un estallido sordo.

Inmóvil. Muerto.

Sin siquiera inmutarme corrí hasta la chica y me arrodille a su lado. Observandola asustado como Cole procedía a darle primeros auxilios.

—No reacciona —Emitió en un susurro.

Vamos nena, despierta. Suplique en silencio.

Me aterró la idea de haber llegado tarde. No podía dejar que muriera, no cuando habíamos llegado tan lejos.

—Reacciona, reacciona —Cole seguía presionando contra su pecho y yo seguía contando en silencio cada una de las pulsaciones.

—Traigan el Jet ahora —rugí a través del auricular al ver como el cuerpo de la chica se sacudida en espasmos y abría la boca para ingresar aire a sus pulmones, sin embargo, aún así no reaccionó.

Su cuerpo se encontraba demaciado debil; varios golpes yacían sobre la piel de su rostro, sus labios azules me indicaron que podría estar sufriendo de hipotermia.

Ambos miramos al cielo en cuanto el jet se alzó ante nuestros ojos y se detenía a unos metros más adelante.

Alce a la chica en mis brazos para cargarla. Un aroma floral inundó mis fosas nasales por un momento y corrí hacia el jet con Cole pisándome los talones.

Los paramédicos corrieron hasta mi al ver el cuerpo de la chica y la quitaron de mis brazos para ponerla en una de las camillas, conectandola inmediatamente a unos cables. 
Me senté en uno de los asientos llevándome las manos al rostro. La habíamos encontrado. Ella seguía viva...

¿Pero a que costó?

¿Cuales eran las alternativas ahora?.

Debía sentirme aliviado de que la hayamos encontrado. Herida, sí, pero esperaba que sobreviviera. Habíamos llegado demasiado lejos como para perderla ahora.

Me sobresalto al sentir la mano de mi mejor amigo en mi hombro. Ambos mirándonos con preocupación. 
Se supone que debería sentirme satisfecho de haberla encontrado.

Pero algo me decía que esto era apenas el comienzo.

Recoste mi cabeza hacia atrás y cerré los ojos, suplicando en silencio a todas las deidades para que está joven inocente despertará. La habíamos encontrado. La última descendiente de los Black seguía con vida.

Esperaba que siguiera así un tiempo más.

 

🌷
 

Rose
 

Las voces a mi alrededor no cesaban.
 

Quería caer en las profundidades de la inconsciencia al sentir los dolores en mi cuerpo. 
 

El alivio duro sólo algunos segundos hasta que volví a escuchar aquellas voces molestas nuevamente. Todo en mi amenazaba con caer al abismo, sin embargo, sentía como alguien jalaba de los hilos hasta arrastrarme en la conciencia. Ahí donde podía sentir el dolor en mis extremidades, la molestia en mi pecho y el pinchazo de fuego en mi brazo. Se me hacia extraño no sentir el frío del aire por mi piel, estremeciendome. En su lugar la calidez me envolvía entre sus brazos. La suavidad debajo de mi cuerpo hizo más difícil en seder a aquél llamado. 
 

No quería despertar, me encontraba demasiado cómoda como para volver a la realidad tan pronto.
 

¿Estaba muerta acaso?
 

La luz cegadora me envolvió por completo. Pero mis ojos pesaban, pesaban demasiado. Finalmente pude lograr mover un dedo; seguido de esto moví mi mano por completo y luego el brazo. 
 

Mis ojos se abrieron de golpe visualizando el ventilador que giraba en el techo. Inmediatamente me incorporé al percatarme de la situación. Los recuerdos de mi pelea con el Lycan regresaron de golpe casi haciendome caer. Observe la habitación completamente vacía al igual que sus paredes. 
 

Genial.
 

Ni siquiera sabía donde me encontraba.
 

Tome mi brazo derecho con mi mano izquierda al sentir el dolor agudo recorrerme por completo, Posiblemente roto y apoye mis pies descalzos en el frío suelo de mármol para comenzar a caminar hasta la puerta. 
 

No di ni dos pasos cuando está última se abrió por completo dejando ver dos rostros masculinos. Ambos con la misma expresión fría y la típica pose que ya conocía de memoria. 
 

Cazadores.
 

Retrocedi por instinto y busque mis armas.
 

Haciendo una mueca al recordar que sólo me encontraba usando una bata de hospital.
 

—¿Quienes son ustedes? —Escupi. 
 

Esperaba verme amenazadora.
 

El de cabello castaño claro camino hasta sentarse en una de las sillas que hasta ahora recién me percataba.
 

Y sonrio amistosamente en mi direccion.
 

—Soy Jace Hunt —Hablo el pelinegro extendiendo la mano hacía mí. 
 

Mire su mano enguantada por unos instantes y luego volví la vista hacía él. Quien cabe decir no apartó sus ojos de mi en ningún momento. Como si estuviera analizando mi comportamiento.
 

—Yo soy Cole Andersson —Hablo el Castaño desde su posición.
 

Mis piernas amenazaron con decestabilizarme así que a regañadientes volví a sentarme en la camilla sin dejar de observar al par frente a mi.
 

—¿Cómo es que sigo viva?
—Pregunté. 
 

No es que estuviera quejándome.
 

La vida me había dado una última oportunidad para salvar a Ibby de las garras de los Lycans. 
 




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