-El grupo que te acompañó se quedará hasta nuevo aviso, se quedaran en la casa de la costa
-Si señor
Hoku y Akane se encontraron a solas en el despacho de él, ya habían decidido que el grupo se quedaría hasta encontrar a Aiken, mientras tanto el deber de Akane era proteger a los dos recipientes, la seguridad aumentó en Bahía Sur, cerrando la mayoría de los accesos para evitar posibles ataques
- ¿Y yo donde me quedaré? - Akane estaba sentada en la silla de su despacho mirando la ciudad con gran expectación
-Emm, yo he pensado que te instalaras en mi casa- ante la mirada atenta de la chica intentó rectificar con mucha vergüenza -Si quieres claro, yo es que vivo solo en una casa grande y… que igualmente creo que hay unas casitas en la costa junto a los demás, donde te encuentres más cómoda, Barclay
Se podía ver el nerviosismo del chico y como sus mejillas se sonrojaron ligeramente, la chica no podía dejar de verle con gracia y no pudo evitar reírse ante la situación
-No te rías- dijo Hoku en voz baja
-Eres un idiota Hoku- le dio un pequeño empujón -Me quedare en tu casa, no te preocupes, aunque no se cómo me voy a instalar si no tengo nada- se empezó a reír
-Podemos ir de compras- dijo el chico aun con vergüenza
-No te preocupes, ahora es de noche y estoy bastante cansada, quiero dormir
-Oh claro, lo siento, vayamos a casa dando un paseo, así te puedo enseñar la ciudad y no se…
-Claro me encantaría, por cierto, no me llames por mi apellido, tengo nombre Hoku- la chica salió del despacho con cierta gracia
Se encontraba bien junto a su lazo, pero la pena que sentía por su familia y el no poder ir a su pueblo a darles sepultura les carcomía el alma, estaba dividida totalmente, si pudiera, ahora mismo iría a su pueblo a enterrar a su familia
El paseo trascurrió tranquilo, la gente les sonreía y los saludaban por la calle, iban hablando y contando historias de los años en los que estuvieron separados, las risas pronto inundaron los oídos de los transeúntes, les resulta raro escuchar al jefe Dagger reírse, todos esperaban con ansias la llegada de su Alua
Al final de la calle se podía ver el mar, ella nunca había visto el mar, lo cual le fascino de manera espectacular
-La casa esta a la derecha
Siguiendo los caminos que había llenos de maleza, el mar iba a su lado, las olas rompían con fuerza en las rocas salpicándoles, el camino se iluminaba con farolas y al fondo se pudo ver una casa, era grande, pero a la vez se veía acogedora, esa sería su casa por lo menos durante una temporada
-Espero que te guste- se rascó la nuca mientras entraban en la casa
-Es preciosa Hoku- Akane se quedó maravillada, era espaciosa, pero a la vez muy hogareña
-Tengo que contarte una cosa…- no se le veía muy convencido
- ¿Qué sucede? - se noto la inquietud en su voz
-No puedes ir a tu pueblo y se lo que ha pasado… quiero decir, no sé si te parecerá bien, pero… mandé a mis mejores guerreros a ver el pueblo
- ¿Qué quieres decir? - no se la veía nada contenta por donde estaba yendo la conversación
-Como se que quieres ir y no nos dejan, mandé a unos cuantos a que rastrearan el pueblo, a los que secuestraron y a enterrar a los fallecidos- ella estaba en silencio -Hemos podido rescatar a unos pocos, y enterraron a tus padres y a tu hermano, lo siento- las lágrimas no tardaron en caer
-Lo sabía, pero no quería confirmarlo- se abrazó a sí misma, mientras sollozaba, Hoku se acercó para abrazarla, ella le abrazó con fuerza hundiéndose en su pecho
-Han traído casi todo lo que había en tu casa, no sé si te parece bien, pero imaginé que querrías conservar algunas cosas- Akane se quedó muy sorprendida y empezó correr en búsqueda de su cuarto
- ¡Está a la izquierda! - escuchó gritar a Hoku desde la entrada
Siguió corriendo hasta llegar a una habitación que estaba entreabierta, ni se fijo en la propia habitación, había solo unas pocas cajas, Hoku estaba detrás de ella en la entrada mirando su reacción, sabia que era un tema delicado y no sabia como reaccionaria
Akane abrió rápidamente una de las cajas, algunos de los objetos estaban algo quemados, pudo ver fotos con sus padres y su hermano, algunos recuerdos de cuando era pequeña, cogió un peluche que estaba algo quemado, pero recuerda que se lo regalo Hoku la primera vez que se vieron, se giró hacía él con lágrimas en los ojos, pero con una sonrisa agradecida
Al fondo de una de las cajas estaba el colgante de su madre, notaba como su sangre hervía como sus manos se calentaban, como el suelo temblaba bajo sus pies, el agua del mar se alborotaba aún más, una ráfaga de aire abrió la ventana envolviéndola con furia, esta rabiosa sus propias lagrimas se evaporaban en sus manos
-Quiero matarlos… quiero matarlos a todos-
Hoku en un movimiento rápido saco el hilo azul de su pecho conectando con el de ella y saco una de ella para conectarle con él, cerrando el lazo de sangre
[…]
Akane despertó en un prado de hierba, el lazo que los unía aparte de unirlos en cuerpos les unía en chi, lo que hacía que, uniendo el lazo, pudieran estar juntos en el mismo plano astral junto a Amlug
Hoku estaba sentado junto a ella mirándola, estaba preocupado, prácticamente casi tira la casa abajo, los Aluas tenían gran poder, pero ese poder era bastante inestable junto con las emociones
-Lo siento- se sentó también
-No pasa nada, Amlug quería verte
Ella se giró a sus espaldas Amlug estaba tumbado, le lamio la cara
-Hola a ti también, gatito
-No me llames gatito Barclay- le sonrió -Siento lo de tu familia, les tenía gran aprecio
-Gracias Amlug- le acarició la cabeza -Vosotros sois mi única familia ahora…
Hoku se quedó mirándola sorprendido, ella también era su única familia y lo que les unía eran unos lazos impuestos, pero eso es la familia lazos impuestos por compartir sangre