Lazos Perversos [libro 3]

39.- Sentimientos liberados

AMELIE

Dolor.

Eso y más es lo que siento en cada momento del día, y lo peor, es que cuando creo que lo dominé por completo mi cabeza hace algo que hace que todo ese dolor se vuelva mil veces peor.

—¿Qué te tiene tan distraída, preciosa?

Sentí sus dedos jugar con algunos mechones de mi largo cabello. Los rayos del sol me acarician la piel de manera delicada, pero lo mejor que siento en este momento es el calor del cuerpo del chico a mi espalda, con sus brazos rodeándome y estando entre sus piernas.

Es simplemente perfecto.

—Nada, solo me encanta esta tranquilidad— susurré con dulzura.

Sus dedos trazaron mi mejilla y mandíbula, pasando por mi cuello hasta llegar a mi hombro, siguió bajando por mis brazos hasta entrelazar nuestros dedos. Las subió hasta besar el dorso de mi mano.

—Quiero quedarme así contigo— susurró sobre mi cabello.

—Yo también— llevé su mano a mis labios—. Quiero quedarme así contigo para siempre, Rainer.

Desperté.

Y el dolor en mi pecho creció más y más al ver que a lo que estaba aferrando con tantas fuerzas es solo una almohada. Las lágrimas no tardaron en aparecer y mojar mi rostro.

No puedo con esto. No puedo con esto.

—¿Me extrañaras tanto como yo a ti? — pregunté a la nada.

Observé hacia la mesa de noche, donde estaba un cuadro con una fotografía de nosotros en uno de nuestras muchas citas de novios. Y más lagrimas cayeron sobre la almohada, sobre la que fue su almohada.

¿Cuánto más podré soportar sin ti, Rainer?

Me incorporé en la cama cuando sentí como un calor abrazador me recorría la sangre, y miles de pensamientos destructivos invadieron mi mente. Rápidamente me levanté y cambié mi pijama por ropa más adecuada para el clima frío de Appleby. Salí de la habitación de manera silenciosa, levitando para evitar que los oídos mejorados de mi familia me percibieran. Al llegar a la puerta que da a la calle dejé de hacerlo. Abrí.

—¿Te irás de nuevo? — preguntó una voz a mis espaldas.

Solté un suspiro y me giré para ver a la portadora de esa voz.
Kira estaba a unos metros de mí, con su pijama siendo cubierto por una chaqueta que pareciera ser de Axel y unas botas desgastadas. Pareciera que tomo lo primero que encontró antes de salir de su cuarto.

—Solo iba a tomar un poco de aire fresco—dije tranquilamente, dándole una mirada cansada.

O al menos así intenté que fuera, porque por dentro el fuego me estaba quemando la sangre y mis dedos picaban por destruir algo.

—¿A las 4:30 de la mañana?

—Que mejor hora para tomar aire fresco en paz.

Kira me dio una mirada acusadora, la cual no duró más de tres segundos. Dio unos pasos hacia mí.

—Ambas sabemos que no es así. Solo no quieres que nadie te detenga de escapar, otra vez.

—Si no hubiera querido que me detuvieran habría desaparecido de mi habitación simplemente—sonreí de lado.

—Pero yo nunca dije que te detendría.

—Touché.

Kira se acercó a mí, y por un momento pensé que haría alguna cosa para atraer la atención de la familia hacia el recibidor, pero si actuar me tomó por sorpresa.
La pelinegra tomó el pomo de la puerta y abrió, sacando su correspondiente llave de la mesita donde suelen dejarlas cuando entran y salió afuera. Me dio una mirada por sobre su hombro.

—Vamos, quiero mostrarle un lugar que descubrí hace poco.

Me debatí unos segundos si seguirla o no. Una parte de mi aun quería estar sola y encontrar una zona baldía para saciar mis ganas de destruir, o la otra parte quiere ir con Kira a donde sea que ella diga.

—¿Esto es como una salida exclusiva de primas Kenner? — dije cerrando la puerta tras de mí.

Llegué a su lado, y comenzamos nuestra caminata por el oscuro pueblo.

—Algo así— sonrió levemente—. Hace mucho que no salimos así las dos.

—Lo sé—suspiré—, han sido muchas cosas últimamente.

—Y porque Seb solía acaparar toda tu atención.

—No puedo discutir eso.

Ambas reímos.

Appleby no sería lo que yo llamaría un pueblo moderno, pero tampoco podría decir que es extremadamente anticuado, más bien se encuentra en un limbo entre pueblo de película de terror y pueblo de serie adolescente. Al caminar entre las calles, las sombras a nuestro alrededor no me pasaban por desapercibido. Desde que Rainer ya no está aquí, y que he dejado de resistirme a mis impulsos oscuros, siento a la oscuridad y las sombras en cada paso que doy, es como si me siguieran a donde fuera que vaya, y a la vez es como si siempre hubieran estado en cada lugar y las estuviera descubriendo por primera vez.

Es tan extraño y familiar en mi piel saber que está aquí que me genera cierta satisfacción, pero a la vez me da desconfianza.

Kira me guió por las calles hasta lo que parecía un viejo teatro. A juzgar por la cantidad de polvo que tenía, estaba más que claro que hace tiempo está abandonado. La pelinegra se acercó a un panel de electricidad y encendió las luces del lugar.

—Recuerdo que, de pequeñas, salías darnos conciertos de violín en la sala de la cabaña Kenner—comentó con nostalgia—, y siempre decías que tu sueño era tocar en un gran teatro.

¿Y esta es tu idea de gran teatro, sacerdotisa?, dijo mi oscuridad.

Agh, ya cállate, dijo mi conciencia

—Es lindo que lo recuerdes, Kiki– preferí decir.

Últimamente estoy tratando que los comentarios mordaces de mi oscuridad no salgan por mi boca, que solo se mantengan en mi cabeza, pero no siempre lo logro.

—Y sé que esto no es mucho, pero creí te daría un poco de alegría si cumples tu sueño— se fue tras bambalinas y trajo consigo un lindo violín con su arco.

Los recibí. La sensación del instrumento en mi mano me trajo lindos recuerdos, y en muchos de ellos estaba presente el atractivo chico de ojos cafés que hace latir con fuerza mi corazón.

Kira me dio una leve sonrisa y bajó del escenario para sentarse en los primeros asientos. Tomé con mas precisión los instrumentos, acomodando el violín en mi hombro y los dedos en las cuerdas. El arco en mi mano izquierda se sintió tan familiar que no tarde el llevarlo a las cerdas para comenzar con la melodía; esa que desde el momento que la escuché supe que transmitía mucho más que una simple canción.



#1061 en Fantasía
#179 en Magia
#640 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: licantropos, banshee, brujas

Editado: 02.01.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.