AMELIE.
–Ah, bonita, te estaba esperando– dijo Amón saboreando las palabras.
–Creo que llegamos algo tarde a la fiesta– soltó Rainer mirando fijamente al demonio.
–Ya he ganado, príncipes terrenales, solo pierden su tiempo aquí.
Lo miré desafiante. –¿Estás seguro?
Dejé que la magia fluyera por mi cuerpo, y lancé a Amón contra una de las paredes, alejándolo por completo de Colin, Kendrick y los Lockwood. Janett y Cam corrieron hacia los Lockwood para socorrerlos mientras Rainer ayudaba a Kendrick a levantarse. Caminé hacia Amón, el cual se estaba levantando.
–Te haré pagar por hacer sacado a un alma como Faith de esta tierra– escupí creando magia entre mis dedos.
–¿Le tomaste cariño a la médium, bonita?, deberías saber que los seres oscuros no sabemos de sentimientos.
–Esa es la gran diferencia entre los engendros del infierno como tú y yo, yo si se lo que es amar y ser amado– comencé a aplicar presión en su pecho con magia –, en cambio tú, estas solo y siempre será asi.
–¿Y se supone que ese discurso de mierda debe dolerme?
–No, pero esto sí.
Una gran herida se abrió en si pecho, dejando que un liquido9 negruzco saliera de este mientras Amón chillaba y gruñía de dolor.
–Le prometí a Faith y a su familia acabar contigo, y planeo cumplir mi palabra en su memoria.
Comencé a torturarlo, concentrándome en como causarle dolor en las entrañas para que se arrepintiera de lo que hizo. Amón gruñía con fuerza hasta que levantó una de sus garras en mi dirección, sentí como algo me agarraba del brazo con fuerza, lanzándome hacia atrás. Me estrellé contra un estante.
–Te recuerdo que no eres la única con trucos oscuros– me soltó con rabia y volvió a estrellarme contra el estante.
La rabia me recorrió el cuerpo, pero no debía perder los estribos, o por lo menos no dentro de la casa. Vi como Colin se levantaba del suelo y empuñaba su espada, le hizo una seña a Rainer y Kendrick, los cuales se posicionaron detrás de Amón.
–Puede ser, pero la diferencia es que... – vi a los tres chicos acercarse por la espalda del demonio con las puntas de sus espadas o dagas – yo no estoy sola.
Las tres espadas se enterraron en la espalda del demonio, Amón grito de dolor y se giro para ver a los tres chicos, cuando lo vi levantar sus garras para atacarlos lo levanté del suelo, las espadas cayeron de su cuerpo y lo lancé por el aire hasta estrellarlo contra una de las ventanas.
Amón rio. –Yo tampoco estoy solo, pequeña tonta.
Y salto por la ventana.
Me acerque a los Lockwood. Vi las heridas que todos tenían, al igual que las de Colin y Kendrick.
–¿Están bien?
–Podríamos estar mejor– se quejó el cazador.
Rainer y yo compartimos una mirada.
–Gracias por venir a ayudarnos, Amelie– me dijo la señora Lockwood con una sonrisa algo forzada, se notaba que estaba intentado aguantar la pena y el dolor.
Rainer y Janett se pudieron en acción para sanar lo más rápido que podían a todos. La habitación de Faith estaba destrozada, pero lo que mas llamaba mi atención era la carga que el lugar tenia, como si la oscuridad de Amón intentara esconder algo en esta habitación.
–¿Qué haremos ahora?, Amón ya reclamo a Faith y no hay vuelta atrás– soltó Tobías con tristeza.
–Tenemos que detenerlo, a pesar de todo– solté mirando a la ventana por donde Amón había saltado–, Faith no querría que nos rindiéramos, y prometí que no dejaría que Amón hiriera a las personas y la ciudad que ella quería, y no pienso romper mi promesa.
–¿Cuál es tu plan, brujita? – preguntó Kendrick.
–Acabar con él, para siempre– los miré a todos –, y necesitaré su ayuda para lograrlo.
Segundos después ya estábamos abajo, Amón había transformado por completo el patio de los Lockwood ahora era lúgubre y frio, con ese conocido pero al mimo tiempo asqueroso aroma a acido, hierro y azufre.
El demonio estaba en medio del patio, sus garras estaban haciendo extraños dibujos en la tierra mientras hablaba en al antigua lengua oscura de los demonios.
Les dedique una mirada a todos. –Ya saben lo que tienen que hacer.
Antes de separarnos, la señora Lockwood tomó mi mano y la de Rainer.
–Cuídense mucho, por favor– le sonreí en respuesta y asentí.
Los cinco hechiceros se separaron de nosotros, divise como Walter, Bart, Mayra y Jia se unían a nosotros.
–Creí que no vendrían– le soltó Colin a su primo y amigo.
–Y perdernos al pelea del siglo, ni lo sueñes Hartford– Walter le sonrió.
–Además queremos estar aquí– le siguió Bart –. Los tres peleamos mejor si estamos juntos.
Colin sonrió.
–Mayra ¿Qué…– comenzó Cam.
–Antes de que reclames, cariño, te recuerdo que es una de mis mejores amigas la que fue consumida por un demonio– la pelinegra sacó una ballesta de su espalda –, y que mi pareja está a punto de meterse en una guerra, tengo que estar aquí. Por Faith y por ti.
El licántropo abrazó con fuerza a su compañera. Jia se quitó el arco que tenía cruzado en la espalda. Al parecer ambas chicas estuvieron practicando el control de armas con los cazadores.
–Mientras estemos juntos, ganaremos– nos animó mi novio, con la confianza destilándole por todos lados –. Haremos cumplir el deseo de Faith.
–Aunque sea lo ultimo que haga– soltó Colin con seguridad.
Todos se posicionaron en distintos lados detrás de nosotros, Janett antes de alejarse de nosotros nos abrazó con fuerza.
–Sea cual sea el resultado de todo esto, recuerden que ustedes pueden cambiar las cosas más difíciles.
La druida se alejó. La magia me recorría la sangre con fuerzan combinada con la adrenalina y la expectación de lo que podría pasar. Rainer tomó mi manos, entrelazó nuestros dedos.
–¿Estas lista para esta nueva pelea, preciosa?
–Siempre, en cuanto estés a mi lado, amor– contesté apretando su mano.
–Todo saldrá bien, estoy seguro de eso– sonrió, pero podía sentir sus nervios en mi piel.