Lazos Oscuros [libro 1]

52.- Los Kenner (EXTRA 2)

RAINER💥

—Todo estará bien— me aseguró Amelie con una sonrisa.

La verdad no sé que decir con respecto a todo esto.

Hace unos meses habíamos enfrentado a uno de los males más grandes que había atormentado a los Steinfield y apenas hace una semana nos habíamos graduado, ahora mi chica y yo estábamos caminando por el bosque hacia una cabaña en medio del bosque para reunirnos con su familia licántropo, los Kenner.

Amelie me ha hablado bastante de ellos; sus abuelos fallecieron cuando ella apenas tenía dos años así que no tenía muchos recuerdos de ellos, después está su tío Andrew, el hermano menor de Genevieve por solo un año. Este se casó con la licántropa de la manada Canavar— otra manada muy importante—, y tuvieron tres hijos; Sebastián, Axel y Kira, el primero siendo casi como otro hermano para mi chica por sus edades iguales, y los otros dos son mellizos dos años menores.

Por lo que logré captar, los Kenner tienen un temperamento muy diferente a los Steinfield; son más relajados y payasos, pero no quita que no sean protectores, serios y peligrosos cuando la situación lo amerita.

Creo que esto podría ser divertido, pero no significa que no esté nervioso.

—Solo me queda confiar en ti, preciosa— le sonreí de vuelta.

La frondosidad del bosque se había intensificado más y más, su color verde tan llamativo daba la imagen perfecta para un cuadro. Apreté la mano de mi novia al ver a lo lejos una cabaña junto a un lago.

Dioses, ayúdenme.

Amelie se detuvo abruptamente, jalando mi brazo, quedando frente a frente. Antes de cualquier palabra, los labios de la chica estaban atacándome con determinación y yo gustoso recibí el ataque. Mis manos rápidamente bajaron a su cintura, apretándola más contra mi cuerpo mientras que sus brazos rodeaban mi cuello. Nuestros labios estaban en una batalla; mordiendo, succionando, chupando a su antojo, el aire se había vuelto denso a nuestro alrededor. Los arbustos cerca de nosotros chispearon para después arder en fuego.

—Mierda— soltamos a la vez, separándonos un poco.

Estiré la mano sobre los arbustos, exterminando el fuego. Amelie comenzó a reír como niña pequeña ante la pequeña travesura que había provocado.

—Al parecer también puedes descontrolarme, chico ángel— se mordió el labio inferior, sonreí.

Estiré mi mano hacia ella, liberando su labio lentamente.

—Que sorpresa, ¿no?

Acuné el rostro de la chica para besarla castamente, después unimos nuestras manos para seguir caminando hasta la cabaña. Logré escuchar una sueva música brotar por las ventanas, parecía ser una balada.

Gen salió de la pequeña cabaña con una gran fuente de ensalada en las manos.

—Llegaron — sonrió la vernos.

Dejó la fuerte en la mesa que había en la pequeña terraza que daba hacia el bosque y hacia un muelle en dirección al algo.

—Justo a tiempo, Kate y yo terminamos de hacer la ensalada.

Una mujer de cabello negro junto a un chico y una chica salieron de la cabaña, traían fuentes llenas de comida y las dejaron sobre una mesa. Al percatarse de nuestra presencia no dudaron en acercarse.

—Tanto tiempo sin verte, Amelie— habló la mujer con una sonrisa —. ¿Cómo es posible que siempre te veas más bonita cada vez que nos vemos?

—Asumo que mi genética me ayuda mucho, tía— respondió mi chica sonriendo, abrazó a la mujer.

—Sin duda eres la hija de Aaron y Gen— negó sonriendo —, y también esta nuestro invitado estrella— me miró con una cálida sonrisa —. Katherine Dornan de Kenner, es un placer.

—Rainer Sanderson, es un gusto conocerla— le sonreí de vuelta.

La mujer me escaneó rápidamente, le dedico una mirada a Gen. —Tenías mucha razón, es todo un encanto— ambas mujeres rieron.

El chico y la chica tenían la mirada sobre mí. Por las descripciones que me ha dado Amelie, no dudaba que fueran Axel y Kira, los mellizos Kenner. El chico fue el primero en hablar.

—Al fin, creí que este momento nunca llegaría— el chico comenzó a reír—, ¡Amelie al fin trajo un chico a la cabaña!

—Que gracioso, Axel— Amelie rodó los ojos.

—Lo siento prima, pero todos asumimos que te quedarías soltera para toda la eternidad.

—No empieces, mocoso.

—Es la verdad, prima— comentó la chica —. Siempre recibí mensajes del cielo sobre nuestra familia, pero tú siempre fuiste la excepción.

—Oh, tú también, Kira, excelente— la molestia en la voz de mi novia era notoria pero su sonrisa lo amortiguaba —. Aun puedo calcinarlos si se me antoja, mocosos, no lo olviden— amenazó.

—¡Uy!, ya se le salió el lado Steinfield— soltó la chica riendo.

Amelie puso los ojos en blanco. —Como sea, Rainer, te presento a Axel y Kira, mis molestos e insoportables primos menores.

—Nos adoran con todo tu ser, ojitos, solo que no lo aceptas— Axel chaqueó los dedos.

—Ah, olvidé mencionar también que son unas divas de primera, sobretodo Axel.

—En tu cara, bobo— Kira lo empujó mientras reía.

—¡Wow!, es un honor conocer al chico capaz de aguantar el genio de nuestra querida prima— Amelie lo miró mal.

—Busca tu muerte natural, Axel Nibaldo— dijo su madre en tono divertido.

Kira volvió a empujar a su mellizo, quedado solamente ella frente a nosotros. — Bienvenido a la familia Kenner, Rainer— la chica estiró la mano hacia mí, la acepté—, con el tiempo te acostumbras a nuestras tonterías.

—Lo tendré en cuenta, gracias —le respondí.

—Dudo que alguien se acostumbre— dijo una tercera voz desde los árboles —, sobre todo a ustedes dos, par de mocosos parlanchines.

Un chico de cabello castaño salió de detrás de unos árboles, caminó hacia nosotros con una sonrisa alegre en la cara. Sebastián Kenner, asumí.

—Ya decía yo que faltaba una molestosa bestia— la sonrisa de Amelie apareció.

El chico carcajeo por las palabras de la castaña y abrió los brazos.



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En el texto hay: demonios, licantropos, brujas

Editado: 31.12.2022

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