Lazos Oscuros [libro 1]

46.- Nuevos dones

Advertencia: capitulo con algunos temas explícitos, si lees es bajo tu propia responsabilidad :).

AMELIE💥

*2 días después*

Esta sí me la pagas.

Me levanté rápidamente del suelo, con la mirada fija en la mujer de vestido negro, esta sonreía con arrogancia mientras movía las manos, dejando ver magia entre sus delgados dedos.

—Concéntrate, Amelie— dijo.

¿Concentrarme?, eso es lo que hago, pero no siempre lo logro. Los susurros se han vuelto más fuerte y a veces me nublan por cortos y largos momentos. La gran diferencia ha sido que parte de mi mente se queda aquí; soy consciente de lo que hago, a pesar de que mi mente este consumida por la oscuridad.

—Eso hago— sacudí mi ropa sin quitarle la mirada de encima.

—No lo parece— me lanzo un rayo, el cual esquivé por poco —. Te has acostumbrado a que muchos no te ataquen por tu cara bonita y tus encantos, pero ¿que crees?, a mí no me causas nada.

Gruñí notablemente molesta.

Sorprendentemente Delailah había cumplido lo que había dicho, durante estos días se había vuelto lo más parecido a una mentora para Rainer y a mí sobre nuestros dones. Es impresionante lo que podíamos hacer, quiero decir, desde pequeña he sabido que podía hacer cosas que otros no, pero esto es otro nivel de conocimiento, y ni decir de las cosas que Rainer puede hacer. Mierda, si se nos diera la gana podríamos calcinar un país entero.

Miré a la demonio fijamente. —Veremos quien pierde ahora, querida.

Dejé que la magia fluyera por todo mi cuerpo, recorriéndome como una ola de energía abrumadora, como nunca antes dejé que fuera. Mis ojos se tornaron completamente rojos y las manos llameantes de fuego, sin duda Delailah me había ayudado bastante a sacar mi potencial. Los ojos de la demonio estaban completamente negros; observándome, al segundo ya estaba cerca de mí, intentando lastimarme con dardos de magia.

Vamos, Amelie, demuéstrale de lo que eres capaz.

Lo bloquee rápidamente y estiré una de mis manos al suelo, la tierra se abrió levemente dejando salir lazos de hierba venenosa que se enroscaron en sus piernas y manos. Delailah al verse inmovilizada comenzó a quemar la hierba, pero con un hechizo rápido la empujé contra los árboles; encarcelándola por completo, la hierba siguió creciendo, enroscándose por todo su cuerpo hasta el cuello. Sonreí con burla al ver que la pelinegra no lograba liberarse.

—Lazo del diablo, excelente jugada— dijo mirándome.

—Para que veas que soy más que una cara bonita.

Si ella creía que solo me quedaría con lo que ella nos explicaba, está muy equivocada. Quien haya dicho que los libro no enseñan como la práctica, estaba equivocado, se necesitan de ambos para ser mejor. Rainer y yo no hemos dedicado a leer los libros que la demonio nos dejó, descubriendo cosas increíbles y que hemos estado poniendo a prueba estos días.

—Piensas soltarme, niña— preguntó al ver que el lazo del diablo seguía enroscándose.

—Aún no termino, querida— sonreí de la misma forma burlona que ella.

Me acerqué hasta estar una frente a la otra, cerré los ojos y me concentré en su mente, segundos después Delailah ya estaba quejándose de dolor. 

Había aprendido que los dones oscuros venían con unas cuantas sorpresas, una de ellas era el control mental que podía tener el los sobrenaturales como sobrenaturales oscuros. Podía hacer que sintieran lo que yo quisiera con un pensamiento o que hicieran actos simples, incluso podría llegar a manipularlos completamente a mi antojo, pero necesito más practica para eso.

 Sonreí nuevamente al ver a la demonio quejarse. — Eso que sientes son tus costillas intentando no quebrarse, querida.

Moví la mano haciendo que le lazo del diablo se desenroscara rápidamente, Delailah cayó al suelo, agarrándose el abdomen mientras gemía de dolor.

—Creí que los demonios sabían sobrellevar mejor el dolor.

Un crujido. Una de sus costillas se había roto.

—¿Me pregunto qué pasaría si...— me interrumpió.

—¿Piensas rendirte ya, princesita terrenal?

Para estar siendo torturada, aún tiene su sentido de arrogancia.

Incliné la cabeza y reí con ironía— ¿Quién dijo que me detendría, arpía del infierno?

Enfoqué mi atención en sus manos; tan pálidas y delgadas que parecían ser cadavéricas, estas tronaron con fuerza dejando notar que le habría quebrado los dedos, ella gritó de dolor y volví a hacerlo, solo que esta vez quebré  sus muñecas. 

Vi la irá en sus ojos negros, pero no me importó en lo más mínimo que estuviera enfureciendo a una demonio, la sensación tan gratificante que me recorría el cuerpo al dejar que mis dones oscuros fueran liberados, y de una forma violenta me mantenía en un estado casi glorioso.

Lo único más glorioso que esta sensación es estar con Rainer, de hecho dudo que algo se le pueda comparar.

¿No crees que te estás sobrepasando con ella?

¿Quieres la verdad o prefieres que mienta?

Creo saber la respuesta, por cierto, ¿Te he dicho que luces completamente sexy en esos pantalones deportivos?

¿Estás mirándome el trasero, chico ángel?

¿Quieres la verdad o prefieres que mienta?

No es momento para provocarme.

¿Te estoy provocando, preciosa?

Miré a mi novio por un segundo, este captó mi mirada y me dedicó una sonrisa de lado. Ese sexy engreído.

Uno de los libros que Delailah no dio habla de algunos dones, características o simples detalles que tienen los destinados. Los destinados existen desde el inicio de los tiempos y son creados por los Dioses, el Trono o el Regente con propósitos para ayudar a la sobrevivencia de nuestro mundo o para llevar a cabo una misión que involucra una evolución del mundo. Tal como habíamos oído ambos somos la excepción a la regla de lo que son los destinados, ya que desde el inicio se había pactado que aquellos elegidos debían encontrarse al ambos tener cumplidos los veinte años como mínimo, en cambio nosotros nos conocimos a los pocos días de nuestros cumpleaños numero catorce, y nos reencontramos 4 años después para volvernos pareja. 



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En el texto hay: demonios, licantropos, brujas

Editado: 31.12.2022

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