Lazos Malignos [libro 2] (en Edicion)

6.- Cara a cara

FAITH💥

—¿Piensas hablar con él? — preguntó Jia apoyándose en los casilleros junto al mío.

—No lo sé— suspiré provocando que algunos mechones de cabello se movieran—, me pongo nerviosa de solo pensar que hoy tendré que verlo.

—Te dio tu primer beso, Fay. Entiendo que él no lo sabe, pero eso no quita que sea especial, además, pudo besar a cualquiera de nosotras y te eligió a ti— movió las cejas rápidamente —. Eso debe significar algo.

—Tal vez solo quiso hacerse el genial besando a la chica rara de Melrose— guardé mis cuadernos en mi bolso.

—Primero; Christian no es así, podrá ser popular y guapo, pero no es un idiota como otros— Jia enumeró con sus dedos —, segundo; eres fantástica, cualquier chico sería afortunado de tenerte como novia, y tercero; no eres rara, actúas diferente al resto, ¿y eso qué?, eres mejor que muchas personas “normales”.

—Gracias por el ánimo— sonreí.

No creí que encontraría en este tiempo de situación cuando diera mi primer beso, quiero decir, sabía que en algún momento pasaría, pero ¿Por qué no me siento tan mágica y especial como siempre soñé?

Tal vez es solo porqué me tomó por sorpresa.

Decidí que era mejor enfocarme en los acontecimientos pasados que están más ligados a lo sobrenatural; las visiones, la extraña sombra, el susurro, y lo peor, los pensamientos oscuros que me rondaban.

Gracias Leandra por haberme sacado de la fiesta antes de que algo pasara.

—Hablando del rey de Roma— comentó la rubia viendo sobre mi hombro.

Por el pasillo venían tan campantes como siempre Christian, Elliot y Marcus. El primero escaneó todos le lugar con la vista hasta que se detuvo en mí. Avanzó hacia aquí son sus mejores amigos siguiendo de cerca.

—Buenos días, chicas, ¿cómo lo hacen para lucir tan bien después de una fiesta?, yo estoy que me lleva el diablo— comentó Elliot cuando llegaron frente nuestro.

—Nadie que tome quince shots de tequila puede amanecer como lechuga— respondió Jia con una sonrisa—. La verdad me sorprende que no tengan un daño hepático.

—Debo seguir algo borracho, apenas entendí lo que dijiste, rubia.

—¿Todo bien, Faith? — Christian buscó mi mirada.

—Si, todo cool— evité mirarlo.

¿Desde cuándo digo “Cool” ?, ¡Ay, Dioses!

—¿Crees que podemos hablar?, a solas.

—Eh…

—Claro que van a hablar— intervino mi mejor amiga—, ¿vamos chicos?

Jia tomó del gancho a Elliot y Marcus, y los arrastró con ella por el pasillo dejándome a solas con el castaño.

¡Dioses, por favor no me abandonen!

Se rascó la nuca, nervioso. —Sobre lo de ayer… yo…

—Está bien, si— mi tartamudeo lo hizo sonreír de lado.

—Espero no haberte incomodado.

—Tengo que admitir que, si me agarraste por sorpresa, Christian.

—Lo sé, y parte de mí se siente mal por eso, por no haber hablado contigo en ese momento— sus ojos se fijaron en los míos—, pero la otra parte de mí no se arrepiente de lo que sucedió.

Me quedé muda.

—Todo lo que te dije ayer es cierto, Faith, siempre me pareciste un misterio, un bonito misterio y siempre he querido descifrarte— se acercó un paso —. Desde el trabajo de historia que no he pedido evitar mirarte, pero no encontraba el valor de poder tener una conversación contigo, talvez porque tenía miedo de que me alejaras con tus palabras o simplemente no me dirigieras la palabra.

Sabía que tenía que decir algo, pero simplemente las palabras no salían de mi boca, ¿Qué se supone que debo decir ante esas palabras?, para ser una sobrenatural que tiene un don de las palabras sabias, en este momento no tengo ninguna.

—Lo que intento decirte es que me gustas, me gustas Faith Lockwood.

¡¿Qué?!

¿En algún momento me desmayé y me desperté en una dimensión paralela donde el chico popular de la escuela gusta de mí?, ¿habrá alguna cámara escondida en algún lugar para un programa de bromas?, ¿Qué yo le gusto a Christian?

Si no vi venir el beso que me dio ayer, mucho menos vi venir esto.

—¿Tu gustar de mí? — ¿Por qué carajos hablé como tarzán?, moví la cabeza levemente. —Digo, ¿Yo te gusto?

—Si, ¿tan difícil es creerlo?

—Pues… la verdad es que sí, eres el chico popular de la ciudad, del que todos quieren ser amigo, y quien todas quieren como pareja, mientras que yo solo soy la chica que tachan de rara.

Christian se acercó un poco más a mí, agachando un poco la mirada para seguir viendo mi rostro por la cercanía. Acunó mis mejillas en sus manos y les dio una ligera caricia con los pulgares.

—No importa lo que otros digan, Faith. Me gustas desde casi un año, y no quiero ocultarlo más.

Benditos Dioses de las paganías, ¿Qué se supone que se hace en estos casos?

Vamos, Faith, ordena tus pensamientos. Christian siempre me ha parecido atractivo, y es verdad que hubo un tiempo —bastante largo en mi vida— que me atrajo, pero nunca pasó más allá de mi imaginación, pues nunca esperé que alguien como él se fijara en mí, menos que se me declarara abiertamente.

Podía sentir su nerviosismo e incertidumbre, de hecho, su aura estaba en constante vibración y cambio, pareciendo esperar mi respuesta para ver cómo debía mostrarse. También sentía sus intenciones, y ninguna de ellas era mala, solo quiere que alguien este a su lado y le de la compañía, cariño y atención que su familia no le da.

¡Ay, Dioses!

—Bueno...tú…tú solías gustarme hace un tiempo, pero nunca creí que lograrías corresponderme.

“La honestidad es algo de lo que muchos carecen, pero todos valoran”, eso es lo que siempre solía decirme mi abuela a medida que me enseñaba sobre mis dones, y en este caso, Christian merece saber que la verdad de mis sentimientos.

—Así que dejé esos sentimientos de lado, pero de verdad que me gustaste mucho, por eso también estaba nerviosa de hacer un trabajo contigo. Creí que te darías cuenta de mis sentimientos.



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En el texto hay: medium, cazadores, hechiceros

Editado: 06.03.2023

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