Legado

Capítulo 1

Bibibibi bibibibi

—Adalberta — escucho susurros. ¿Quién es Adalberta?, ¿qué está pasando?

Adalberta— ¿quién es ella?, intento gritar, pero me doy cuenta que es inútil, no tengo voz. Bajo la mirada a mis manos para intentar tocar mi garganta, pero no son mis manos las que logro ver.

Bibibibi bibibibi

Adalberta— escuchado que susurran, está vez parece que viene detrás de mí. Giro, pero lo único que veo son sombras y oscuridad, no hay nada más. Un sudor frío baja por mi espalda, presiento que algo anda mal así que corro, corro todo lo que mis pies me dan, pero es inútil, no sé a dónde voy…

No sé dónde estoy…

Bibibibi bibibibi

Siento algo que me sujeta de las manos, intento soltarme, pero escucho una voz tan profunda y tétrica que logra petrificarme. — ¿A dónde crees vas, brujita? Por fin te encontramos… — volteó, pero lo único que veo es oscuridad y más oscuridad— no, no, no… ¡ayuda! — es inútil, mi voz no existe, siento como lentamente mi cuerpo es consumido por la oscuridad que me rodea, intento gritar, pelear, pero no puedo.

Lo último que escucho antes de dejarme llevar, es como gritan ese nombre con tanta desesperación…

—¡¡¡Adalberta!!!

Me siento sobre la cama de manera abrupta, mi respiración es irregular como si hubiera estado corriendo, me siento tan cansada y agitada. Estoy completamente bañada en sudor. Siempre que tengo ese sueño termino igual, ¿quién es Adalberta? Suelto un suspiro — ¿qué hora es? — pienso mientras

me inclino a ver el despertador, parece ser que lleva sonando más de cinco minutos. Respiro hondo y me restregó la cara con las manos. — Bien, es hora de levantarse — digo. Me estiró, retiro las sábanas de mi cuerpo y salgo de la cama.

Tocan la puerta de mi habitación.

—Ellie, ¿ya estás despierta?, ¿no querrás llegar tarde a tu primer día de clases? — Es la voz de mi mamá. ¡Oh es verdad!, se supone que hoy inicio clases en un nuevo Instituto de esta ciudad, Bruselas. Es curioso, su nombre me deja un mal sabor de boca, no me agrada estar aquí, pero tampoco me agradable Canadá. Todo lo hago por mamá.

—Sí, mamá. — Le respondo mientras oigo como se aleja por el pasillo, toma una toalla y salgo de la ahí hacía el baño.

Cuando salgo ya cambiada, la pequeña Haru, mi gata, se me enreda en los pies para saludar. Me inclino y acarició su cabeza. Voy a la cocina y encuentro a mi mamá preparando el desayuno. Eso es algo inusual ya que ella casi nunca está en casa, su trabajo no se lo permite. Ser asistente personal de una multinacional es algo que lleva mucho tiempo.

—¿No deberías estar trabajando? — Le pregunto mientras me siento en un taburete de la barra de la cocina y tomo una tostada que está en un plato que está frente a mí.

—No, hoy no trabajo. Formalmente empiezo mañana. — Contesta ella mientras se sienta a mi lado, pone un plato de huevos revueltos y una taza de café frente a mí. Acaricia mi cabeza — asegúrate de comer bien, es tu primer día.

— Parece ser que ella está mucho más emocionada que yo, lo puedo decir por el tono dulce con el cruel me habla y por la manera tierna de acariciar mi cabello.

—Sí, mamá — mi mamá es, si me pidieran que la escribiera con una palabra, sería hermosa, y de todas las formas posibles, desde que recuerdo, siempre fue cariñosa conmigo, claro tiene un temperamento a temer, pero es la persona más hermosa que conozco. Y físicamente no se queda corta. Lo que más me gusta es su cabellera negra, lacia y larga. Es tan suave. — me voy.

Tomo mis cosas y salgo de camino a la escuela, mientras escucho que mi mamá me grita que valla con cuidado.

Llegó a la escuela y camino a la dirección, debo pedir mi horario de clases.

Mientras camino por este Instituto voy pensando en lo bien que se ven las paredes con aquellos dibujos tan extravagantes de unos pueblerinos antiguos. Pero veo que esos dibujos se empiezan a mover y hablan. Me mareo, escucho susurros, pero no hay nadie a mi alrededor, el pasillo está desierto. Me detengo en medio del pasillo y miro en todas las direcciones, no hay nada — esto es extraño — Los susurros se hacen más fuertes, pero no logro entender lo que dicen. Miro la pared, y veo como las imágenes que había allí pintadas

comienzan a salir de ellas. El terror invade mi cuerpo, y siento unas ganas aterradoras de correr, pero mis piernas no me responden es como en ese sueño, esto jamás había ocurrido. — ¿Qué sucede? — intento hablar, pero no puedo— ¿Qué es esto? — Siento un dolor muy agudo en la cien, creo que me voy a desmayar.

Todo empieza a oscurecer a mi alrededor, pero de repente, siento un golpe. Es casi como si hubiese chocado contra una pared.

El impacto me hizo retroceder, tanto así que choque mi espalda contra otra pared y me deslices por ella hasta quedar en el suelo. Cerré los ojos y cuando los volví a abrir, me Di cuenta que no había nada. Las paredes estaban lisas y pintadas de un bonito color azul, estás tenían un mensaje — Favor no correr por los pasillos. — ¿Pero ¿qué de…?

—Deberías fijarte por donde caminas — levantó la mirada y encuentro un par de ojos grises que me miran fríos y distantes desde arriba, esos ojos lo he visto en alguna parte. Veo que él me mira de arriba abajo, vuelve la mirada a mis ojos y se va. No tuve tiempo de mirar más allá de sus ojos, porque cuando me di cuenta que estaba en el piso, él ya había desaparecido, pero su mirada y el presentimiento de que ya la había visto se quedan conmigo. Esos pensamientos me persiguen hasta que llegó al salón dónde se supone que voy a empezar clases.



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En el texto hay: fantasia, fantasia aventura, fantasa y magia

Editado: 12.08.2025

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