Zed Lawrence
En cuanto asiente con la cabeza, quito mi mano. Suspiro y me paso una mano por el cabello desordenandolo por completo, pero de verdad que no podía dejar que ella esté lejos de mí.
Apenas y he aguantado tenerla lejos hasta la cena y verla en ese vestido en cuanto abrió la puerta, ha hecho cosas en mí.
—Mira —comienza diciendo levantando sus manos—, no sé qué demonios quieres o si eres un criminal junto con tu familia, pero no me interesa ser tu amiga, ya suficiente he tenido dejando mis amigas en otra ciudad y creo que tengo suficiente con Kim y Dina.
Levanto una ceja con desconfianza porque definitivamente ella debe saber lo que ocurre entre ambos. La escucho en mi mente y sé que ella me escucha a mí por sus reacciones a cuando lo hago.
—No tienes que fingir, sabes que no podemos estar separados el uno del otro.
Niega con su cabeza.
—Ni tengo ni la más mínima idea de lo que hablas y tampoco sé porqué le dijiste a mi mamá que somos amigos cuando no es así —me fulmina con sus ojos azules—. Apenas te conocí en la fiesta y fuiste un imbécil por completo.
Sí, ya lo había escuchado.
La veo llevarse sus manos a la cabeza en cuanto envío mi pensamiento a su mente y entiendo entonces que, realmente ella no sabe nada. No cualquiera se daría el lujo de rechazar a su compañero así nada más.
A menos…que no sepas nada de este otro mundo.
—De verdad que no sabes nada —digo por lo bajo sin poder creerlo.
Ella me mira con completa molestia tallada en su lindo rostro. Su cabello rubio se ve realmente bien, pero me gustaba más cuando lo llevaba suelto en la fiesta.
—Deja de hablar solo y deja de acercarte a mí —suspira y cierra sus ojos—. Y encima me estoy volviendo loca, me voy a internar en un hospital psiquiátrico o lo que sea.
—No estás loca —intento acercarme a ella, pero abre los ojos y me señala con su dedo índice.
—Tú no sabes nada de mí.
—No, y por eso me gustaría invitarte a salir —meto mis manos en los bolsillos de mi pantalón para reprimir la necesidad de ponerlas sobre su cuerpo.
Ella se queda en silencio y parpadea varias veces. Prácticamente puedo ver los engranajes de su cerebro intentando buscar una frase asesina para decirme, pero lo único que sale de su boca es:
—¿Qué?
Sonrío y sin poder impedirlo más, llevo mi mano hacia el mechón de cabello suelto que tiene para colocarlo detrás de su oreja y doy un paso más cerca de ella.
—Quiero que salgamos a una cafetería o al cine, lo que te venga mejor. Me gustaría hablar contigo sin tener que hacerlo en voz baja porque nuestras familias estén cerca.
—Mis amigas dijeron que tú nunca sales con cualquier chica y que mucho menos con una de aquí mismo de Northview —estrecha sus ojos en mi dirección.
Tenso la mandíbula sabiendo los chismes que se corren por todos lados de la fama de mujeriegos del trío de hermanos Lawrence.
Xaden ya no daba con eso y se salva al vivir lejos, pero Dean y yo tenemos que sobrevivir a los rumores sobre que escogemos a las chicas y lo rudos que somos teniendo sexo.
Por Dios ni siquiera he tenido sexo en mi vida y no he salido con nadie de aquí y es por eso que supusieron que entonces me estaba enrollando con chicas de otros pueblos.
—Bueno, rumores son rumores y nunca he salido con ninguna chica.
—Espera, ¿ninguna? ¿Ni siquiera de otro pueblo o de la ciudad?
Me encojo de hombros mientras niego con la cabeza sin querer ganar nada mintiendo, eso no me hace menos hombre y no quiero que lo nuestro se cree a base de mentiras.
—Vaya.
Levanto una ceja divertido por su reacción.
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Editado: 30.11.2025