Lazos Malignos [libro 2] (en Edicion)

38.- Ha ganado

FAITH.

Grité con todas mis fuerzas mientras el sudor bajaba por mi frente, el ácido me recorría el torrente sanguíneo y me apretujaba el corazón con cada latido. Podía escuchar a mamá y Leandra hablarme mientras colocaban paños húmedos en mi frente y cuello pero lo único que podía hacer es gritar.

El dolor era demasiado para mí, creo que me he desmayado alrededor de cinco veces debido a este. Estaba perdiendo.

Sigue asi, tonta médium.

Sigue asi.

Escuché a papá entrar en la habitación y una gran ráfaga de viento, tal vez abrieron las ventana para crear corriente. Tobías estaba a mi lado, apretando mi mano tan fuerte que si pudiera hablar le diría que está cerca de arrancármela.

Sentía la desesperación y preocupación de mi familia en mi sistema, y no tenía manera de decirles que el dolor que ellos estaban sintiendo solo lograba magnificar la tortura que Amón estaba ejerciendo en mí.

–¡Tienes que llamarlos, Roger!, ¡Nuestra hija está ardiendo en fiebre! – soltó mamá con histeria.

–Ya lo he hecho, están en camino– papá se acercó a la cama –. Por favor, pequeña, resiste un poco más.

No podía, a pesar de lo mucho que me gustaría resistir, simplemente no puedo más.

Hace dos dias que nos habíamos reunido con Amelie y Rainer en el bosque, ese día, Colin me acompañó a casa, mamá lo invito a cenar y él no se negó. La cena había pasado en una amena conversación, estaba sorprendida de la actitud que tuvieron Roger y Tobías Lockwood con la presencia de mi novio, estaban verdaderamente felices de que compartiera la mesa con nosotros.

A pesar de que papá había expresado que le hubiera gustado tener un yerno de mi parte también (ya que siempre creyó que por mi condición preferiría estar sola), no pensé que aceptaría a Colin con tanta rapidez, a pesar de que estuvo un tiempo a prueba (donde ambos Lockwood le daba miradas juzgadoras y palabras algo pesadas, que mamá controlaba después), mi cazador arrogante logro ganarse a los dos hombres más importantes de mi vida. De hecho llegué a pensar que lo querían más a él que a mi cuando vi como Tobi y Colin tenían un duelo de bastones, o cuando hablaban de basquetbol con papá.

Colin Hartford se había ganado el cariño de todos los Lockwood.

–¡Colin! – llamé entre gritos.

–Ya, cariño, él llegara en cualquier momento– consoló mamá mientras intentaba bajarme la fiebre.

Necesitaba a Colin aquí, quería a Mayra y Jia también, a todos mis nuevos amigos. Necesitaba verlos, aunque sea una vez más.

Un celular comenzó a sonar. –Es Amelie – escuché decir a Lea.

–Hola. Si. Esta hirviendo. Espera, querida, te pondré en altavoz– dijo mamá.

–¿Cómo luce Faith? – escuche la voz de la hereje por la línea.

–Como si tuviera un volcán dentro de ella– contestó mi hermana.

–¡Dioses!, ayer estaba bien cuando nos juntamos las dos– la escuché maldecir en otro idioma–, incluso le quité todo el veneno oscuro que Amón le estaba esparciendo.

–Pues creo que ese demonio no se lo tomo muy bien– más paños fríos cubrieron mi frente –. Estamos desesperados, Amelie, la fiebre no baja y Faith no deja de gritar.

–Debe estar delirando, los demonios adoran hacerle eso a sus víctimas– suspiró – Estaremos allá lo más pronto posible, por favor, intenten de todo por mantenerla despierta.

–¿Qué pasa si no lo logramos? – preguntó Tobías.

–Tendrán que correr lo más rápido que puedan.

Dejé que escuchar cuando horribles gritos e imágenes aparecieron delante de mis ojos. Mi familia muerta, mi novio malherido, mis amigas tiradas como basura, Melrose envuelto en llamas y desastre.

¿te gusta lo que ves, Faith?

Pues eso es el futuro.

Grité con más fuerza, las lágrimas cayendo por mis mejillas, quemando mi piel.

Los gritos y pedido de ayuda que escuchaba eran desgarradores, me atravesaban cada uno de ellos en los más profundo, y su dolor se manifestaba más en mi cuerpo. Podía sentir como me enterraban cuchillos en el abdomen, como flechas se incrustaban en mi espalda, como me ahorcaban y acribillaban.

–¡POR FAVOR!, ¡DETENTE!, ¡TE LO SUPLICO! – lloré.

La voz de mamá se colaba entre los gritos, intentando calmarme, pero no funcionaba.

–Fay, por favor, no nos dejes– escuché a Tobi y logré mirarlo.

–Lo siento– le susurré y volví a perderme en el dolor.

Papá estaba de un lado a otro mientras hablaba por teléfono, Leandra entro en la habitación acompañada de Kendrick y Colin.

–Faith, hermosa, ya estoy aquí– soltó mi novio tomando mi mano.

Su calor me hizo sentir bien, aunque sea por unos microsegundos.

–¿Han hecho algo con magia? – preguntó Kendrick.

–Hace unos minutos, pero no hizo mucho cambio– expuso Leandra.

–Hagan lo que hagan, dejen de intentarlo– soltó el hechicero –Faith está delirando y mientras más intente ayudarla, más daño le hace, y eso solo favorece a Amón.

–¿Quieres decir que tenemos que mantenernos de brazos cruzados? – soltó Colin con molestia –No puedo quedarme viendo como la chica que quiero sufre, me niego a hacerlo.

–No seas terco por una vez en tu vida, Colin– pidió el moreno –. En estos momentos Faith está más susceptible a las emociones y la magia, un hechizo o ritual demasiado fuerte podría matarla.

–¡Dioses!, ¡Señores de la Naturaleza, por favor no lo permitan! – rogó mamá.

–Amón está debilitando a Faith, y crearle cambios bruscos con magia solo podría empeorarlo, tenemos que ser cuidadosos y cautelosos en los que haremos, ¿de acuerdo?

–¿Y qué hacemos? – gruñó el rubio.

–Intentar regularle la fiebre de la forma más humana posible en lo que esperamos que nuestra artillería pesada llegue.

Mientras mi familia y Kendrick intentaban bajarme la fiebre con paños fríos y húmedos, Colin y Tobías me hablaban para mantenerme despierta, pero cada vez me era más difícil mantener los ojos abiertos, o contestarles sin tener que gritar de dolor.



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En el texto hay: medium, cazadores, hechiceros

Editado: 06.03.2023

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