Lazos De Sangre Y Luna

Capitulo 27: La Sangre De Los Vivos

Las Ruinas del Primer Aullido se alzaban como una herida abierta en la tierra. Rocas ennegrecidas por fuego antiguo, templos caídos, símbolos lunares rotos. El cielo parecía más bajo allí, como si los dioses mismos se hubieran encogido de vergüenza.

La caravana de Serena llegó al anochecer. Nadie habló. Todos sabían que no había regreso desde ese lugar.

Kael observó el horizonte. A lo lejos, la luna roja comenzaba a emerger. No era un augurio, era una sentencia.

—Este lugar huele a profecía —murmuró Hadrien, mientras los guardianes encendían los círculos de protección—. Y a muerte.

Serena descendió de su montura. Los fragmentos vibraban en su cuerpo como si se estuvieran preparando para despertar por completo. Por momentos, veía doble. Oía voces que no eran suyas. Sentía fuego en la sangre y hielo en el alma.

Aetheryon estaba cerca.

—Preparen el círculo —ordenó—. Y nadie entre conmigo.

—No puedes entrar sola —protestó Kael—. Es una trampa. Este sitio… lo sabían. Te estaban guiando aquí.

—Lo sé —dijo Serena, y por primera vez su voz sonó más antigua que la tierra bajo sus pies—. Pero también sé que debo llegar sola hasta él. Si me siguen, será el fin.

El ritual fue iniciado.

Elandra, temblorosa, entonó las antiguas palabras. El aire se volvió pesado. El suelo, inestable. Las grietas de las ruinas comenzaron a brillar con un resplandor carmesí.

Y entonces ocurrió.

Un grito.

Una explosión de sombras.

Un guardián cayó, la garganta rota.

—¡Emboscada! —gritó Hadrien, desenvainando su hoja de luna.

Pero no eran enemigos externos.

Eran los suyos.

Cuatro de los caminantes del clan Riven se alzaron contra el círculo. Uno de ellos, un anciano de ojos blancos, levantó la mano ensangrentada y arrojó una marca oscura sobre el cielo.

—¡En nombre del Equilibrio, detenemos a la Reina! —bramó—. ¡No debe completarse la unión!

El caos estalló. Magia contra magia. Llamas, aullidos, traición.

Kael peleaba como una bestia. Derribó a dos traidores antes de que pudieran dañar a Serena. Elandra gritaba órdenes mientras un rayo desgarraba el cielo.

Pero entonces, la grieta se abrió.

En medio del círculo, frente a Serena, Aetheryon apareció. No como un monstruo, sino como un reflejo de ella misma. Alto, majestuoso, con la misma mirada verde… pero hueca.

—Bienvenida a casa —dijo con voz humana.

Serena no tembló.

—Este no es mi hogar.

—Pero sí tu origen.

La tierra tembló.

—Tú no viniste a destruirme, Serena. Viniste a liberarme. Porque solo tú puedes completar el ciclo. Solo tú puedes absorberme por completo.

—No.

—No te engañes. Tus padres lo sabían. El linaje de tu padre fue creado para contenerme. El de tu madre para despertarme. Tú eres ambos.

El silencio cayó como una losa.

Y entonces, el giro.

Kael fue arrojado al centro del círculo. Malherido. Sangrando. Elandra también, sujetada por cadenas de sombra.

—Tienes una elección, Reina de Sangre y Luna —dijo Aetheryon—: Absórbeme por completo y salva a los tuyos… o resístete, y mira cómo todos mueren.

Serena sintió el corazón partirse.

El poder la rodeaba como un manto. Los fragmentos latían como un segundo corazón. El aire ardía en sus pulmones.

Y entonces… una memoria.

Su madre, frente al espejo, susurrando:

—El sacrificio verdadero… no es morir. Es vivir con lo que perdiste.

Serena alzó la mano.

Los fragmentos flotaron a su alrededor, como lunas pequeñas. Uno a uno, los absorbió.

—Yo elijo, Aetheryon. Pero no como tú quieres.

El demonio sonrió.

—Entonces que arda el mundo contigo dentro.

Y con un rugido, se lanzó sobre ella.

La explosión de luz dejó ciegos a todos.

Cuando las sombras se disiparon, Serena ya no estaba.

Solo quedaba un cráter de fuego, y en el centro… una figura de pie, envuelta en luz y sombra.

Mitad humana. Mitad lobo. Mitad diosa.

No sabían si era Serena… o algo nuevo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.