Los cabellos negros se movían de un lado al otro siguiendo el ritmo al caminar de él. Sus patas se cruzaban una con la otra logrando la perfecta sincronía de un elegante caminar. Era un gato que le gustaba sentirse en una pasarela, y el movimiento de un lado al otro de su cola, aunque era lento, lo mostraba. Pegaso era como un integrante más de aquel lugar, cuando la gente lo veía lo saludaba mostrando que ya era muy conocido. Pero, ¿Cuál era la razón de dejar a Nuha tener una mascota?
Cuando alguien se integra en el recinto, tenía derecho a dos exigencias en toda su estancia. Muchos escogían una habitación propia, o decorarla a su gusto. Pero Nuha, al tener una conexión tan grande con Pegaso decidió llevarlo a su estancia en aquel lugar, teniendo derecho a toda la comida que pudiese querer y un rincón especial para él en la habitación de la chica.
Como había prometido, Nuha colocó una microcámara y un micrófono en el collar del peludo amigo. Haciendo que monitorearlo fuese mucho más fácil. También, la costumbre del gato era salir dos horas antes del apagón de las luces y dar un ligero tour por el subnivel 5 donde estaba, dado aviso a los guardias, doctores y médicos que las luces serían apagadas pronto.
Ninguno de los chicos había mantenido contacto directo nunca con algún animal. Ela solamente con pequeñas aves al intentar su hipnokinesis, pero nunca había visto un felino. Al contrario, Chloe era muy amiga de Pegaso, no solo porque lo usaban para la Anakinesis de ella, sino porque de vez en cuando él llegaba de cuenta propia a la casa de la chica.
— *Se que me escuchas* — Gritó Ela mentalmente con la esperanza de que Byron estuviese en el rango.
Pensar en su rostro ayudaba.
— *Byron* — volvió a decir a manera de eco — *tengo que saber que no estás enojado, molesto, o decepcionado de mí.*
El silencio la inundó de nuevo. El incómodo colchón que habían dividido en dos para dormir los 6 en el suelo no le ayuda a consiliario para nada. La chica se giró para aferrarse al cuerpo de Piper que dormía junto a ella, su piel estaba fría, pero era soportable.
Las esperanzas de que Byron contestara a sus llamados poco a poco se apagaban, quería llorar tan fuerte, con tantas fuerzas como para tirar el búnker entero sobre ellos. Hasta que un leve susurro llegó a ella.
— *No estoy molesto* — Ela, rápidamente se incorporó sentándose en el suelo, colocando una mano en la espalda de Piper y en las costillas de Chloe — *Entiendo tus razones. No podría molestarme contigo con algo que sé por qué lo estás haciendo.*
— *Lamento mucho todo esto, lo lamento mucho* — el llanto estaba a segundos de salir de ella. Escuchar a Byron decir eso la hacía sentir segura, algo que no había sentido en días. — *Siento hacerte esto, hacerte pasar todo esto.*
— *Tranquila, sabes que odio que llores.* — La chica colocó la mano derecha en su boca callándolo un poco sus ligeros sollozos — *Odio que lo hagas y no poder reconfortarte.*
— *Tal vez sea mejor que regresemos* — esta vez, fue Byron el que se levantó de su cama alarmado — *Que regresemos y nos den nuestro escarmiento por desobedecer...*
— *Ela, no* — la chica calló — *No pueden regresar. Los castigos serán peores de lo que te imaginas.*
— *Me estoy arrepintiendo* — aquella frase llegó como susurro a Byron.
— *No lo hagas, te ayudaré a salir de aquí*
Ela abrió los ojos, los cuales se tornaron blancos en un segundo y volvieron a su tono azulado de un momento a otro. Estaban rojos debido al llanto, pero ahora era más su impresión que su tristeza.
— *¿Qué?* — logró decir.
— *Los ayudaremos a salir de aquí* — Ela sentía el agobio encima, no sabía si aquello era una buena o mala señal — *Necesito saber el estado de todos. ¿Cómo están?*
— *Nada de heridas graves. Tuvimos un pequeño percance con Levi, pero ahora todos estamos bien.* — los recuerdos de esa mañana con Levi escupiéndole sangre a la cara hicieron que su corazón se acelerara a manera muy mala.
Ela observó detenidamente a Levi, el cual dormía plácidamente por primera vez desde que habían salido de su habitación. El chico suspiró tan de repente que por un segundo ella creyó que se despertaría. Pero era todo una falsa alarma, seguía dormido.
— *¿Segura que todos están bien?* — ella afirmó — *Bien, necesito que vayan al lado sur del búnker.*
— *¿Qué nos espera allí?* — preguntó temerosa.
Sabía que él no podría saber su ubicación con solo desearlo, pero el esperar verla en un lado del búnker en específico la hacía temblar. No sabía si podía confiar en él. No sabía si podía confiar en nadie.
— *Bueno, supongo que estás algo confundida* — comenzó — *¿Te parece hacer un trato?*
Ela rascó con ligereza su cuello, ayudada por sus uñas — *¿Qué clase de trato?*
Editado: 28.10.2018