Lazos Inesperados

Capitulo veintiocho:la duda de Aurora

Aurora

La atmósfera en el castillo se volvió tensa tras la partida del vampiro. Me encontré en un rincón, el eco de sus palabras resonando en mi mente. ¿Era posible que alguien atrapado en la oscuridad pudiera anhelar la luz? Miró a Eliot, que me observaba con preocupación. Aunque mirando el caso de Esmeralda puedo decir que si

—¿Qué piensas? —me preguntó él, acercándose.

—No sé... —respondi, luchando por encontrar las palabras. —Él dijo que su oscuridad puede ser rota. ¿Deberíamos ayudarlo?

Eliot frunció el ceño. —Pero, ¿ A qué costo? No podemos arriesgar nuestra seguridad ni la de nuestros amigos. Aurora tú estás embarazada,la oscuridad es astuta, y podría intentar manipularte. Y no quiero perderte,mi mundo se caería si no te tengo a mi lado mi amor

senti un tirón en mi corazón. Mi conexión con el vampiro había sido instantánea, como si un hilo invisible nos uniera. Pero también sabía que el amor verdadero no podría surgir en medio de la oscuridad.

—Necesito hablar con él —dije finalmente, tomando una decisión. —No puedo ignorar lo que siento.

—Aurora, no debes hacerlo sola —intervino Flora, preocupada. —Podría ser un engaño.

—Lo sé, pero tengo que entenderlo. No puedo dejar que el miedo me controle.

Mientras tanto, en el bosque, el vampiro observaba el castillo desde las sombras, su corazón lleno de anhelo y confusión. No era solo su luz lo que lo atraía, sino la fuerza que emanaba de ella, una energía que lo hacía sentir humano de nuevo.

—Aurora... —susurró para sí mismo, su voz cargada de deseo. —Te necesito.

Al caer la noche, me arme de valor. Con un hechizo de protección lanzado por Merlín y los demás, me adentró en el bosque,mi corazón palpitando con cada paso. Quería entender la naturaleza de su atracción hacia el vampiro, y también el poder que había sentido en su presencia.

Al llegar al claro donde lo había visto por primera vez, el aire se volvió denso. Respiró hondo, preparada para enfrentar sus sentimientos.

—¿Estás ahí? —llamó, su voz resonando en la oscuridad.

El vampiro apareció, su figura emergiendo de las sombras. Sus ojos rojos brillaban con intensidad, pero esta vez, había algo más: vulnerabilidad.

—¿Por qué has venido, Aurora? —preguntó, su tono suave pero cargado de anhelo.

—Quiero entenderte. No puedo ignorar lo que siento, ni lo que dijiste. ¿Es cierto que puedes ser liberado de tu maldición?

—Es cierto —respondió él, acercándose lentamente. —Pero no soy solo un monstruo. He vivido en la oscuridad tanto tiempo que he olvidado lo que es amar.

Aurora sintió una mezcla de compasión y confusión. —¿Y si te ayudo? ¿Qué pasaría si la luz que llevas dentro pudiera romper esa maldición?

El vampiro se detuvo, su mirada fija en ella. —No entiendo por qué me ofrecerías eso. La oscuridad es peligrosa, y podría consumirnos a ambos.

—No tengo miedo —dije, con mi voz firme. —He enfrentado la oscuridad antes, y sé que juntos podemos luchar.

El vampiro extendió su mano, la cual brillaba con un tenue resplandor. —Si decides ayudarme, será un viaje peligroso. La oscuridad no se rendirá sin luchar.

Aurora sintió una oleada de determinación. —Estoy lista. No te dejaré solo en esto. Pero recuerda que estoy embarazada y tengo pareja,es Eliot,si piensas que me podré enamorar de ti,ni lo pienses ni siquiera te conozco,además el amor hay que sentirlo lo obligándolo

Mientras sus manos se unieron, el vampiro sintió un cambio dentro de él, como si una chispa de esperanza comenzara a encenderse. Pero sabía que este camino también podría traer dolor. Aurora no solo era su salvación; era también su perdición.

—Prométeme que serás cuidadosa —dijo, su voz baja y profunda. —No quiero que te lastimen por mi culpa.

Aurora asintió, sintiendo el peso de su promesa. —Juntos, lo superaremos.

A medida que la luna llena iluminaba el bosque, ambos supieron que la conexión que habían forjado era tanto un regalo como una carga. La oscuridad acechaba y el vampiro tambien, pero también lo hacía una luz inesperada, un amor que podría cambiar sus destinos para siempre. No se lo perdonaría si hiciera sufrir a su paloma,su compañero de vida su hombre

El Camino de la Oscuridad

La luna llena brillaba intensamente sobre el bosque, iluminando el camino que Aurora y el vampiro estaban a punto de recorrer juntos. La conexión entre ellos crecía, pero la incertidumbre y el peligro acechaban en cada sombra.

—Debemos prepararnos —dijo el vampiro, cuya voz resonaba con una mezcla de determinación y temor. —La oscuridad no se rendirá fácilmente. Hay fuerzas que intentarán separarnos.

Aurora lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de valentía y vulnerabilidad. —¿Qué tenemos que hacer?

El vampiro se apartó un poco, buscando en la penumbra un antiguo libro que había encontrado en sus años de soledad. Con un gesto, hizo que las páginas se abrieran, revelando símbolos arcanos y dibujos de criaturas sombrías.

—Este es un ritual antiguo —explicó—. Necesitamos reunir tres elementos: la luz de un espíritu puro, la esencia de un lamento olvidado, y el eco de un deseo verdadero. Solo entonces podremos enfrentar la oscuridad que me atrapa.

Aurora se sintió abrumada pero emocionada. Cada uno de esos elementos sonaba crucial, y la idea de participar en un ritual tan antiguo la llenaba de un propósito renovado. Solo quería acabar rápido para encontrarse con su compañero de vida,no sabe cómo fue que acepto de repente ayudar a ese vampiro que ni lo conoce

—¿Cómo conseguimos cada uno de ellos? —preguntó, acercándose al libro.

—La luz de un espíritu puro se puede encontrar en el corazón del bosque, donde los ancianos árboles se encuentran. El lamento olvidado… —hizo una pausa—, se dice que proviene de los ecos de la tristeza de aquellos que han perdido su camino. El deseo verdadero, es algo que llevas dentro.




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