Lazos de sangre: Los cuatro vestigios

El libro negro

Amber como ya era recurrente no podía dormir, se despertó como a las tres de la mañana, trató de conciliar el sueño nuevamente y hasta cierto punto lo logró, pero aún así solo pudo dormir dos horas más, ahí fue cuando se hizo a la idea de que no podría volverse a dormir, entonces se quedó pensando como pasar el tiempo hasta que amaneciera, y entonces se le ocurrió ir a la biblioteca, escoger un libro y leerlo en su habitación. Se puso sus pantuflas y fue.

No era la primera vez que iba a la biblioteca, pero aún así le seguía impresionando como si fuera la primera vez, quizás por lo grande que es o por su gran estilo victoriano, era algo inefable. 
Iba caminando por las estanterías pero no sabía exactamente que leer, ni de qué tenía ganas, solo iba viendo los lomos de los libros haber si de pura casualidad uno le llamaba la atención, después de pasar unos minutos recorriendo la biblioteca, por fin encontró un libro que le llamó mucho la atención porque estaba hasta arriba del librero abierto, como si alguien lo estuviera leyendo y se le olvidara cerrarlo, era completamente negro, de tapa dura, era de buen tamaño, Amber decidió que este era el libro indicado.

Se regresó a su habitación en silencio, tratando de no despertar a nadie del cuartel, y se sentó en su cama a leer. Amber hojeando el libro notó que tenía 3 cuentos relativamente cortos que estaban ilustrados. Los nombres de los cuentos eran.
-El juramento eterno 
-Angeles y demonios 
-Los cuatro grandes

Amber se quedó hasta las ocho de mañana leyendo, leyó los dos primeros cuentos, decidió dejar de leer cuando escucho ruidos del piso de arriba, ya se estaban levantando, de seguro era Owen o Edmond. 

                                        ***

Ed estaba vomitando, tenía resaca, Owen al escucharlo se levantó de su cama y tocó la puerta del baño. 

-¿Estás bien?
-Sí, ya casi acabo, un segundo- contestó Ed, y después volvió a vomitar.
Owen si querer hizo una cara de asco y desagrado, así que mejor regresó a su habitación. 

-Tengo resaca, me siento fatal- dijo Ed entrando al cuarto de Owen y sentándose en su cama.
Owen se quitaba la pijama y se ponía un pantalón de mezclilla. 
-Se te ve. No debiste haber tomado tanto.
-Eso ya lo había deducido-  Oye, una pregunta, ¿qué hiciste ayer en el club?
-¿A qué te refieres?
-Ayer sentí algo, en mi pecho y te aseguro que esa sensación no era mía, si no tuya.
-¿Qué sentiste exactamente? 
-No fue algo malo, sentí paz, sentí como cálido, no se como explicarlo.
-Pues no sé a que te refieres. 
Ed miró a Owen con incredulidad. 
-Por favor Owen, desde que hicimos el juramento eterno, tú y yo nos volvimos uno mismo, y se cuando me mientes. Así que ya dime ¿Qué pasó anoche?- dijo en un tono más serio.
Owen lo miro rápidamente para después desviar la mirada, se rindió.
-Amber.
-¿Amber? Carajo, la besaste.
...
-¿Enserió la besaste? 
...
-Con razón sentí lo que sentí. ¿Te estás...?
-No lo digas- dijo Owen mirándo fijamente a Ed.
-¿Enamorando? A no ser que ya lo estés.
-Ya basta.
-Amas a Amber desde que la conoces...
-Dije que ya basta- vociferó Owen.
-¿Porque siempre te cuesta hablar de tus sentimientos? ¿Porque nunca has admitido que amas a Amber, cuando es más que obvio que lo haces?- ahora Ed levantó la voz.
La cosa se ponía tensa.
-¿Y tú porque no admites que estas enamorado de Iliana? ¿Porque te da miedo tener una relación?
-Detente- masculló Ed.
-Te diré porque, porque eres un cobarde, te crees tan poca cosa que normalmente alejas a la gente de ti y así sientes que no las decepcionarás.
Ed estaba molesto y herido, Owen le dió en su punto sensible.
Ed solo salió de la habitación sin nada más que decir, Owen al ver su mirada se estaba arrepintiendo de lo que le dijo.

Después bajó a la cocina y se encontró a las chicas preparando hot cakes con chocolate caliente. Al ver a Amber su humor mejoró un poco, cruzaron miradas y sonrieron, se aproximó a ella y solo se le ocurrió decir hola, Amber contestó lo mismo, (ninguno supo que hacer o que decir, solo se quedaron mirándose).
-¿Owen? ¿Lucas? ¿Quiéren hot cakes?- interrumpió Dayana. 
-Seguro.
-Si yo también.
...
-Oye por cierto, recuerdo todo lo que pasó anoche...- dijo Amber en voz baja mientras se iba a sentar a la mesa junto a Lucas, pero Owen la detuvo y la atrajo hacia el para darle un beso rápido en los labios.
-Me alegra. 
-Ay que bonito.
-Ay que asco.
Dijeron Dayana e Iliana al unísono, es más que obvio quien dijo que cosa.
-Ok tortolitos siéntense ya- dijo Lucas.
Y eso hicieron, unos minutos después bajaron también a desayunar Ed y Tom.
 




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