Le Dije Adiós A Las Citas Amorosas

Próxima parada: Inglaterra


ATHES ÖZDEMIR

Observarla en la biblioteca mientras leía se había convertido en parte de mis días, se sentaba a dos mesas de donde yo estaba, su cabellera castaña sedosa la hacia relucir entre los demás estudiantes, su sonrisa perfecta era hipnotizante y sus ojos color miel con toques verdes hacia que te perdieces en ellos.

Su forma de ser demostraba inocencia, dulzura, fragilidad, una que te doblegaba.

Comencé a salir con ella por diversión, ella me parecía un mina de pro por descubrir.

Cita tras cita la conocía más o eso creía yo, las citas pasaron de ser simples citas de estudio a citas amorosas. La llevaba al cine, al parque, a la casa de campo, la casa en italia y otros lugares.

Citas donde como un idiota demostraba mi amor y devoción hacia ella.

La corteje como si se tratase de una reina no sólo con el fin de llevarla a la cama y hacerla mía, sino con el fin de tenerla para siempre a mi lado.

Fui un imbécil.

Me deje embaucar por su dulzura, su mirada y su caricias falsas.

Recordar como me humilló frente a todos sería algo difícil de dejar en el pasado, después de dos semanas sentía como si hubiese sido anoche aquel día que me dijo que no frente a toda la sociedad.

Dos semanas atrás.

—¿Te casarias conmigo mi hermosa flor? —dije mientras me ponía de rodillas frente a ella, dejando ver el anillo que me había tardado tanto en escoger y fui ayudado por mi hermana aunque ella no estaba de acuerdo.

Un risa se escucho en todo el silencio que se había creado por la expectación de escuchar la repuesta de la chica frente a mi.

Eres un puto ingenuo Atesh. dijo levantado su copa de champagne  Orhan Yildirim.

De eso ya no hay duda cariño respondió la chica frente a mi con burla Levantate y deja de hacer el ridículo, yo nunca me casaría contigo fuiste algo temporal Atesh, me canse de ti y tus cursilerias aún soy joven para estar atada a un matrimonio, me encantó pasar tiempo de caridad contigo... pero ya me aburrí y seguiré con la diversión junto a Orhan, que por cierto me da los mejores orgasmos.

Sonríe con malicia en mi dirección pero esta queda borrada al recibir un golpe en su mejilla a puño cerrado por mi hermana.

Maldita puta, sabía que eras una zorra. Athena intento golpearla de nuevo no obstante reaccionó y la detengo— Sueltame Atesh, se merece que la deje sin extensiones y con la cara hecha mierda.

Déjala Thea, no vale la pena.

Rodee con ambos brazos la cintura de mi hermana por que ella si quería se podía soltar de mi agarre, no obstante al sentir mi agarre más fuerte se giro para quedar frente a mi y me abrazo en silencio, mientras los murmullos a nuestro alrededor aumentaban.

Esto no se quedara así, voy a hundir a esa rubia teñida.

La escuche susurrar mientras acariciaba mi espalda y su otra mano mi cabello un vano intento de mantenerme en calma.

Siento un peso caer sobre mi seguido de otro.

—Mueve ese trasero tuyo hermano, presiento que si no sales de aqui quedara flacido —bromea Alev.

Al ver que no hago caso y no me voy a mover esta vez decide hablar Athena.

—Alev recuerdas a Tarik, el compañero de Atesh, el chico simpático —guardan silencio por un momento— Pues... me ha invitado a salir así que adiosito, suerte con este macho pecho peludo.

Me golpea con una almohada y siento como se levanta de la cama seguido de la risa de Alev.

—Usen protección no quiero sobrinos por ahora, ¡disfruta del buen sexo hermanita! —grita Alev, no caeré en su juego.

Esperen... Tarik, ¡Tarik!

¡Oh no! ¡Claro que no!

Ese maldito no pondrá un dedo sobre mi hermana antes muerto que aventarla a los brazos de ese patán como lo hace Alev, siempre consintiendo a Thea.

—¡Vuelve aquí pequeña roja! —grito levantándome de la cama sin importar que mi hermano caiga al suelo y salgo en busca de mi pequeño tomate.

—¡Athena corre por tu vida y tú también Tarik! —grita Alev corriendo detrás de mi.




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