Legado

5

Caí rápidamente golpeándome el rostro en el suelo gris del búnker después de recibir una patada de mi compañero de lucha. De vez en cuando me llevaban al campo de batalla para mantenerme en forma y no hacer que mis kinesis bajaran debido a eso. Pero a lo largo de los años nunca noté que eso afecta en algo.

— Arriba — la voz de Byron sonó en los altavoces. Tosí haciendo que el dolor en mi abdomen fuese más intenso — Arriba Ela.

Recargué mis codos en el suelo tratando de levantarme pero los brazos solo lograban temblare — ¡No puedo seguir! — trataba de regular mi respiración pero el dolor en el cuerpo era tan grande que eso solo lograba hacerme sufrir más — Ni siquiera puedo levantarme.

Nadie decía nada, me habían dado la paliza de mi vida y lo único que hacían todos era mirar, pero no los culpo, nadie podía interferir a menos que fuesen o Nelly, Byron o Wyatt. El silencio del lugar era amortiguador por mis quejidos y mi respiración agitada. Traté de arrastrarme por el suelo para tratar de llegar a algún lado pero antes de siquiera moverme 2 metros los brazos de alguien me alzaron del suelo haciendo que inconscientemente soltara un grito de dolor.

Me desorienté por uno segundos, pero, aun con toda mi atención puesta no podía ubicar quien era el que me había tomado como costal de papas. Debo aceptar que la paranoia me había invadido tanto que por momentos pensaba que mis órganos ahora sangraban dentro de mi cuerpo y no tardaría tanto en comenzar a salir por mi boca.

Tardé en ubicarme pero el pasillo donde estaba mi habitación (y la de los demás chicos) era el lugar donde aparentemente estaba. El movimiento que hizo cuando giró sólo terminó de licuar mis órganos y de nuevo no pude evitar gritar.

— Creí que soportarías mucho más que eso — reconocí la voz, Byron — pero el ponerte a luchar con alguien con guantes para alterar su fuerza fue una mala idea.

De golpe, me dejó caer en la cama. Grité de nuevo.

— No eres de los que tienen buenas ideas, Byron. — sus ojos azules me miraron con firmeza — Aceptalo.

Me dejé caer en la cama tratando de no moverme. Byron se sentó junto a mi en la cama y comenzó a quitarme las botas y calcetines con movimientos precisos.

— Deberás tener más cuidado con eso — señaló la herida en mi brazo el cual sagraba haciéndolo notar por sobre la venda — tendremos que ir a la enfermería.

Levanté un poco la cabeza para poder verlo. Llevó sus manos al botón de mi pantalón para comenzar a desabrocharlo.

— ¿Eso será ahora mismo? — negó con la cabeza. Levanté un poco la espalda y el de un tirón me quitó el pantalón.

— Deberás descanzar y bañarte.

Terminó de sacarme la ropa y volvió a cargarme al baño para después ayudar a bañarme

Terminó de sacarme la ropa y volvió a cargarme al baño para después ayudar a bañarme. Al terminar el agua caliente había ayudado a reconfortar mi cuerpo y pude vestirme sola. Al salir del baño Byron solo esperaba para despedirse y dejarme descansar.

Cuando él se fue, me tiré a la cama para poder dormir al fin. A las 3 de la tarde.

— Vaya golpiza — antes de dormirme por completo la voz de Levi se hizo presente haciendo que mis ojos se abrieran de golpe.

— *Ahora no Levi* — giré lo más lento que pude en la cama dándole la espalda a la cámara — * Estoy muy cansada*

— *Me doy cuenta, me doy cuenta* — El sonido de algo cayendo y golpeándose con el suelo llegó a mis oídos — *¿Quieres conocerlos?*

Volví a abrir los ojos de golpe — *¿A quiénes?*

— *A los demás* — respondió obvio — *Ryder, Piper, Chloe, Daren*

— Ela, Levi — susurré al darme cuenta que todos los nombres se componían de solo dos silabas — *Tal vez solo a uno de ellos. Me costó mucho acostumbrarme a ti*

— Aguarda un segundo — después de eso dejé de detectarlo.

Tal vez no fue tanto el tiempo que se fue pero bastó para hacer que me quedara dormida.

Poco a poco mis ojos se fueron abriendo, mi cabeza dolía infiernos y no lograba sentir mi cuerpo. Traté de estirar mi cuerpo con sumo cuidado de no lastimarme, pero que saliera uno que otro quejido no me salvé. Las luces en la habitación habían sido apagadas, por lo que eso me confirmaba que ya era de noche.

— Si pudiese levitar... — murmuré por lo bajo quedándome a la vez que me sentaba en la noche

— Darías mucho más miedo así — solté un agudo grito al oír la voz de Levi — ¡Me dejaras sordo!

Traté de regular mi respiración — Y tú me causaras una muerte prematura. ¿Qué demonios? ¿Acaso nunca duermes? — comencé a estirar mis brazos y piernas sintiendo un ligero dolor en los músculos de estos.



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En el texto hay: misterio, amistad, poderes

Editado: 28.10.2018

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