Lazos Malignos [libro 2] (en Edicion)

18.- El saber que eres tú

FAITH.

–¿Quieres contarme lo que paso? – susurró el rubio mientras acariciaba mi espalda.

Había dejado de llorar hace unos minutos, pero aun tenia espasmos del llanto. Saber que cada vez tiene mas fuerza me enferma por dentro, esta jugando con mi mente de la manera mas cruel que pueda existir.

No te imaginas cuando te odio.

Y yo te deseo, niña tonta. La mejor relación de la vida.

Me aferre mas a la ropa de Colin mientras intentaba borrar de mis memorias las imágenes con las que me torturó.

–Me mostro cosas horribles– respondí con la voz rota. –Quiere volverme loca.

–No dejaremos que lo consiga– me aseguro, su mano acariciando mi pómulo. –No perderás esta batalla, bonita.

–Te vi muerto– lo miré a los ojos. –Vi tu pecho completamente ensangrentado, y yo lo hice. Te hice daño.

–Faith, solo esta jugando con tu mente, no me has hecho nada malo– sonrió. –Solo me has hecho querer estar contigo.

–¿Y si de verdad llega a pasar?, ¿y si de verdad te lastimo?

–No me importa, entiende que nada de lo que digas me hará pensar diferente– quitó cuidadosamente las lágrimas de mis mejillas. –Lo que sentí con esa visión es algo que jamás imaginé sentir, Faith, por favor no me arrebates eso.

–Pero…

–Además, el aquelarre al que pertenece Kendrick dicen saber de una solución, y haremos lo que sea necesario para que estés bien.

Las yemas de sus dedos estaban haciendo un camino desde mi mejillas hasta mi cuello. Un escalofrió me recorrió la columna al sentir el calor de su piel en la mía, sentía que me derretiría en sus brazos si seguía haciendo eso. Nuestras narices rozaron.

–Juro que apenas ese demonio este fuera de tu cuerpo lo mataré con mis propias manos– aseguró. –No dejaré que nada te haga daño, pequeña médium.

Mi corazón salto como loco al sentir su respiración mezclarse con la mía, lleve mis manos a sus mejillas, acariciando sus mejillas.

–Me gustas mucho, Colin.

–Y tú a mí, Faith.

Siempre considere que el primer beso de una chica debía ser mágico, sentir mariposas en estomago y derretirte en los brazos de chico y chica que esta besándote. Cuando Christian me besó, no sentí nada de eso, toda esa expectativa que había tenido sobre el primer piso se había ido por el caño, pero ahora, todo era completamente diferente.

Colin tenia sus labios presionados contra los míos con suavidad y dulzura, esperando que le diera una señal de respuesta para seguir besándome. Apenas sus labios entraron en contacto con los míos, todas las mariposas del mundo revolotearon en mi estómago, incline la cabeza un poco para dejar que el chico me besara mejor. No me considero una experta besando pero Benditos Dioses, parecía que mis labios se entendían perfectamente con los del rubio. Su mano me apretó más la cadera para acercarme a su cuerpo mientras que las mías se fueron a su cuello, apegando más nuestros labios.

Se sentía tan bien besar a Colin que podría hacerlo cada minuto del día y no me aburriría.

Él chico se separo un poco de mí. –Ahora menos que nunca te dejaré ir.

Esta vez yo lo besé, quería volver a sentir las mariposas, la corriente eléctrica recorrerme la espalda, el calor de su piel. Todo lo que había imaginado como el primer beso perfecto se quedaba corto con lo que estaba experimentando en este momento.

Colin me besaba con ímpetu y dulzura a la vez, podía sentir sus emociones dispararse con cada succión de labios.

–Te quiero, Colin– le dije mientras sus manos acariciaban los costados de mi cuerpo.

Sus ojos me vieron fijamente.

 –Yo también te quiero, Faith– besó mi cuello, haciendo ligeras cosquillas. –Te quiero tanto, pequeña médium.

¡Oh benditos Dioses!, Colin y yo tendremos tiempo para estar juntos. Eso quiere decir que la ayuda que nos dará la jefa del aquelarre de Kendrick dará resultado. Gracias Dioses por dejarme quedar en esta tierra después de todo.

–No me quiero ir a ningún lado donde no estés tú– le dije cuando nos separamos por aire.

El chico sonrió y se levantó, ayudo a levantarme. Colin recogió mi bolso del suelo y se lo colgó al hombro, entrelazo nuestros dedos y caminamos lentamente por el viejo pasillo. La verdad no me sentía del todo bien con volver a clases, asi que llame a mamá para que hablará con el director para que me dejara ir por el resto de la jornada.

–Aun no entiendo como es que el director es tan comprensivo– Colin me miró. –Por lo que sé, tu y tu hermano salen de clases y del instituto sin problemas, eso no es normal.

–El señor Thomas es un guardián del secreto– expliqué. –Sabe quienes son sobrenaturales, quienes cazadores y quienes simples humanos, además mi condición de médium no siempre es muy grata.

–Él no sabe nada de tu pequeño gran secreto, ¿verdad? – negué –, bien.

–Papá solo le dijo lo que necesitaba saber, nada más.

–¿Crees que me deje acompañarte a tu casa?

–Seguramente si, después de todo, eres un cazador, muy arrogante por cierto.

–Nunca te cansaras de llamarme asi.

–Lo dudo– le sonreí.

Colin acuno mis mejillas para darme un beso casto. El director autorizo nuestra salida, mamá le había dicho que tenia que hablar urgentemente con los cazadores sobre algo que vi, y el hombre no dudo en aceptar.

Colin fue por sus cosas y tocaron el timbre de almuerzo. El pasillo comenzo a llenarse de estudiantes de distintos grados. Vi a mis amigas salir de sus respectivos salones.

Jia corrió cuando me vio. –¿Estas bien?, me dejaste muy preocupada cuando saliste corriendo.

–¿Saliste corriendo?, ¿Qué paso, pelirroja? – preguntó Mayra al llegar a nuestro lado.

–Tranquilas, solo me sentí mal, ya llamé a mamá, asi que me iré a casa.

–¿Te acompañamos? – soltó la pelinegra rápidamente.



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En el texto hay: medium, cazadores, hechiceros

Editado: 06.03.2023

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