Byron no le dirigía la mirada a Nelly y ella, al ver que él la evitaba no luchaba por conseguir su atención. Aunque pidiera a gritos que lo hiciera.
Se permitió mirarla después de evitarla. Sabía que era muy distinta a la chica que se había enamorado hace muchos años, pero Nelly no dejaba de recordársela. Pero, al observarla con detenimiento se dio cuenta que tenían actitudes, pequeñas, muy similares.
Como parpadear dos veces seguidas en vez de una, limpiar los bordes de los vasos después de beber, juntar toda su comida dentro del plato, pero eso era lo poco que podía recordar de las acciones de ella. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que la vio, se arrepentía de no haberle dicho lo que sentía.
Nelly no tenía con quien comparar lo que sentía por el hombre frente a ella. Sus amores pasados habían sido un fracaso, y después del aborto espontáneo que sufrió quiso mantenerse lejos de los hombres por un buen tiempo. Pero Byron, el amor de ella hacía él no fue planeado de ninguna manera. Nunca lo era, y siempre toma por sorpresa a todos.
Y todo el mundo pensaría que ella sería la persona más sorprendida, pero no. El más sorprendido en toda esta extraña relación era él. El cual seguía sin poder borrar la imagen de la castaña llorando e implorando borrarle los recuerdos. Ella no lo sabía, pero desde ese momento compartía los pensamientos de Byron al igual que los seis niños que rondaban por el búnker sin supervisión.
Él se dejó caer de cara contra el escritorio logrando un sonido seco de su cabeza contra la madera; el acto no asustó a la mujer presente, ya que el hombre tenía la manía de hacerlo cada que se sentía agobiado por alguna cosa en específico.
— Te vendrás agujereando la cabeza a este paso. — Byron se quejó como un niño pequeño, para levantar su vista y ver a Nelly sentada en la silla frente a él — Quéjate lo que quieras, sabes que es verdad.
Byron se reincorporó a su silla despacio - Debemos hacer algo, Nelly.
La mujer lo miró por sobre sus gafas de lectura, analizó su rostro con cuidado y al ver la notable preocupación en este decidió dejar el trabajo de lado. Se retiró las gafas y las dejó en el escritorio frente a la pila de papeles que tenía delante.
— ¿Algo con qué?
— El descontrol de este lugar, el escape de los chicos, la aceptación de Hart con las armas, contra los niños — Nelly cerró los ojos en la mitad de la lista. Cuando el terminó ella suspiró fuertemente.
— No podemos hacer nada. — Concluyó ella — Y por esa misma razón nos pusieron a nosotros a rellenar el papeleo. Para mantenernos distraídos.
Byron se levantó de su asiento de golpe, chocando sus manos en la mesa logrando un sonido estruendoso — ¿Distraídos? Estamos llenado las fichas de defunción del primer intento.
Nelly suspiró de nuevo — Sé que ponernos hacer esto es difícil, pero las fechas están mal con respecto a sus muertes. Están confundiendo a...
Byron hizo hacia atrás la silla haciendo que chocara con la pared — ¿Qué más quieren saber? Lu murió primero, le siguió Jack, Gi, Bae, Vee y Ron. Si quieren detalles solo pregúntenme.
* * *
Después de haber vagado por horas dentro de los conductos de ventilación yendo en la dirección que parecía remotamente correcta, se sentían tan cansados y adoloridos por su pasaje que no podían esperar a poder salir de aquel lugar.
— Solo verifica que esté vacío — suplicó de nuevo Piper a Ela, la cual iba por delante en la fila — siento mi espalda tan entumida que podrían darme con una placa de metal y no lo sentiría.
— ¿Y si me asomo y hay gente? — Preguntó aterrada Ela — No me quiero arriesgar.
— No sacaras toda la cabeza tontita, — aclaró la de ojo café - solo echa un vistazo por aquella rendija.
La mano de Piper apuntó lejos de todos, a lo largo del pasillo llegando a una rendija tal y como ella había dicho. Donde una ligera luz azul brotaba de ella.
— Bien, si está solo bajaremos.
La chica siguió el camino hasta llegar al objeto antes señalado por su compañera. Colocó la cara cerca de las aberturas de la rendija y con mucho cuidado observó detenidamente todo lo que le dejaba.
— No veo absolutamente nada — habló al fin la chica sin quitar la vista de la rendija.
De alguna manera, Piper llegó hasta Ela - Es un buen momento para usar la Thermokinesis
La castaña tronó sus dedos y seguido su cuello. Colocó la palma de las manos en la superficie metálica que los rodeaba a los seis y cerró los ojos concentrándose al cien por ciento. Después de un rato de todos prestándole atención, sonrió y los presentes se relajaron por completo.
Editado: 28.10.2018