En la escuela.
Emma fue la primer persona en llegar al salón de clases y ahora se encontraba sentada, leyendo tranquilamente un libro.
Todos los días, siempre era la primera persona en llegar, sólo para tener un tiempo de silencio y buena lectura en la ruidosa escuela.
En su casa no podía leer en paz por su fastidioso hermano y últimamente su hermanita que la molestaba para que jueguen, a la biblioteca casi no podía ir por que siempre se encontraba con ésa persona molesta y en la escuela estaba rodeada de personas muy molestas.
-No puede ser, tenías razón.
La rubia oyó la voz más molestas de todas y levantó la mirada con sorpresa para ver al fastidioso pelirrojo y ése tipo se sentaba detrás de ellos.
-Hola Emma, que bueno que estés aquí.
Conan me dijo que probablemente eras la típica chica que llega primero a clases y al parecer adivino.
Ahora podemos tener un poco de tiempo para fortalecer nuestra amistad antes que las clases comiencen.- dijo Erick, acercándose a la chica y sentándose a su lado, mientras ella parecía sumamente molesta.
No sabía quien era ése tal Conan, pero oficialmente se había ganado su odio.
Mientras que Conan que tomaba asiento atrás de ellos, sonreía nervioso al pensar en que tal vez metió la pata.
-¿Qué tal sí nos conocemos mejor?
Dime, ¿qué comida te gusta? ¿cuál es tu deporte favorito? ¿de qué equipo eres? ¿qué te gustaría ser cuando terminemos nuestros estudios? ¿no te molesta usar siempre anteojos? ¿tienes tu habitación llena de libros? ¿nunca pensaste en ser maestra ya que se te da bien enseñar? ¿cuál es tu peli...
Y antes de que el parlanchin chico siga haciendo preguntas tras preguntas, Emma levantó su libro cerrado, acercandolo a la boca del chico mientras lo veía con el ceño fruncido.
-No quiero hablar contigo, no quiero hablar de mí, no quiero conocer más de ti, sólo quiero leer en paz.- exclamó la chica con fastidio.
Su único momento de paz, el único que le estaba quedando disponible, acababa de ser arruinado.
-Pero leer es aburrido, mejor juguemos a algo los tres.- dijo el pelirrojo, no siendo para nada fan de la lectura.
-A mi no me incluyas, soy fan de Harry Poter y mi abuela me regaló como cumpleaños, el primer libro de la saga y lo quiero leer un poco.- dijo Conan, sacando un libro de su mochila.
Emma al oír éso, no volteó pero asintió con orgullo por que sabía que otra persona quería leer.
Eran dos contra uno, así que tenían la ventaja de elegir en lo que harían.
-Eres un aburrido, por suerte mi buena amiga Emma sí jugará conmigo.
Al oír éso, la rubia borró su sonrisa y fruncio el ceño para ver al sonriente pelirrojo.
-Yo también quiero leer y no me interesa ningún juego que se te ocurra.- aclaró Emma, volviendo a abrir su libro para leerlo.
En verdad, ése tipo era muy molestó y al parecer, se enfocaba principalmente en molestarla a ella.
El libro de la chica fue arrebatado de sus manos y volteó su rostro furiosa para ver al sonriente Erick, sosteniendo su libro.
-Vamos, el juego de ayudar a Erick con su tarea de matemáticas, es muy divertido... por favor, necesito ayuda.- dijo el chico, con una sonrisa nerviosa.
Lo intentó pero no lo logró, le pidió ayuda a sus padres pero no sabían que hacer y usaron la vieja frase de "yo te mando a la escuela para que te enseñes, a mi no me pidas ayuda", así que no le quedaba de otra más que rogar tener algo de suerte y recibir ayuda de Emma.
-No.
Y la chica respondió de manera cortante, recuperando su libro y abriendolo para continuar con su lectura.
-¡Por favor Emma, yo sé que tu no sólo eres bella externamente, sé que también lo eres internamente y te gusta ayudar a los demás por ser tan generosa! ¡Ayúdame con mi tarea, por favoooor!- dijo Erick, con toda la intención de adular a la chica para que ella la quiera ayudar.
Con las maestras y maestros solía funcionar, así que con Emma seguro también.
Mientras que la chica, sólo tenía la mirada pérdida, intentando recordar a ésa Emma generosa de la que hablaba Erick, pero no se le ocurrió nadie.
-Emma, se refiere a ti, tu eres la chica bella y generosa.- dijo Conan desde atrás, con una sonrisa burlona al ver que su amigo quería adular a Emma para ser ayudado.
Típico amigo interesado, sólo dice cosas bonitas de ti cuando quiere algo.
-Creó que te equivocas de persona, yo no soy generosa.
No te voy a ayudar ya que no soy tu maestra, tutora o amiga, sólo soy una compañera de clases que no recuerda ni tu nombre.- exclamó la rubia, continuando con su lectura.
Conan y Erick intercambiaron miradas, aguantando las ganas de reír.
¿Por qué ella sólo negó lo de generosa y no lo de bella?
¿Será ése el punto débil de Emma?
Erick, sacando a relucir sus encantos, apoyo su brazo detrás del respaldo de la silla de Emma, acercándose con una sonrisa.
-Emma, ¿alguna vez te dijeron qué eres extremadamente hermosa?- preguntó el pelirrojo de manera coqueta.
La chica lo volteó a ver, sin ningún tipo de expresión.
-¿Alguna vez te dijeron qué éso es acoso sexual?- preguntó la rubia, haciendo que Erick retroceda un poco asustado y Conan se contenga la risa.
Definitivamente, adular a Emma era algo inútil.
-Vaya, ¿qué se cayeron de la cama que ya están aquí?
Y antes de que el esfuerzo en vano de Erick continúe, se oyó la voz de Maya quien llegaba junto a Wendy que al ver a Emma, sonrió felíz.
-¡Hola Emma, mejor amiga mía!
Y la chica de anteojos cerró su libro con fastidio al oír a la persona molesta número dos, llegar.
Era oficial, todos conspiraban en su contra para que no lea.
-Ya que cerraste tu tonto libro significa que ya no vas a leer, ¿verdad?
Entonces ayúdame con mi tarea.- insistió Erick, rogando que ella acceda.
-No le ayudes Emma, se lo merece por no dar atención en clases.- dijo Maya mientras iba a tomar asiento y Erick le daba una mirada asesina.