Leo y yo estábamos en los cabezales de la mesa mirando hacia la nada de brazos cruzados en frente de todo el montón de papeles que habían esparcidos sobre la mesa. Después de la larga explicación con pruebas que tuve que enseñarle para que entienda la situación que estábamos viviendo y la verdad que nos habían escondido, nos quedamos ensimismados en nuestros propios pensamientos sin decir nada.
—Vale. —Dijo Leo sin dejar de tener la mirada perdida sobre la mesa mientras intentaba comprender todo lo que le dije. —Recapitulemos. —Se aclaró la garganta acomodándose con las hojas con la información en la mano. —Rainer es una base enemiga que lleva confrontando a poderosas bases encargándose de reclutar a los mejores hombres proporcionando a los mercenarios, un trabajo, un lugar donde vivir, nuevas identidades y mucho dinero con tal de que les demos nuestra información y trabajemos para ellos. —Asentí. —Entonces decidieron reclutar primero a Ryan, ya que obtendría la mayor cantidad de información valiosa y teniendo en cuenta que él estaría dispuesto a hacerlo con tal de conseguir la libertad, accedió. —Volvió a mirar los papeles. —Cuando Ryan estuvo dispuesto a colaborar con ellos, quiso poner como condición reclutar a seis personas más, siendo nuestro equipo para poder salir juntos. El primero que le había comentado el plan de fuga fue a Jack pero antes de que Ryan pudiese hablar con alguien más del grupo, Jack le advirtió que no sería buena idea ya que nosotros jamás estaríamos dispuestos a salir de aquí y que posiblemente podríamos delatarles o impedir que llevasen a cabo la fuga. —Miré por un segundo al suelo al sentirme un momento incómodo al recordar el rostro de Jack. —Entonces decidieron seguir el plan juntos, pero lo que no se esperarían es que la única persona que podría ayudarles a seguir con el plan es Claudia ya que fue contactada en una de sus misiones. Los tres tendrían pensado escapar haciendo parecer su muerte un asesinato en una de sus misiones pero antes de que pudiese suceder aquello el superior Eric ya tendría la suficiente información acumulada como para saber que había un traidor en la base. Al citar a Jack, el miedo de ser descubierto le hizo incriminar a Ryan para poder librarse de una muerte segura. —Me aclaré la garganta volviendo a asentir. —Entonces fuimos de misión y perdimos a Jack mientras Ryan lograba fugarse. Luego lo que parecía ser una muerte segura como equipo resulta que nuestras cabezas fueron salvadas por el motivo de no levantar sospechas, lo último que le hacía falta a la base Odón es un rumor sobre una posible fuga con éxito, aquello podría despertar la iniciativa de la búsqueda de la libertad propia. Así que ante este fallo imperdonable, los peces gordos decidieron no quedarse de brazos cruzados y mostrar su inconveniencia con dejarnos vivos. —Vi como Leo agarraba las hojas en las que los superiores decretaban nuestra muerte. —Así que tienen planeado lanzar un comunicado a toda la base y a nosotros diciéndonos que "los mejores criminales de esta base" se trasladarán a una base prestigiosa, la base Olimpo. Homenajeándonos dejando finalmente las aguas tranquilas. Lo que no se sabrá es que el día que nos trasladen será el día de nuestra muerte. Piensan acabar con nosotros con tal de impedir que Rainer obtenga más información. Reforzando la seguridad de la base para evitar que la base R.A.I.N.E.R se vuelva a contactar con cualquier otro criminal.
Leo dejó los múltiples papeles sobre la mesa suspirando.
—No me puedo creer que por culpa del capricho de Ryan tengamos que pagar con la muerte. —Las palabras de Leo me sorprendieron.
—Pero Ryan tiene razón. ¿Qué pasará cuando les dejemos de servir? ¿Simplemente aceptar nuestra muerte? —Le pregunté.
—¿Crees de verdad que ahí afuera hay un futuro que nos espere? —Por primera vez vi el temor de Leo yacer en sus ojos.
—¿Es que no lo ves claro? Debemos irnos de aquí, tienen planeado matarnos. —Coloqué mis manos sobre la mesa sin dejar de mirarnos. —Tenemos todo lo que necesitamos, la ayuda de Ryan —puso los ojos en blanco al escuchar su nombre—. Un ordenador que permite el acceso a la base R.A.I.N. E.R, el móvil que en algún lado debe haber escondido Claudia y cinco genios haciendo un plan.
—¿Es que acaso no piensas incluir a Beth? —Fruncí el ceño al escucharle.
—¿Quién dijo que Beth no estaba incluida? Todos somos unos genios menos David, él es bueno en todo menos en idear un buen plan. —Ambos reímos por un corto tiempo.
—¿Y cuándo piensas decirles todo esto?
—Pensaba decíroslo a todos mañana, pero debido a tu intrusión, creo que lo mejor es reunir al equipo y explicar todo para que finalmente hagamos un plan de fuga.
Ambos exhalamos por la boca, sabíamos que todo esto era una locura y teníamos poco tiempo para asumir todo lo que estaba pasando. Sabía que contarles la verdad a los demás sería complicado pero salir de aquí era la mejor opción. Por fin sabríamos lo que es tener libertad, sintiendo adrenalina y miedo al mismo tiempo.
—¿Me pregunto qué querrán de Elisabeth? Un guardia vino a buscarla. —Le comenté al recordar a ese guardia que parecía traer de todo menos buenas noticias para ella.
—Me la había encontrado al salir de hablar con el superior Eric parecía bastante molesta. —Ambos intercambiamos miradas mientras me aclaraba la garganta. Sabía a dónde quería llegar.
—Si quieres mis disculpas te las daré. —Asumí con responsabilidad.
—No quiero tus disculpas porque lo hiciste con la intención de dañarme y has conseguido tu propósito. Sé que no soy un pan de Dios como dices y sé que temes que haga daño a Beth porque piensas que me comportaré como lo hice con Claudia. Pero querido amigo se te escapó un pequeño detalle, yo estaba con Claudia y tú no, eso significa que no tienes ni remota idea de la mayoría de cosas que han pasado entre ella y yo y déjame decirte que desde un principio le dije a Claudia que me gustaba estar con ella solo por el detalle de que me sacaba cuatro años y porque era cien veces mejor en lo que yo hacía. Así que le dije de ser amigos con roce, ella aceptó sin problema y siempre fuimos eso, amigos con derecho a roce. La cuestión es que se lo dejé claro y ella aceptó, duramos así por cuatro años, exactamente hasta hace unos meses cuando le dije que no quería seguir con ella por el simple motivo de que no quería herir a Beth ni hacerla sentir como el segundo plato, y vienes tú y me jodes mis planes. —Me dedicó una sonrisa irónica.