AMELIE.
–¡¿Estas loca?!, ¿quieres despertar a la cosa de la que intentamos deshacernos? – soltó el cazador rubio con furia –. Ni creas que te dejare hacerlo.
–No recuerdo haberte preguntado o haberte pedido permiso– conteste mirándolo.
Amelie, escuche a Rainer en mi cabeza, tranquila, preciosa.
–Eso suene algo riesgoso, señorita Steinfield– comentó el señor Lockwood –, Faith está muy débil y tememos que el demonio se aproveche de eso.
–Pueden llamarme Amelie, y les puedo asegurar que no pasará, el demonio no podrá apoderarse de Faith completamente.
–¿Y cómo estas tan segura de eso, chica Steinfield? – soltó nuevamente el cazador con altanería.
Juro por los Dioses que te achicharraría aquí mismo, cazador.
Puedo escucharte, preciosa.
Y ambos sabemos que no lo harás.
–Tenemos nuestros métodos, y pero por si no lo sabes, cazador– el veneno en mi voz era notorio –, para vencer a tu enemigo, debes conocerlo bien– lo miré fijamente –. Tengo que hablar con ese demonio.
–Entonces entrare con ustedes.
Rei. –¿Por qué?, ¿temes que le haga daño a tu novia?
–Faith no es mi novia– vi una pequeña vena saltar en su frente.
–Pero la quieres, se te nota demasiado– avancé unos pasos hacia él–, y si es asi, me dejaras hacer mi trabajo para ayudarla.
–No confió en ti ni en tus palabras, rareza Steinfield– me miró de arriba abajo. –No hay nada que me aseguré de que no perderás el control y la lastimaras.
Ding-ding, se me ha acabado la paciencia, juro que lo intente, pero este chico me colmó por completo, no tiene ni la menor idea de con quien se está metiendo.
Miré al cazador fijamente y este me sostuvo la mirada sin saber lo que en realidad quería hacer, él comenzó a removerse frente a mí, intentando resistirse a un incontrolable deseo de obedecer lo que estoy pensando. Cuando no logro resistir más cayo de rodillas al piso, haciendo una extraña reverencia a mí.
Cómo me encantaba este nuevo don, dominación mental y física. De todos los dones que pudo entregarme la oscuridad, este es mi favorito.
–Amelie, es suficiente– la voz de mi novio llegó a mis oídos.
Ambos sabemos que eres mejor que esto, preciosa.
Con un pensamiento obligué al cazador a mirarme, este que quedó estático al ver mis ojos.
–No desafíes mi paciencia, cazador, los Steinfield no poseemos mucha.
Le quité la dominación de la mente para que dejara de obedecerme, este rápidamente se levantó y me miró con molestia, pero no me importaba, no era la primera persona ni la última que me miraría de esa forma. Nunca me dejaría pasar a llevar por un cazador, estuve a punto de matar a una solo por venir de fiera.
Me acerqué a Rainer. –Debilitas mi genética dominante, chico ángel.
–No te he oído quejarte otras veces cuando yo soy el dominante– me dedicó una sonrisa arrogante. No pude evitar sonreír.
Rainer Sanderson es un chico que estila amabilidad, confianza, gentileza y todas las cosas buenas del mundo pero también es capaz de hacerte desear los pecados más profundos y hacerte sucumbir ante ellos con solo una mirada. Este chico de verdad que es la combinación perfecta del cielo y el infierno, tanto por dentro como por fuera.
Pero para mi desgracia, yo no era la única persona de la tierra que notaba las características más atrayentes de Rainer Sanderson Facinelli.
Había intentado pasar por alto las miradas de la hermana de Faith y sus amigas, pero ellas, literalmente, se estaban comiendo a mi novio con la mirada. Aún estoy pensando de donde saque la fuerza de voluntad para no lanzarlas contra una pared o peor, incinerarlas sin piedad. Lo bueno es que estoy mejorando es eso, creo.
¡Dioses!, ¿Por qué carajos bendijeron a Rainer con una cara y un cuerpo digno de un Adonis? Eso no me hace la tarea más fácil. Esto de sentir celos es una mierda.
Me gustas con todo y celos, lo escuché en mi mente. Además, no soy el único que recibe miradas de más, preciosa.
Son dos cazadores y un niño de quince años, amor. Tú no tienes competencia.
Sé que te divierten mis celos, preciosa, pero planeo vengarme.
Mordí ligeramente mi labio inferior. –Hablaremos de eso después– unimos nuestras manos.
–Si, seguro que sí.
Rainer miro a los señores Lockwood. –Tal vez quieran entrar con nosotros, Faith no nos conoce y necesitamos que este tranquila.
–Iré yo– el señor Lockwood se levantó del sillón, este miro a los cazadores –. Posiblemente Faith quiera ver a Colin.
–De acuerdo, vengan los dos, mientras más calmada este Faith, mejor– concluyó mi chico.
No pude evitar poner los ojos en blanco, saber que ese tonto cazador estaría con nosotros me daba dolor de cabeza.
En señor Lockwood nos guio por las escaleras hasta la habitación de Faith. La pelirroja estaba tendida en su cama, gracias a los Dioses había recuperado su color y sus brazos no presentaban ningún tipo de herida. La oscuridad que abundaba en su cuerpo era fuerte, muy pocas veces había sentido tanta oscuridad junta y eso me preocupaba, el demonio que ella tenía dentro no era común, de eso estaba completamente segura.
Colin y el señor Lockwood se quedaron detrás de nosotros, Rainer besó mi coronilla antes de dar un paso atrás, para mantener seguros a el señor Lockwood y Colin por si algo se descontrolaba. Respiré profundamente.
–Wakker worden– susurré.
Faith despertó rápidamente y se incorporó. Su mirada viajaba por toda la habitación, como si estuviera tratando de ubicarse espacio-temporalmente, cuando sus ojos cayeron en su padre y el cazador se calmó.