Hace tres días, el pueblo oculto de Akane fue atacado.
En ese pueblo vivían dos de las familias de Aluas más importantes, allí se dedicaban a entrenar a sus dos Aluas y algunos otros hechiceros poderosos de las familias y de otros lados pues se decía que allí estaban los mejores maestros de las 5 tierras.
Mientras sucedía el ataque Akane intentó ayudar y proteger a su gente, pues era la Alua más fuerte.
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En pocas semanas ya partiría hacia bahía sur para juntarse con Hoku Dagger; el recipiente de Amlug, la primera vez que lo vio se asustó bastante pues era un felino enorme, fiero, con los ojos azules y desde la cabeza hasta las colas, unas líneas tribales iluminadas con una luz azul, cuando se acercó a él por primera vez Amlug se quedó agazapado mirándola con curiosidad, miró hacía un lado y vio al hijo pequeño de los Dagger, Hoku, y se puso demasiado tenso empezó a encresparse y a gruñir, lo que hizo que Hoku llorara haciendo que a ella le doliera su sufrimiento
-Amlug- Akane se acercó a él, en aquella época la niña tendría 5 años
- ¿Qué quieres niña? - la bestia se posicionó firme delante de ella, pero la niña no retrocedió un paso, estaba delante de Hoku e iba a protegerlo
-No le hagas llorar, por favor- Amlug se agachó a su altura para mirarla a los ojos
-Pelo blanco, un ojo morado y un ojo azul- se quedó pensando unos segundos -Eres la viva imagen de tu madre- conforme con la niña redujo su tamaño hasta el de un gato domestico
-Gracias, no le hagas llorar que lo asustas- le acarició la cabeza, Hoku se quedó mirándoles algo intranquilo -Tenéis que ser amigos, estamos unidos -le ofreció su mano a Hoku la cual aceptó y le dio un fuerte abrazo
El resto del día los dos niños pequeños y el Aluis, jugaron y contaron historias, hasta que se hizo de noche y tuvieron que cortar el lazo, desde ese día, Amlug vive dentro de Hoku y Akane fue llevada a su pueblo y entrenada en las tres disciplinas, su control de los 4 elementos combate cuerpo a cuerpo y armas
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Su pueblo estaba en llamas, ella controlando el agua del rio que pasaba por su pueblo intentaba apagar el fuego, eran demasiados y los querían a ellos, a los Aluas, pisaba el suelo con fuerza haciendo salir las rocas tirándoselas a sus adversarios, su control de los elementos: aire, fuego, tierra y agua era extraordinario, pero era un ataque perfectamente planificado, los guerreros más fuertes el cualquiera de las 3 disciplinas estuvieron ganando tiempo, para que la gente del pueblo pudiese huir
Su hermano y ella luchaban espalda con espalda, su hermano no tuvo la suerte de nacer con uno de los elementos, pero sus maestros le enseñaron a controlar su chi y lograr hacer algunos movimientos
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Aquí podías nacer, con un elemento de nacimiento, lo que hace que tu chi sea aun más fuerte, los que nacen sin elemento, pueden entrenar y aprender a utilizar su chi y energía vital para hacer otros movimientos, luego había gente que nació con los 3 elementos, ellos son poco frecuentes y suelen ser contratados en las grandes ciudades como guerreros y protectores de los jefes o mandatarios, los que nacían bajo los 4 elementos, solían ser únicos y su deber era enlazarse con los recipientes de los Aluis, para mantener el orden, controlarlos y protegerlos.
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Su pueblo estaba siendo arrasado, muchos de los guerreros, sus amigos, estaban muertos, los elementales (como se llamaba a los que han nacido bajo algún elemento) cada vez eran menos, los estaban capturando para hacer lazos de sangre, hacerlo con elementales que no son Aluas era peligroso, casi mortal e ilegal.
- ¡Tienes que irte! - su madre la apartó del filo d una espada que pasó por delante de ella
- ¡No pienso irme! - soltó fuego por la boca hacia uno de los enemigos
-No te lo estoy preguntando- su madre la golpeó fuertemente en la nuca dejándola inconsciente, dio un pisotón en la tierra levantando en trozo en el que se encontraba su hija, rápidamente fue hacía el río dejándola en una barca que tenían preparadas en caso de emergencia, al otro Alua lo habían perdido de vista al principio del ataque, entró en el agua y empezó a mover los brazos haciendo que el río se moviera de forma rápida llevándose a su hija -Ten cuidado- se tuvo que tapar la boca para acallar su sollozo
Unos guerreros que estaban volviendo hacia Ciudad Suroeste encontraron a Akane tirada en la orilla del río, había corrido la voz del ataque a su pueblo y su desaparición, nadie fue a comprobar como estaba su pueblo, pues propiamente lo dijeron los pocos que escaparon, escaparon o murieron, habrán peleado a muerte.
Akane en Cuidad Suroeste fue atendida de urgencia, se encontraba aun inconsciente con algunas quemaduras y con claro signos de agotamiento habría consumido toda su energía, amigos de Hoku de aquella ciudad estuvieron pendiente de ella, haciendo turnos para que no despertara sola.
Akane despertó de repente sobresaltando al chico que había a su lado, ella totalmente desorientada se puso en posición de pelea rodeando sus manos con fuego
- ¡Tranquila, tranquila! – hizo un escudo con su chi evitando el fuego que Akane lanzó
- ¿¡Quién eres!?- iba a volver a atacar, pero el chico rápidamente le puso una pegatina en la frente con un símbolo, esto haría que no pudiera usar su control de elementos, la tiró un vaso de agua a la cara para que reaccionara
- Respira por favor- Akane se quedó parada mirándole, lentamente se quitó la pegatina de la frente, bajo la atenta mirada del chico
-Vale…- los dos se quedaron callados mirándose, él lentamente le ofreció un vaso con agua, lo cogió bastante desconfiada y sin pensarlo un segundo se lo tiro al chico empapándole entero -Ya estamos en paz-
Se levantó de un saltó y empezó a girar sobre si misma haciendo una esfera de aire para secarse, el aire hizo que al chico se le quedara el pelo hacía un lado haciendo reír a Akane, se estiró haciendo crujir sus huesos