Uno

Las mujeres están locas, locas de una buena manera.
~Atesh

ATESH ÖZDEMIR

Llevaba siete meses en este lugar y aún me era difícil acostumbrarme a no tener a Gamze como despertador personal con una pistola de agua, a Thea como la reina del drama y a los chicos como mis fieles compañeros de juerga. Sin olvidar a mis padres; Hades pidiendo que lo ayude en la oficina y Cassidy dándome de comer hasta que reviente.

Durante los siete meses he hecho amigos, enemigos y conocido bellas mujeres, que por mucho que intentaba no traer a mi mente recuerdos de aquella que había hecho trizas mi corazón estaba ahí presente, las castañas y de ojos mieles por ahora estaban tachadas de mi lista.

Confiar en una dama no me era tarea fácil, aunque día a día trataba dejar de lado aquel trauma por culpa de aquella mujer que amé con todo mi corazón, le di toda mi atención. Ella era mi centro, después de pedirle matrimonio pensaba pedirle que se mude conmigo a un departamento que había alquilado, así juntos mientras preprabamos una cena para dos entee sonrisas podríamos haber planeado como sería nuestra boda, los hijos que queriamos tener, nombres, como le gustaría que fuese nuestra casa familiar.... volé tan alto pero tan alto que la caída me causó destrucción.

—Atesh, ¿puedo saber donde tienes la cabeza? —pregunta Ayrton, compañero de clase y lo más cercano a un mejor amigo que tengo aquí— No me digas que sigues pensando en esa chica.

—No te voy a mentir, me es inevitable no recordarla cuando pienso en mi familia —suspiro peinado mi cabello hacia atrás.

—Debes olvidarla definitivamente, hermano, aquí es un paraíso de chicas y tu sigues sufriendo por una que no lo vale. —palmea mi hombro.

—Cuando amas con tanta intensidad el sentimiento no se va de una día a otro.

Rueda los ojos aburrido de escucharme y suelto un pequeña carcajada, me levanto del sofá de mi departamento y camino a la cocina en busca de mi celular que durante toda la mañana de este domingo lo he tenido abandonado. Apenas enciendo el celular me encuentro con montón  de notificaciones de mis diferentes redes sociales,  llamadas de Mamá, Gamze, Papá y mis hermanos.

Entro al grupo de Whatsapp que tenemos como familia y lo primero que leo es un regaño de mamá a Thea, pero no se de que trata ya que la foto no se quiere descargar y me desespera.

Familia Özdemir♡

Tomatito (Thea).🐞
Foto.
Foto.
Foto.
Foto.
Foto.
Foto.
Foto.
Foto. 
Foto. 
Miren como deje a la teñida, más horripilante de lo que ya es. 😈😂

Mamá.
¡Athena Özdemir D'Alessandro!😬

Te dije que no fueras, ¿es que eres sorda niña?

Alev.

😂😂😂
Eres mi idola, hermanaaaa.
Mami, no la regañes... la teñida se lo merecía.

Gamze.💜
¡Justicia divina! 🙌
¿Por qué no me dijiste que ibas para allá? Te hubiese ayudado a dejarla más fea.

Tomatito.🐞
Lo hice en nombre de la familia😌

La hubiesen visto, toda fina elegante, creyéndose la diosa y ¡Pum!
Una estampida de zorrillos, ranas, abejas, ratones y todo mi odio sobre ella.😈😂

Papá.
Thea recuérdame por que no te envío a un convento.

Tomatito. 🐞
Por que me amas mucho y soy tu hija favorita (sin ofender Gamze)

Gamze.💜
Foto.
Foto.
Foto.
Foto.
¡Miren! Esta en todos los medios del país 😈😂😂
@Tomatito🐞 Papá no se resiste a mi comida.

Tomatito.🐞
Puede ser pero a mis encantos no es inmune💅
@Gamze💜 y @Alev me acompañan a terminar con mi trabajo?

Mamá.
¡Todos a la casa!
No me irán a ningún lado y Hades se más duro con tus hijos.

Esa era el último mensaje en el grupo enviado por mamá que al parecer está furiosa, lo más seguro es que les haya tirado de la oreja a mis copias por no dar un buen ejemplo a Sinam y Gamze.

Miro las fotos ya descargadas detenidamente y no puedo controlar mi carcajada que con cada foto aumenta atrayendo la curiosidad de Ayrton que me quita el celular de las manos y ríe al igual que yo.

—Tu hermana definitivamente está loca de remate. —dice entregandome el celular mientras limpia las pequeñas lágrimas de sus ojos por tanto reír.

—Nada que no sepa —susurro ya más tranquilo y el celular emite una melodía que hace que baje la vista a la pantalla, encontrando un número que jamás pensé que me iba a volver a llamar— Contesta y ponlo en altavoz.

Ayrton asiente y hace lo que le pido mientras intento calmar mis emociones y que mi corazón deje de latir tan acelerado.

—¡Maldito! ¡Seguro fuiste tu el imbécil que le pido a tu hermana la deforme que hiciese de mi boda un circo! ¿No?
¿Acaso no le fue suficiente propaganda a tu familia que haya dicho NO a tu pedido compromiso? ¿O es que aún me amas? ¡Contesta! Se que estas ahí —grita furiosa.