El nuevo amanecer trajo consigo una sensación de renovada esperanza. La luz del sol se filtraba a través de las ventanas del castillo, proyectando patrones dorados en el suelo de piedra. Esmeralda se despertó con el canto de los pájaros, y mientras se estiraba, sintió que la energía del lugar había cambiado. Habían superado una prueba, pero el eco de la oscuridad todavía resonaba en su mente.
Un Nuevo Comienzo
Ese día, el grupo decidió celebrar su victoria con una fiesta. Cada rincón del castillo se decoró con flores y cintas de colores, simbolizando la nueva vida que habían comenzado a construir. Esmeralda, con un brillo especial en sus ojos, miró a sus amigos mientras se preparaban.
—Hoy es un día para celebrar, pero también para planear lo que vendrá —dijo, organizando las flores en un jarrón.
Angelina, que ya estaba en la recta final de su embarazo, sonrió al ver el entusiasmo de Esmeralda.
—Necesitamos hacer una lista de lo que tenemos que hacer. No solo para celebrar, sino para asegurarnos de que la oscuridad no regrese.
—Exacto —respondió Tin, mientras regaba las plantas que habían sembrado juntos. —No podemos bajar la guardia. La unión que formamos es poderosa, pero debemos mantenernos alerta.
El Consejo del Futuro
Después de una mañana llena de risas y juegos, se reunieron en la gran sala. Con el ambiente festivo, era fácil olvidar las sombras que aún podían acechar, pero Esmeralda se sentía responsable de asegurar que la celebración también sirviera como un momento de reflexión.
—Quiero que cada uno de nosotros comparta sus pensamientos sobre lo que hemos logrado y cómo podemos seguir adelante —propuso Esmeralda.
Mia, siempre la más reflexiva, tomó la palabra primero.
—Hemos construido algo hermoso aquí. No solo un refugio, sino un hogar. Pero tenemos que recordar que la oscuridad puede ser astuta. Debemos ser proactivos.
—Quizás podamos establecer un sistema de vigilancia, algo que nos avise si algo extraño ocurre —sugirió Flora.
Angelina, con su gran sabiduría a pesar de su juventud, intervino:
—Podríamos utilizar nuestra magia para crear un círculo de protección alrededor del castillo. Eso nos dará un tiempo valioso para prepararnos si algo llega a acercarse.
El Ritual de Protección
Con la idea del círculo de protección en mente, el grupo se preparó para realizar un nuevo ritual. Esta vez, no solo invocarían la unión de sus almas, sino que también fortalecerían la barrera que protegería su hogar.
Se trasladaron al jardín, donde habían sentido la energía de la luz más pura. Con las flores a su alrededor, comenzaron a formar un círculo, sosteniéndose de las manos. Esmeralda se puso en el centro, sintiendo el peso de la responsabilidad en su corazón.
—Hoy, invocamos no solo la unión de nuestras almas, sino también la fuerza de la naturaleza que nos rodea —comenzó, cerrando los ojos y sintiendo la energía de sus amigos fluyendo a su alrededor. —Que la luz que compartimos se convierta en un escudo, protegiéndonos de la oscuridad.
Las palabras resonaron, y una brisa suave comenzó a soplar, trayendo consigo el susurro de la naturaleza. Cada uno de ellos sentía cómo sus corazones latían al unísono, y la energía comenzó a tomar forma. Esmeralda sintió un calor en sus manos mientras la luz emanaba de sus cuerpos.
—Ahora, canalicemos nuestra energía hacia el suelo —indicó Tin, y todos se concentraron en el suelo, imaginando cómo una barrera de luz emergía, creando un escudo que rodeaba el castillo.
Con un último grito de unión, la luz brilló intensamente, y un resplandor dorado se extendió por todo el jardín, sellando el castillo en una burbuja de protección.
Con el círculo de protección establecido, el grupo se sintió más seguro. Sin embargo, un nuevo desafío comenzó a asomarse en el horizonte. Con el tiempo, cada uno de ellos empezó a sentir una extraña conexión entre sí, algo más allá de la amistad. Era como si las energías de sus corazones se estuvieran entrelazando.
Una noche, mientras la luna iluminaba el cielo, Esmeralda se sentó en la terraza del castillo, contemplando las estrellas. Mia se unió a ella, observando su expresión pensativa.
—¿Te preocupa algo? —preguntó.
—No lo sé, Mia. Siento que hemos logrado mucho, pero hay una sensación persistente en el aire. Como si la oscuridad estuviera esperando el momento adecuado para atacar.
Mia la miró, comprendiendo su inquietud.
—Lo hemos enfrentado antes. Lo haremos de nuevo. Pero tenemos que seguir unidos. La conexión que estamos forjando es más poderosa de lo que pensamos— Esmeralda sonrió ante su hermana,siempre lista y querida por los demás
—¿Cómo vas con ese embarazo?— le pregunto a mia quien se sobaba la barriga con cariño—bien,en pensar que nosotras daremos a luz casi en el mismo día me da cosa,pero esto bien — mia recostó su cabeza en el hombro de Esmeralda y juntas se quedaron observando y admirando la luna y las estrellas