Lazos de Sangre

Capitulo 5: Fuga

—No, no harás eso—me tapo la boca con la mano derecha y con la otra me coloco las manos hacia atrás, en en menos de lo que pude percibir ya estaba sobre la cama y con él encima mío

—Por favor, suéltame, suéltame—comencé a llorar mientras él rompía mis bragas-te los suplico, no les diré nada pero déjame ir...—lloraba cada vez más al sentir sus besos bajar por mi abdomen, sus besos eran fríos, me hacían estremecer, el miedo se apoderaba de mi, no podía dejar de temblar al sentir su piel contra la mía

—Cállate, a partir de hoy serás mía, serás mi puta

—Diego por favo... aaahhh... detente detente... me duele—comencé al sentir sus embestidas contra mi, las lagrimas salían sin control, sentía que mi vientre me dolía, cada movimiento era como si algo se desgarraba dentro de mi—detente, para, por favor... por favor... te lo suplico—chillaba pero el solo aumentaba el ritmo-me haces daño... detente...

—Cállate... esto recién comienza—me advirtió

Él seguía recorriendo mi cuerpo con esos besos, sentía cada vez más asco, mis gritos no eran oídos, él no se detuvo por más que suplique, me violo, una y otra vez.

Fin del Flashback

A partir de ese día comenzó mi calvario, no fui capaz de hablar, no fui capaz de decirle a nadie, Diego me amenazó, yo estaba avergonzada, me sentía sucia, me sentía nada, a partir de ese día cambie, mi vida se volvió una completa agonía en la cual solo servía para satisfacer los deseos de mi verdugo, no volví a desobedecerlo, cada vez que hacia algo que lo disgustaba abusaba de mi, era cada vez mas duro conmigo, era prácticamente como él me llamaba "Su puta".

Por eso cuando me enteré que él planeaba escapar con Amalia, un aparte de mi se alegro, sería mi liberación, por fin podría tomar las riendas de mi vida, podría recuperarme con la ayuda de Tiago, pero ahora que él no se ira y que creé que yo fui quien lo delato, mi vida empeorará, no me cabe la menor duda.

Amalia:

Por fin el avión estaba bajando, dos horas en este avión fueron más que suficientes para analizar mi plan a cada detalle. Me levante de mi asiento, el guardaespaldas atajo su mano para evitar que me alejara de su vista.

—Solo iré al baño—comuniqué—¿Puedo hacerlo o esta prohibido?—pregunte en tono déspota

El guardaespaldas bajo su mano y yo me retire hasta los servicios. Hasta ahora todo iba saliendo bien. Entre a uno de los compartimientos del avión, no saldría de aquí hasta asegurarme que no haya ningún otro pasajero en el avión. Me quedé esperando durante media hora mientras revisaba que en los bolsillos de mi abrigo estuvieran todas las joyas de mi madre, sin eso no podría hacer nada, al igual que escondía todo lo de valor que tuviera, me despeine un poco el cabello y me mojé la cara. De pronto unos golpes en la puerta me alertaron.

Seguro es el guardaespaldas...

Abrí la puerta y en efecto, era él, ahora era cuando debía actuar. Salí del bañó, si un par de pasos tambaleándome, me lleve la mano a la frente y con la otra me comencé a hacerme aire mientras respiraba varias bocaradas de aire.

—No... no estoy...

—Señorita ¿Se...—ya lo había alarmado, era ahora, fingí un repentino desmayo cayendo sobre sus brazos-Señorita White—me toco la frente—no tiene fiebre, señorita White, despierte, se desmayo

Comenzó a caminar hasta la salida del avión, mientras me tenía cargada. Sentía como bajaba las escaleras del avión, seguía caminando, después de un par de minutos sentí que el ambiente cambio, más cálido y varios murmullos acompañados de ruedas de maletas, eso me indico que ya habíamos entrado en el aeropuerto, lo más probable es que me llevará a una sala de enfermería que había en todo los aeropuertos. Confiaba en que haría eso. Después de unos instantes escuché el sonido de una puerta deslizarse, de pronto el ambiente volvió a cambiar y mis fosas nasales captaron un perfume de mujer.

Seguramente es la enfermera...

—Buen día ¿En...—su tono parecía calmado, pero de pronto cambio—¿Qué sucedió?

—Se desmayó—hablo el guardaespaldas—salió del baño y...

—Tráigala para acá—se escucho el sonido de una puerta abrirse—el guardaespaldas volvió a moverse y me coloco en una superficie, la cual supongo que es una camilla

—Ahora la revisaré-hablo la mujer—le comunicaré cuando despierte, esperemos que solo sea un simple desmayo

De pronto unos pasos comenzaron a sonar, lo acompaño el rechinido de una puerta. Luego se escucharon otros pasos más suaves que los anteriores recorrer el área, iban de un lugar a otro como si buscara algo.

Cuando la sentí cerca de mi, rápidamente me levante, abrí mis ojos y antes que hablará coloque mi dedo índice sobre mis labios como pidiéndole que no dijera nada con ojos suplicantes de los que pronto saldrían lagrimas, su rostro detonaba sorpresa

—Por favor—susurré levantándome con un tono desgarrador en mi voz—ayúdeme—uní mis manos con las de ellas—se lo suplico—lagrimas caían de mi—se lo suplico... si no me ayuda... moriré por favor... no puedo seguir así...—me abalance contra ella y la abrase—usted es mi única esperanza, por favor, por favor ayúdeme...—hablé entrecortado fingiendo desesperación

—¿Qué sucede?—susurró alejándome gentilmente para verme a la cara—¿Por qué...

—Estoy secuestrada...—respondí con la mirada gacha mientras mas lagrimas se escurrían por por mis mejillas—ese hombre me secuestro—hable con horror—no he visto a mi familia hace meses, ni siquiera se donde estoy o que tan lejos estoy de mi casa, por favor... ¿Dónde estoy? Dígame por favor, ayúdeme, ese hombre me quiere vender, no quiero, no quiero...—moví mi cabeza de izquierda a derecha con cierto desconcierto en mi mirada—no sé a quien, no quiero, solo soy una niña, no quiero por favor... ayúdeme, ayúdeme...—pedía con la voz quebrada y el corazón encogido—hay más muchachas como yo, a ellas también las quiere vender, por favor.... ayúdeme... se lo...




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