RAINER💥
—Hijo, para de caminar, vas a hacer un hoyo en el suelo— soltó mamá viéndome desde el comedor.
Los nervios me están carcomiendo por dentro. Imaginé esta situación muchas veces, pero no pensé que se haría realidad tan pronto, y mucho menos en esta magnitud.
A mamá siempre le a gustado pasar las fiestas en familia, ya sea que ellos vengan aquí o que nosotros viajemos a la ciudad o país donde se realizará dicha reunión, aunque este año dijo que haría una excepción, pero no pensé que esa excepción sería de esta manera. María Sanderson invitó a toda la familia, como también lo hizo con los Steinfield, coalicionando mi familia con la de mi novia.
El simple hecho de saber que mis abuelos, tíos y primos conocerán a mi flamante novia y su particular familia me tiene hecho un desastre, en todos los sentidos.
—¿Y si le digo a Amelie que vengan a cenar mañana?, no creo que hoy sea…
—¡Non pensare di sconvolgere i miei piani, Rainer Lorenzo! — la mujer me miró con los ojos entrecerrados, mala señal—. No tiene nada de malo que haya invitado a Amelie y su familia, después de todo, ella es tu novia, y la familia estará encantada de conocerla.
Claro que no hay nada de malo, pero eso no quita que sea extraño, o inquietante. Conozco a mi familia, y lo que menos quiero es que mi preciosa este incómoda con las preguntas de mis primas, las miradas juzgadoras de mis tías o las ocurrencias de mis primos y abuelos.
Oh, Dei, cosa devo fare?
—Piensa que también será la primera vez que le presentes una pareja a tus abuelos, tesoro— mamá acarició mi cabello con gentileza —, ya se que suena anticuado, pero sé que mis padres quieren conocer a la chica que le robó el corazón a su nieto consentido.
En eso tenía razón. Siempre he sabido que soy el nieto favorito de Guido y Bianca Facinelli, tal vez sea porque soy el mayor de los nietos, como también es verdad que nunca les he presentado formalmente a una pareja, la que estuvieron más próxima a conocer fue a mi ex novia— y gracias a los Dioses no pasó—, pero temó que algo malo pueda pasar. Los Facinelli son extrovertidos, apasionados, enérgicos y expresivos, y no siempre esas cualidades son bien recibidas por el resto del mundo.
—Sé que puede ser intimidante que toda la familia conozca a tu novia, mi vida, pero sé de sobre que la adorarán, Amelie es encantadora por donde la mires.
—Lo sé, mamá— sonríe embobado—, ella es la mejor.
—No lo dudo— sonrió de vuelta—, suena demasiado apresurado, pero ya me imagino como serán mis nietos: malizioso e affascinante.
Su comentario me hizo atragantarme con mi saliva. —¡Mamá!, estoy muy joven para eso, y Amelie también, tenemos dieciocho.
—Nunca dije que fuera ahora, tal vez en un par de años más— se encogió de hombros.
Volvió a acariciar mi cabello para después dirigirse a la cocina. ¡Dioses! Definitivamente mi madre debería desarrollar mejor su forma de filtrar las cosas que quiere decir.
Papá bajó las escaleras mientras acomodaba mejor su corbata gris. Cuando estuvo cerca de mí, me estudió con la mirada, notando claramente mi nerviosismo.
—Creo que es la primera vez que te veo asi de nervioso, hijo— soltó palmeando mi hombro—, ni siquiera estabas así cuando entraste a quirófano por tu brazo hace más de tres años.
Recuerdo ese día. Durante un partido de jockey, un chico del equipo contrario me golpeó con el disco en el antebrazo y después me empujó contra el muro de protección, aprisionándome mucho más le brazo herido. El partido fue cancelado, castigaron al jugador contrario y a mí me llevaron al hospital. Mi antebrazo se había trizado y tenían que operarme. También recuerdo que me recuperé bastante rápido, de seguro fue mi lado angelical el que me curó más rápido de lo normal, pero al no estar completamente activado, tardó.
—La verdad me pone los nervios de punta saber que Amelie conocerá a toda la familia.
—Lo dices como si fuera algo malo— rió levemente.
—Papá, conoces esta familia, somos bastante…
—¿Expresivos?, ¿Raros?, ¿Desvergonzados?
—Si.
—Tranquilo, Rainer— palmeó mi espalda—. Amelie podrá con esto, pues pudo contigo.
Ambos reímos.
Mamá siempre ha dicho que papá y yo tenemos una personalidad bastante voluble; pacíficos por fuera, desastres por dentro, y a pesar de saber que Jacob Sanderson no es mi padre biológico, si creo en las palabras de mamá. Mi padre y yo somos bastante parecidos, a pesar de todo.
Y como siempre me ha dicho, todo Sanderson tiene su debilidad, mientras la de papá es María Facinelli, la mía es Amelie Steinfield Kenner.
Una hora después, la familia comenzó a llegar, desde mis tíos materno; Alonzo y Franco Facinelli junto con sus esposas e hijos hasta mis abuelos. Al rato llegaron Leticia y Klein Sanderson, junto a sus familias y mis abuelos paternos.
¡Mierda, toda la familia ya está aquí!
—Que elegante, Rainer— comentó Cecilia Rogers Sanderson, una de mis primas, al verme.
—Gracias, al igual que tú— le sonreí —, ¿Cómo estás, Cece?
—Sobreviviendo, aún no me creo que me obliguen a usar vestido para estas fechas— hizo cara de asco.
Cece siempre ha aborrecido los vestidos, pero la tía Leticia le dice que estas reuniones familiares requieren cierta formalidad.
—No seas aguafiestas, Cece, te ves muy bonita— dijo Ximena, su hermana mayor.
—Buongiorno, cugini politici, primo cugino! — saludó Carlo Facinelli.
—Carlo, ¿Por qué no me sorprende tu comentario? — Cece volteó los ojos.
—Que amargada, piccolina.
—¿Cece amargada?, eso si que es una novedad— soltó Noah Sanderson con sarcasmo.
Piero Facinelli se acercó a nosotros—. ¿Tienen una reunión de primos y no avisan?, che ferisce i miei sentimenti.
—Dio, perché mi hai punito con un fratello così? — soltó Marella llegando junto a nosotros.