FAITH.
–Faith, a veces tu palidez me espanta– Mayra me observo detenidamente.
–El sol y yo no nos llevamos bien– me encogí de hombros.
–Y parece que con el sueño tampoco– Jia me paso un corrector. –Tus ojeras piden a gritos ayuda.
Yo también grito por ayuda.
–Gracias por decirme que luzco del asco, amigas.
–Para eso estamos– la rubia sonrió.
Ayer apenas había logrado cerrar los ojos, podría jurar que apenas dormí treinta minutos en toda la noche, las pesadillas y los constantes susurros en mi mente estaba torturándome sin piedad. Definitivamente haberle dando el control por un momento fue la peor idea de mi vida. Lo peor era que is nervios tampoco me estaban ayudando, había temido tanto venir hoy y enfrentar a Denisse, ver si le había dejado algún daño, o que cada vez que la miraba recordara que estuve a punto de matarla.
“No dejes que gane, cariño, no dejes que alguien te quite lo que siempre fue tuyo”, mamá me había dicho eso a la hora del desayuno. El ambiente en mi casa aun estaba tenso, sabia que Leandra y Tobías habías sido regañados después de que mis padres me dejaron en mi habitación y sabía que todo había sido por mi culpa, Leandra era la más afectada, pues según papá es la mayor y debe ser siempre la voz de la razón, en cambio Tobías estaba dispuesto a romper las reglas con tal de ayudar.
–Elliot, ¿Qué ocurre? – pregunto Jia.
Estuve tan sumida en mi mente que no me percate de la presencia de los tres chicos.
–¿No se han enterado?
La rubia negó.
–Evan Towers fue encontrado muerto ayer a las afueras de la biblioteca– comento el chico. –el entrenador nos acaba de dar la noticia.
Evan Towers fue miembro del equipo de futbol del instituto, tenia entendido que era buen amigo de los tres chicos frente a nosotros, además podía sentir su tristeza. Les dolía perder a un amigo, a pesar de no tener la conexión que tienen entre ellos, su perdida les duele de la misma forma.
–Lo lamento– estire mi mano hacia Elliot y Christian, ambos chicos la tomaron.
–Gracias, Faith– contesto el rubio.
Mi mirada se fue en dirección a la entrada del pasillo, por esta venían caminando Bart, Colin y Walter, pero lo que más llamó mi atención fue que los tres tenían colgando se sus hombros mochilas, ¿desde cuándo Colin estudiaba aquí?
Los tres cazadores notaron mi mirada, pero solo el rubio me hizo un gesto para que los siguiera mientras entraban a uno de los salones.
–¿Su familia a dicho algo? – pregunto Mayra.
–No mucho, sabemos que hoy le harán el velorio en su casa– la voz de Elliot estaba apagada, era completamente extraño escucharlo hablar asi.
Los tres chicos junto a nosotros siempre han tenido características muy claras dentro de esta escuela. Christian es el deportista, Elliot el payaso y Marcus el galán, además de ser extremadamente populares en Melrose. Lo bueno es que los tres son buenas personas, no son creídos a pesar de tener una posición alta en la jerarquía escolar.
Christian apretó mi mano, lo mire. –¿Me acompañarías al velorio?, la verdad me ayudaría mucho tenerte ahí.
–Claro– le sonreí levemente sin mostrar los dientes.
Después de estar hablando un poco para intentar relajar a los tres chicos, el timbre sonó. Cada uno camino hacia su respectivo salón, gracias a los Dioses no compartía clases con ninguno, espere a que el pasillo estuviera completamente vacío para ir al salón donde habían entrado los tres cazadores.
–A llegado la pequeña médium– escuche murmurar a Colin.
–Asumo que ya saben las noticias– solté al entrar en el salón.
–No enteramos ayer en la noche, llamaron a mi padre a la casa– contesto Bart con seriedad.
–¿Tienen alguna pista o algo parecido?
–Nada concreto.
–La criatura estuvo rondando por el bosque, pero su rastro fue muy ligero– hablo Colin. –Resulto ser mas escurridiza de lo que creímos.
–Hoy será el velorio de Evan, tal vez pueda averiguar algo.
–Nosotros también asistiremos, por seguridad.
–¿Creen que la criatura se aparezca por la zona?
–Es probable.
–Bien.
–Bien.
–¿Por qué tan tensos, chicos? – comento Walter con una sonrisa. –pareciera que se están provocando entre ustedes, ¿Bart y yo nos perdimos algo?
Colin y yo compartimos una mirada. –No– soltamos al unísono.
Sera mejor que salga de ese salón. Aferre mi mano a la pretina de mi bolso mientras observaba discretamente los ojos del cazador arrogante.
–Si no tienen nada mas que decir, me voy– Sali del salón lo más rápido que pude y caminé por el pasillo.
La verdad no había querido ser grosera, ayer me había llevado de maravilla con Bart y Colin, pero las cosas cambiaron después de haber visto visiones de ambos. Y la verdad, no se cual de las dos me choqueo más.
Conozco a Bart desde que somos pequeños y por obvias razones comenzamos a “odiarnos”, pero no puedo creer lo que vi. Hace un par de años corrió un rumor en Melrose sobre mí, que decía que estuve internada en un psiquiátrico a las afueras de Luisiana durante las vacaciones de verano. Siempre creí que Denisse había iniciado ese rumor, pero no fue ella, fue Bart, y todo por que no le gusto la idea de que la profesora Green escogió mi ensaño sobre las leyendas de los cazadores de monstruos en vez del suyo. La verdad nunca me espere que él lo hiciera, por muy rivales naturales que seamos.
En cambio con Colin, me desconcertó saber que estaría tan preocupado por una chica en un futuro cercano, y que esa chica fuera yo. Recuerdo cada detalle de esa visión, cada sensación, cada movimientos, cada latido alocado de mi corazón. Me había llamado a si mismo mi novio, yo jamás he tenido novio, y ahora resulta que mi futuro es el cazador arrogante, ¿Cómo demonios es que pasara eso?
Decidí borrar esos pensamiento de mi mente, no tenia caso seguir pensando en eso por ahora, tenia asuntos mas importantes de los que ocuparme. Al final del pasillo estaba el espíritu del chico de vestimenta polvorienta y ensangrentada, este me llamo y en indico que lo siguiera.