Lazos Inesperados

Capitulo dieciocho :La caída de la oscuridad

Esmeralda

La oscuridad se apoderaba de mí, cada susurro de odio y venganza resonando en mi mente como un eco interminable. En lo profundo de mi ser, una tormenta se agitaba. El abandono, la traición… todo se fusionaba en un torbellino de emociones que alimentaba mi poder.

Me encontraba en el bosque, el lugar donde una vez había encontrado paz. Ahora, era un refugio de sombras. Las sombras que había convocado danzaban a mi alrededor, obedientes a mi llamado. Mi risa, aunque fría y vacía, era el reflejo de la determinación que había encontrado en medio del dolor.

—No me detendré hasta que todos caigan a mis pies —murmuré, sintiendo el poder correr por mis venas. Mis ojos se llenaron de un brillo oscuro, y sabía que la batalla se acercaba. No era solo una cuestión de venganza; era un camino hacia la salvación, aunque fuera a costa de otros.

El Rencor que Consume

El recuerdo de Aurora me atormentaba. Ella había salido adelante, mientras yo me había quedado atrapada en esta pesadilla. Su éxito era un recordatorio de mi propia incapacidad. La magia que había abrazado era la única manera de recuperar el control. Mi hermana, Mia, estaba en peligro, pero no podía permitirme dudar.

Un frío abrazo de soledad me envolvía mientras convocaba mis sombras. Eran mi única compañía, y a medida que los poderes oscuros crecían a mi alrededor, supe que debía actuar. No solo por mí, sino por todos los que me habían fallado. Especialmente mi familia

—¿Qué tienen para ofrecerme, si no son más que luces efímeras? —les grité al viento. Mi voz resonó en el bosque, como un desafío.

El Último Plan

Mientras las sombras se arremolinaban, una idea surgió. Si la conexión entre ellos era su mayor fortaleza, entonces debía romperla. Con un gesto, envié mis sombras hacia el castillo, donde sabía que se estaban preparando para la batalla.

Los vi, juntos, unificados en su misión. El fuego de Angelina, el agua de Flora, el viento de Helen,la naturaleza de tin y la luz de Mia,de mi her-ma-ni-ta. Eran una fuerza poderosa, pero cada conexión que formaban también era un punto débil.

Debía encontrar la forma de hacer que el miedo floreciera en sus corazones. Me concentré en esa idea, invocando recuerdos oscuros de sus pasados, sus miedos más profundos, y comencé a tejer una red de desesperación que iría más allá de lo tangible.

El Eco de las Sombras

Mis sombras se deslizaron por el suelo, tomando la forma de figuras familiares para ellos. Sabía que la apariencia de aquellos a quienes amaban, convertidos en sus peores pesadillas, sería suficiente para romper su unión.

—Venganza —susurré—. Solo así podrán entender el dolor que he sentido.

De repente, vi cómo se sumergían en la confusión, sus rostros palideciendo al reconocer lo que había desatado. Pero en su interior, también vi destellos de esperanza. Esa chispa que iluminaba incluso en los momentos más oscuros.

La Llama de la Traición

Mientras mis sombras se preparaban para la confrontación, sentí un impulso. Esa necesidad de ser comprendida, de no ser solo una villana en su historia. Quería que comprendieran mi dolor, que vieran más allá de la rabia que me había transformado. Pero en el fondo, el rencor y el odio eran más fuertes.

—El dolor es un ciclo —dije para mí misma—. Y si no puedo salir, no dejaré que ellos lo hagan.

La risa de mis sombras se volvió un eco siniestro, resonando con mi propia desesperación.

La Batalla Inminente

Con cada instante que pasaba, la confrontación se acercaba. Las puertas del castillo se abrirían pronto, y me encontré dividida entre la venganza y el deseo de ser salvada. Las sombras giraban a mi alrededor, reforzando mi determinación.

Cuando finalmente llegara el momento, no solo lucharía por mí misma, sino también por todos aquellos que habían sido tocados por el dolor. No podía dejar que la luz prevaleciera sin luchar.

La Revelación de una Elección

Mientras me preparaba, la voz de Mia llegó a mi mente, recordándome los días felices que habíamos compartido. Sus risas, su apoyo incondicional… Eran recuerdos que me hacían dudar. ¿Era posible que todavía hubiera un camino hacia la redención?

Mis sombras temblaron, vacilantes ante el conflicto interno que comenzaba a surgir. Sabía que el enfrentamiento no solo sería físico, sino también emocional. El amor que alguna vez había sentido por mi hermana, y la conexión que anhelaba recuperar, comenzaron a hacer me la en mi corazón endurecido.

La Llamada de la Luz

La luz del castillo brillaba en la distancia, y sentí la energía de mis enemigos acercándose. Estaban listos para enfrentarme, pero también llevaban consigo la esperanza de un futuro diferente. La idea de un amor que podía trascender la oscuridad se asentó en mi mente.

En ese instante, comprendí que el verdadero poder no residía en la venganza, sino en la capacidad de cambiar el rumbo de la historia. ¿Podría renunciar a mi odio? ¿Podría abrir mi corazón a la posibilidad de ser salvada?

La Elección Final

La batalla comenzó con un estruendo, las luces y sombras chocando en un espectáculo de fuerza y determinación. Los gritos resonaban, y cada uno de nosotros luchaba por lo que creía correcto. Pero en medio del caos, sentí una conexión. La luz que emanaba de ellos, incluso en la batalla, era un faro en la oscuridad.

Y así, en el clímax de la confrontación, cuando la energía estaba en su punto máximo, decidí. Con un último grito, grité hacia ellos, mi voz resonando por encima del estruendo.

—¡No soy solo oscuridad! ¡Soy también luz!

Las sombras se desvanecieron, y por un momento, vi el camino hacia la redención. La elección estaba hecha. La batalla no había terminado, pero había un nuevo propósito en mi corazón. Podía luchar, no solo contra ellos, sino también contra la oscuridad que había tomado posesión de mí.




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