FAITH 💥
“Ella es, ¿no?”, “Dicen que está loca”, “Escuché un rumor de que su familia la tuvo internada dos años”, esa y muchas cosas más son las que alcanzaba a escuchar mientras caminaba por el pasillo.
No es que fuera algo nuevo para mi escuchar esas palabras, pero si creí que ya serían más discretos a la hora de decirlas, quiero decir, ya llevamos años de compartir miradas por estos mismos pasillos. Siempre es igual, ya no me sorprendía escuchar teorías sobre mí, tristemente ninguna es acertada, o por lo menos no del todo.
La mayoría de los estudiantes de Melrose son humanos, o como otros en nuestros los llaman: ciegos e ignorantes que desconocen en mundo en el que viven, sin saber que los sobrenaturales existimos y que convivimos con ellos día a día.
Los murmullos seguían a cada paso que daba. Y yo que pensaba que las habladurías de todo el instituto se detendrían después de graduarnos, pero me equivoque, el bachillerato es igual, o quizá peor.
—Estás muy callado hoy— comentó la chica a mi lado.
La miré desganada.
—Estoy escuchando los nuevos rumores de mí, cada año son más interesantes— hice una mueca.
—Agh, este instituto está repleto de chismosos sin vida que comentar.
Mayra siempre decía los mismo cada primer día de clases, y no mentía; todos en Melrose se enteran de los chismes que circulaban.
Siempre me he preguntado por qué mamá y papá nunca quisieron irse de esta ciudad, teniendo el mundo y sobrenatural para recorrer, prefirieron quedarse en la ciudad donde los Lockwood han estado durante generaciones.
—Solo ignóralos Faith. No valen la pena.
Es mas fácil decirlo que hacerlo, pensé. Simplemente asentí en su dirección.
—Mejor busquemos a Jia, de seguro está metida en la biblioteca tragando libros— su comentario me hizo gracia, por lo cierto que es.
Avanzamos por el pasillo hasta las puertas de la biblioteca escolar de instituto Melrose. Para nuestra sorpresa la biblioteca está llena de estudiantes, pareciera que todos querían obtener libros de ciencias o historia, o simplemente anotarse en los cursos extracurriculares.
Este año es bastante decisivo para muchos de nosotros, incluyéndome.
Una de las grandes cualidades que tenía el Instituto Privado Melrose, es que te permitía tener tu primer año de bachillerato en las instalaciones, claro si planeabas estudiar en una de las cinco universidades que estaban asociadas a esta. Muchos aprovechaban esta oportunidad para entrar a la universidad con más facilidades, pero tampoco es que tuvieras la entrada asegurada, tenías que cumplir varios requisitos, y uno de ellos eran las actividades extracurriculares y calificaciones decentes.
—¿Logras verla? — preguntó la pelinegra parándose de puntillas.
—Mayra, ¿De verdad intentas buscar a una chica que con suerte pasa el 1,57 entre una muchedumbre de personas?
—No es momento de tu super inteligencia, pelirroja— me dedicó una mirada entrecerrada —, ¿Dónde quedó mi dulce mejor amiga?
—Sigue aquí, solo dije algo demasiado obvio y por eso lo consideras pesadez— le sonreí con dulzura.
—Buen punto, pero igual fue rudo viniendo de ti— ambas reímos.
Entre la muchedumbre, una pequeña cabellera rubia comenzó a hacerse espacio entre la gente, al vernos a unos metros de ella, se acercó lo más rápido que pudo.
—Nunca pensé que mi lugar favorito se volvería un infierno— la chica se acomodó el cabello con una mano mientras con la otra sostenía más fuerte dos libros.
La pelinegra a mi lado le arrebató los libros para leer los nombres en la portada.
—La Ilíada y La Odisea, ¿Estás bromeando, Jia?, de todos los libros del mundo escoges los más gruesos y antiguos.
—Me gustan, creo que los libros sobre criaturas mitológicas, sobrenaturales y fantasía te ayudan a escapar de la realidad— Jia le sacó la lengua y recuperó sus libros.
Oh, si tan solo supieras que los sobrenaturales existimos, y que tu mejor amiga es una.
Salimos de la biblioteca a paso rápido, aún no teníamos nuestra primera clase, y asumo que tampoco la tendremos, todos los profesores y alumnos de Bachillerato parecen estar muy ocupados con las inscripciones de materias.
—¿Me acompañan a mi casillero?, estos libros pesan como piedras.
—Con lo viejos que son no lo dudaría— respondió la pelinegra, recibiendo un empujón en el hombro por parte de la rubia.
Sin nada más que hacer acompañamos a la rubia hasta su casillero, esa comenzó a guardarlos con cuidado, pus algo que Jia siempre ha dicho que todo lo prestado debe tratarse con sumo cuidado.
A unos metros de nosotras, por uno de los pasillos anexos, aparecieron unas caras conocidas, desgraciadamente conocidas.
—Creí que Denisse y su sequito de copias no estarían en el bachillerato— dije viendo a mis mejores amigas.
—Ya decía yo que este año no podía ser perfecto— Mayra rodó los ojos al verlas.
—Solo ignorémoslas, como siempre— Jia cerró su casillero con cuidado, evitando hacer ruido para no llamar la atención de las cuatro chicas, que pareciera que no nos han visto.
Ignorar a Denisse Brown es como ignorar que tienes calculo renal, de una forma u otra aparecen, molestándote hasta causarte dolor.
Nunca he sabido la verdadera razón de por qué lo hace, pero desde que recuerdo, la rubia me ha molestado. Siempre tiene algo que reprocharme, criticarme o peor, algo para humillarme. A pesar e tener a Mayra y Jia de mi lado para cuidarme y defenderme, nunca he logrado entender a que se debe su odio hacia mi.
Y como el destino siempre parece estar en mi contra, la rubia miró en nuestra dirección, y al verme sonrió con malicia. Comenzaron a acercarse.
—Agh, las pestes están cerca— comentó Mayra al escucharlas.
—Solo ignórenla, activen el modo invisible o el modo sorda— recomendó Jia—, pero no le sigan su tonto juego, sobre todo tu Mayra, que ya veo que la golpeas.