Legado

7

Abrí los ojos y por un segundo creí que todo el peso del mundo caía en mi pecho haciendo que mi respiración se obstruyera casi por completo. No tardaron ni diez segundos en colocarme una masacrilla la cual logro que mi respiración se regulara y la obstrucción de mi pecho se fuera poco a poco. Las luces del techo por donde me llevaban-tal vez en una camilla-a lo largo del pasillo lograban que mis ojos se cerraran por el deslumbre que emitían.

 Las luces del techo por donde me llevaban-tal vez en una camilla-a lo largo del pasillo lograban que mis ojos se cerraran por el deslumbre que emitían

— Ya recuperó la conciencia — escuché a lo lejos la voz de un hombre — debemos mantenerla despierta.

Mis ojos se cerraban pero debía luchar por no perder de nuevo la conciencia. Necesitaba mantenerme despierta.

— ¿Qué fue lo que le pasó? — aquella voz también se escuchaba lejos, pero logré reconocerla.

— BByron — murmuré dentro de la mascarilla.

Su rostro apareció en mi campo de visón, estaba realmente preocupado — Tranquila Ela, todo estará bien — sentí sus dedos acariciando mi cabello. Dejó un beso en mi mejilla y salió de mi campo visual.

El sonido de una de las compuertas apareció y pocos segundos ya estaba dentro de una habitación igual de iluminada que la última me la que me recuerdo. No me di cuenta de la presión que había tenido en mi brazo derecho hasta que esta desapareció. UnoDosTrespinchazos en brazos y piernas.

— ¿Cómo le sacaremos el suero? — escuché a un hombre.

— No lo haremos — esa era otra voz — tendremos que neutralizarlo dentro de su cuerpo. Ya no hay tiempo.

El mundo comenzó a darme vueltas por completo, el dolor de las siguientes cuatro pinchazos desapareciendo cuando un dolor agudo vino a mi brazo izquierdo el cual logro hacerme soltar un grito de dolor, haciendo que la mascarilla se empañara por completo. Me levanté de golpe de la camilla debido al dolor pero no pasaron ni dos segundos para que los hombres me tomaran por los hombros y me regresaran de nuevo a mi lugar en la camilla.

— No sean imbéciles — parecía que aquel hombre era el que los dirigía — no pueden tocarle ese brazo.

Alcé un poco la cabeza para ver mi muñeca la cual ahora llevaba la herida expuesta mostrando los puntos que aún no habían sido retirados a todo el mundo. Alrededor se veía amoratado y la sangre no tardó en aparecer después de la fuerza que habían ejercido en ella. Sentí otros tres pinchazos pero estos eran notablemente diferentes. La sensación del líquido recorriendo mis venas volvió a invadirme pero esta no era tan dolorosa como la última vez.

— Casi recuperamos el estado anterior de la sangre — una voz diferente a las otras resonó en mis oídos haciendo eco.

Lo último que vieron mis ojos fue el color de mi sangre cambiar de un tono rojizo a un verde oscuro. Y después, oscuridad.

* * *

— Ela

La voz de Levi; podía alcanzar a escucharla muy a lo lejos y era casi inaudible, pero lograba escucharla.

La voz de Levi; podía alcanzar a escucharla muy a lo lejos y era casi inaudible, pero lograba escucharla

Abrí los ojos y lo primero en aparecer frente a mi fueron mis botas en pegadas al suelo. Solo que no era el suelo, eran escombros. Poco a poco alcé la mirada y mi vista fue deslumbrada por el brillo del techo del lugar. Tardé unos pocos segundos en acostumbrarme, pero fue ahí cuando me di cuenta que no era un techo que demasiada iluminación; era lo que me había imaginado por 18 años. El cielo.

— Ela

Coloqué mi mano para tapar un poco el deslumbre que el sol emitía. El grito de un hombre atrajo mi atención, por un segundo creí que algo le había pasado al chico que me llamaba desde lejos, pero al girar en esa dirección mis miedos fueron calmados. Un hombre se retorcía en el suelo con la piel completamente roja; frente a él había tres chicos, una pelirroja que lo miraba con furia, un chico alto de cabello negro y la última chica que atrajo más mi atención. Cabello negro, estatura media, delgada; estaba horrorizada ante la escena.

— Eladespierta

A lo lejos, un chico pelirrojo arrastraba para poner a salvo a otro pero este con la cabellera negra y más larga de lo normal. La chica que los acompañaba llevaba una melena casi igual de negra que la mía pero con una particularidad, la mitad de ella era de un tono azulado. Ella lanzaba lo que desde mi perspectiva podrían ser pedazos de hielo a muy alta velocidad a tres chicos a lo lejos de ellos.



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En el texto hay: misterio, amistad, poderes

Editado: 28.10.2018

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